Maduro continúa sus ataques y críticas a la oposición, siendo para él imposible aceptar dignamente su derrota (ver Maduro declara guerra a Asamblea y busca chivo expiatorio). Ahora el líder oficialista anunció que a Venezuela le espera una gran crisis debido a la victoria de la oposición en las elecciones a la Asamblea.

Nuevamente reiteró que los ganadores de la oposición son una amenaza a la revolución bolivariana, y que su objetivo es «desbancar de raíz el modelo social político económico». Inclusive ha arremetido en contra de la población nuevamente,  «yo quería construir 500.000 viviendas el próximo año, entregar 100.000 taxis comprados a China, pero ahora tengo dudas de que lo pueda hacer con una asamblea dominada por el fascismo; yo les pedí el apoyo y no me lo dieron».

En medio de su discurso ante las Fuerzas Miliares el sábado, resaltó que el logro de la oposición es circunstancial. El Presidente venezolano les informó además de un paquete de beneficios y su regreso a funciones militares después de haberse desempeñado en cargos administrativos, en un esfuerzo de controlar los daños causados por su devastadora derrota.

Otra medida de Maduro es tratar de impulsar al máximo la toma de decisiones por la actual Asamblea oficialista, consolidando decisiones esenciales para el poder del presidente.

En este sentido, la Plenaria se reunirá el martes para desarrollar al máximo la agenda legislativa, siendo este su día de suspensión hasta que la oposición asuma el control del poder legislativo el 5 de enero.

Sin duda el objetivo de Maduro y del Presidente actual de la Asamblea, Diosdado Cabello, es lograr la elección de los 12 magistrados del Tribunal Supremo para evitar que el poder judicial también esté en manos de la oposición.

De esta manera, Cabello conformará una «Comisión Delegada» con la directiva de la cámara, la cual podrá tomar decisiones hasta el 4 de enero.