Próximos a entrar a la franja media del Mandato SANTOS, obliga la futurología sobre el sucesor en el Palacio de Nariño. Ese emocional ejercicio que se va tornando en pasional controversia, en los regímenes democráticos, en espacio para jugar a la baraja.
El Presidente SANTOS, ha procedido, de manera notoria, a destacar con suma claridad el nombre de GERMAN VARGAS LLERAS como el sucesor, ungiéndolo como con unas responsabilidades oficiales que catapultan el nombre de quien funge como motor presupuestal, determinador y ejecutor excluyente de tan calificados desarrollos. Por tanto, no existe duda, de que ese es el visible Candidato Presidencial (2.018 – 2.022) auspiciado por el Presidente en ejercicio.
La actitud del Jefe de Estado, practicada en Colombia, de asumir conductas monárquicas y señalar a su Sucesor, no se extraña sino que se comparte y tolera, calculadamente, por las fuerzas políticas amigas y adversarias. Esa definición es un hecho notorio, incontrovertible.
Llega la hora. Los precandidatos, los partidos, movimientos y grupos interesados se deben inscribir, prepararse y entrar al partidor para poder correr y competir. Por ello, no debe extrañarse que ocurran algunos movimientos o cambios ministeriales. Por esa potísima razón, llegamos al nombre de Aurelio Iragorri Valencia, Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, a quien consideramos calificado profesional, con méritos suficientes para presentarse como aspirante Candidato a la Presidencia de la República.
MINISTERIO DE LA AGRICULTURA. Circunscribo esta modesta referencia a una Nota sobre esta fundamental e ingrata Cartera y a su actual Titular. En el EL TIEMPO, en menos de seis meses, dos afamados periodistas, ha poco hicieron sendos Reportajes al Minagricultura. Paradójicamente, descuadraron la Caja al Gobierno y empañaron con afectos el ganado prestigio del actual servidor público ministerial.
El Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural AURELIO IRAGORRI VALENCIA maneja con amistoso respeto y elegante dignidad la relación evidente de la gran confianza y amistad personal con el Presidente Santos, distinción que honra con ponderación y ecuanimidad.
HOMBRE DE CONFIANZA. No es casualidad, ni azarosa selección el recibir la confianza y credibilidad del Presidente de la República, el otorgar a su amigo Aurelio la vinculación como Alto Consejero Presidencial, Secretario General de la Presidencia, Ministro del Interior y Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, sin solución de continuidad. Tamaña distinción no es el trabajo de los apellidos, ni la práctica de formalidades para honrar al consagrado Poeta y brillante repúblico, su bisabuelo el Maestro Valencia, o a su abuelo el Ex Presidente de la República Guillermo León, o a sus ascendientes los patricios Iragorri. Son las calidades personales, capacidad profesional, idoneidad y eficiencia de servidor público y político las que han marcado su ruta ejemplar.
ALTIBAJOS MINISTERIALES. De los centenares de ciudadanos que han servido el Ministerio de Agricultura, son muy pocos los nombres que han logrado sitial en la memoria histórica. Ahora, el país entra en un túnel escabroso para luego acceder al Postconflicto. Se requiere alcanzar realizaciones importantes para lo que urge asegurar eficientes timoneles.
VICTIMA DE FENOMENOS ECONOMICOS. Asombra conocer declaraciones y escritos de dirigentes políticos, empresariales, gremiales, o aún de académicos, o de periodistas cuando abordan temas del sector agrícola, agroindustrial y comercial colombianos. Pareciera que ignorasen lo que ocurre y afecta las cifras que registra el DANE, culpando casi siempre a los Ministros de Agricultura, al Gobierno, o a ausencia y fallas de políticas.
EXPLOSION MINISTERIAL. Hace pocos días, el eficiente Ministro IRAGORRI explotó, molesto por algunas críticas desbordadas, por murmuraciones, cifras, resultados y desesperanzas en el sector bajo su rectoría. Olvidó el connotado funcionario que el mundo, también, nuestro país debe soportar coyunturas agobiantes, realidades asfixiantes, crítica ácida, implacable; que hay hechos contundentes y fenómenos lesivos de la economía, que golpean la empresa y el mercado agropecuario, agroindustrial, que dejan huellas sangrantes y marchitos resultados.
El Ministro IRAGORRI, es víctima de fenómenos huracanados que azotan al mundo de la producción rural y al comercio de alimentos. Por supuesto, al país lo golpean esos fenómenos, sumadas la crítica destructora e hiriente que va socavando los ánimos más templados. Son tragedias globales, o nacionales que tienen su propio desarrollo, su comportamiento desordenado, sin soluciones inmediatas.
Nuestra economía social, privada, rural o urbana; nuestro desarrollo y lento crecimiento social y comunitario, nuestra descendencia presente y próxima son víctimas del holocausto por varios fenómenos: La voraz y desbordada Corrupción de servidores públicos y “al capones” privados; el Cambio Climático, las sequías del NIÑO; el alza desmesurada del dólar; el irrefrenable aumento de las importaciones de granos, alimentos y materias primas; algunos TLC; los recortes presupuestales; las consecuencias invaluables de la injusticia social; los daños de los violentos armados, la atrocidad de los Conflictos armados; las inhumanas políticas y la persistente hostilidad de gobernantes y autoridades vecinas; la demoledora baja de los Precios del Petróleo; la dependencia marcada del macabro mercado de la especulación de valores y materias primas; la concentración ominosa del capital; el empobrecimiento histórico del campo; la ausencia de inversión y los altos costos de producción; los costos del transporte; la falta de Políticas de Estado para los sectores primario y conexos.
EL MINIFUNDIO UNA CALAMIDAD. Una carga soberana es la debilidad tradicional del minifundio del sector rural productivo. Caso típico el minifundio en la caficultura. Son equivocados los argumentos para estimular y mantener la agricultura del minifundio; grave la demagogia de arremeter, de abusar de la mentira y del engaño a los pobres y pequeños agricultores cuando se censura, se sataniza, o se condena a quienes impulsan, o procuran la agricultura comercial, de manera farisaica, llamada “agricultura para ricos”.
ELIMINAR IMPORTACIONES. Es erróneo pretender eliminar las importaciones de Cereales como el Trigo cuando traemos el 99%; la Cebada cuando importamos el 90%, el Maiz cuando importamos el 80%, o el Frijol, la Arveja, la Lenteja cuando importamos más del 50%. Los sectores de los cereales y las leguminosas son críticos y sus importaciones son inevitables así el Cambio esté a más de $3.000 por dólar. En nuestro país, hay precios que no se mueven si se les señalan aranceles muy altos y luego se los reducen (azúcar), o la Carne Roja de bovinos que se ha mantenido estable por más de 10 años, el Café cuyos precios solo los toca el Gobierno cuando los subsidia, algo análogo ocurre con otros productos como el arroz, la papa, etc.
Los precios agrícolas han sido bastante estables en los últimos años. En el sector agropecuario es justo destacar el incremento anual de la Piscicultura (Tilapia: Mojarra Roja, Gris, Plateada; la Cachama, o la Trucha). Es ejemplo empresarial colombiano.
Los objetivos de un Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural deberían ser lograr que su Gobierno y el Legislador propongan, establezcan y apliquen Políticas de Estado en el sector primario de la producción, la transformación, la investigación, la tecnología, los servicios y el comercio de la Agricultura, la Ganadería, la Silvicultura, la Agroindustria, los Alimentos.
Debiera procurarse eliminar o evitar las simples Políticas de Gobierno, a cambio entronizar Políticas de Estado, evitando, o superando improvisaciones, imprevisiones, incoherencias; las tortuosas acciones inadecuadas, las decisiones injustas, indebidas, confusas, etc. En este Gobierno y en el anterior, el Ministerio de Agricultura no ha contado con la sobriedad del bolígrafo presidencial; ha prevalecido la inestabilidad, con el promedio de un año por Ministro.
Yamit Amat, felinamente, ha ventilado la Candidatura Presidencial de AURELIO IRAGORRI VALENCIA, con un aislado titular periodístico y posterior reportaje. Con toda consideración, traigo el punto para analizarlo, en el sentido de que parece que no se registra en Colombia la elección como Presidente de la República de un ex Ministro de Agricultura. Podría romperse esa leyenda con ese funcionario competente, confiable, con talante de Estadista moderno.
AURELIO IRAGORRI tiene un sobresaliente recorrido en el servicio público que lo habilita, probadamente, como servidor eficiente y laborioso. No se le ha visto descompuesto, ni imprudente per se; las tareas y encargos los ha atendido con holgada eficiencia, con ejemplar decoro. Inclusive ha manejado las crisis con guantes de seda y con notoria y exitosa inmediación
Políticamente, el actual Ministro de Agricultura es representativo valor del Partido Liberal. Es un gran conocedor de las estrategias partidistas; en su casa se han pintado cuadros luminosos de la Política exitosa del país. Es conocedor del campo y de los requerimientos sociales, laborales y presupuestales de la ruralidad; se distingue como par de consagrados empresarios, cultivadores y enamorados de la economía rural y amigo de actores legítimos de la riqueza urbana.
Por las anteriores y muchas más consideraciones, se concluye que Aurelio Iragorri Valencia debiera presentar su nombre a consideración de los colombianos como Candidato a la Presidencia de la República.
Por CARLOS ORTIZ FERNANDEZ / 12-3-2016