El jueves, en Villavicencio, 29 familias recibieron los restos de sus familiares miembros de la guerrilla de las FARC que llevaban años desaparecidos.
Esta entrega se dio en una ceremonia liderada por Sergio Jaramillo, comisionado de paz, en el marco de los acuerdos de La Habana, con la presencia de los garantes del proceso, los embajadores de Noruega, Lars Vaagen, y José Luis Ponce, de Cuba.
“Son muchas las familias separadas por el conflicto. Sé que hay hermanos aquí que se han reencontrado a raíz de esta ceremonia. Eso era lo que queríamos: que todas las familias que no saben de sus seres queridos tengan una respuesta, que aunque dolorosa, por lo menos sepan qué pasó. Y si es posible, que reciban sus restos”, manifestó el comisionado.
De acuerdo con las fuentes oficiales estos guerrilleros fallecieron en combates con la Fuerza Pública, y debido a que no fueron identificados o reclamados, fueron depositados en fosas comunes en los llanos y el sur del país. El acto contó con la asistencia los congresistas Iván Cepeda y Alirio Uribe; el director de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés; el vicefiscal general de la Nación, Jorge Fernando Perdomo; la directora de la Unidad Nacional de Víctimas, Paula Gaviria, y los familiares de 77 guerrilleros cuyos restos fueron entregados en los dos años anteriores.
De acuerdo con Medicina Legal y la Fiscalía estos cuerpos hacen parte de un grupo de 2.292 restos, de los cuales se informó 830 han sido plenamente identificados. Estos han sido exhumados en el cementerio de San José del Guaviare (577), Granada (528), La Macarena (464), Vista Hermosa (130) y en un cementerio del Meta (593), estando los restantes en cementerios de pueblos de Cundinamarca y Boyacá.
“El simple hecho de que un cementerio en un periodo de 10 años tenga hasta 500 cuerpos sin identificar es algo que llama la atención de entrada”, planteó Pablo Cala, defensor de derechos humanos, presente en la entrega.
De acuerdo con algunos de los presentes, sus familiares no eran miembros de las FARC como plantea el Estado. No obstante, manifestaron la tranquilidad que les da tener los cuerpos de sus familiares. “A pesar del dolor y la angustia, tenemos tranquilidad. (…) Tranquilidad porque tendremos a donde ir a llevar las plegarias”, sostuvo Hugo Darío Maldonado, que recibió el cuerpo de su hermano Williams Arimetea Maldonado (8 años desaparecido).