Por Jairo Gómez
Nada pintaba bien para el futuro de Venezuela cuando en enero de 2016 llegó la nueva Asamblea Nacional, de mayoría opositora, a tomar posesión del hemiciclo parlamentario y lo primero que hizo fue sacar del recinto las fotos de Chávez y de Simón Bolívar, el Bolívar reivindicado por la revolución Bolivariana.
Puede parecer un acto baladí, pero no. Los chavistas en Cabeza del Presidente Maduro y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), tomaron nota de las verdaderas intenciones de la oposición de poner contra la pared a la “Revolución Bolivariana” y, desde entonces, comenzó el más feroz enfrentamiento entre las dos facciones que hoy polarizan el país: La Mesa de Unidad Democrática (MUD) y el PSUV.
La desdicha de toda esta realidad es que el pueblo, quien siempre sufre los desmanes de los poderosos, es utilizado sin saber a ciencia cierta cuál va a ser su futuro. No hay claridad inmediata, y la coyuntura y los años por venir son equívocos.
Al parecer, Maduro ha logrado superar por ahora la crisis que agobió a su gobierno en estos últimos cien días de protestas apoyado en su bastón de mando: el uniforme militar que le da un inevitable rasgo autoritario. Dicen los politólogos: “El reinado no te da poder, el poder te lo dan los ejércitos”. Es una frase que le cae como anillo al dedo al Presidente Maduro: comprobado está que la Fuerza Pública Bolivariana (FPB) le es leal a su régimen y este respaldo ha llevado a que desde afuera se le tilde de “dictador”.
Este respaldo no es poca cosa y tampoco nos puede tomar por sorpresa. Es clarísima la alianza cívico-militar en el poder de Caracas. La siguiente anécdota ilustra el porqué del compromiso de la FPB con el chavismo y su relación simbiótica. Cubriendo los diálogos de paz en La Habana entre el gobierno Santos y las FARC, en dos ocasiones pude comprobar la presencia de vastas legiones de militares venezolanos en Cuba que, aunque no me lo confirmaron, de suyo era evidente suponer que los uniformados chavistas estaban en la isla Comunista recibiendo doctrina sobre su compromiso con la revolución, al mejor estilo de la patria de Martí. Supe después que el desplazamiento en masa de altos oficiales se intensificó luego del intento de golpe de estado contra el Coronel Chávez. “A Venezuela no le puede ocurrir lo que le sucedió a Allende en Chile”, me dijo en su oportunidad un alto funcionario cercano al Palacio de Miraflores.
Por ello, en las actuales circunstancias, propiciar una “invasión militar de Estados Unidos en Venezuela”, como propone Trump, es una locura que solo sirve para radicalizar las posiciones y llevar al terreno de la incertidumbre la solución política que solo necesita buena voluntad de las partes.
@jairotevi