Por Lola Portela

El pueblo venezolano no sólo carece de comida, medicamentos y paz. Sus derechos humanos han sido ya totalmente vulnerados, por un presidente que a todas luces, se quedó sin luces.

Los venezolanos perdieron el miedo, otros despertaron. Dicen ya no soportan más y están dispuestos a luchar, y hasta a dar su vida, por volver a la libertad de su Bolívar. Esa que perdieron por espejismos.

Les prometieron: casa, carro y beca sin trabajar.  Bien distante de la opresión que han vivido con Maduro y que inició Chávez. Muchos hasta dicen que «con Chavez era mejor». Y es que Venezuela perdió poco a poco y voluntariamente su libertad. Algunos se dejaron deslumbrar por el poder y el dinero; otros vendieron su voto, y los demás siguieron las promesas de igualdad y toda la parafernalia que utilizan quienes nada han tenido y desean lograrlo todo, y gratis, a costillas de quienes tienen porque sí han trabajado.

Si analizamos los casos de países vecinos, la izquierda en el poder, antes de entrar con ese discurso «revolucionario» y salvador desacredita la democracia. Además siempre  enlodan o salpican todo de corrupción. Ellos tienen cerebros y dinero con qué hacerlo. Y, finalmente, generan polos opuestos, bien dicen divide y reinarás.  De tal forma, que su propuesta de unidad e igualdad encaje de maravilla. Porque a viva voz gritan: «abajo la oligarca; arriba el pueblo».

Y esto nos debe recordar cómo nuestros indígenas también se deslumbraron con espejitos y lo perdieron todo. Bolívar, el libertador, luchó y ganó. Y llegó un Chávez y deslumbró a Venezuela, con la idea de llegar a ser la Gran Colombia y cumplir el sueño bolivariano. Con certeza creo que Bolívar tuvo que volverlo a matar por usar su nombre vilmente.

Espero sepan que  nuestra Colombia ya es grande y se mantendrá libre, viendo tal ejemplo, no deseamos nada bolivariano. Suficiente tenemos con el SOS de las ciudades fronterizas, donde ya no hay cupo para tanto venezolano.

Este domingo Maduro necesita, por lo menos, siete millones de votantes porque esa es la cifra que acudió al referéndum para rechazar la Asamblea hace unos días. Esta será la forma de darle legitimidad a la votación.

Y, con su brutal inteligencia, Maduro amenaza con cárcel a quienes se movilicen en las calles.  Y además amedranta con que retirará los subsidios que perciben las familias más pobres, si no acuden a las urnas.

Este lunes amanecerá y veremos, qué sucede o qué hará la comunidad internacional frente a los desmadres del Maduro.