Además, un testigo, clave para la Fiscalía en este caso, aseguró que los detenidos estuvieron en la escena. Los dos capturados fueron enviados a la cárcel. Estos son los detalles de la audiencia de imputación de cargos y medida de aseguramiento a los vigilantes involucrados en el asesinato de cinco jóvenes en Cali.

La Fiscalía interrogó, con presencia de sus abogados de la defensa, a las dos personas detenidas: Jefferson Marcial Angulo Quiñonez y Juan Carlos Loaiza Ocampo, y estos de una manera cruda contaron detalles de cómo ocurrió el asesinato de los cinco menores habitantes del barrio Llano Verde, ubicado al oriente de Cali, Valle del Cauca.

Los menores asesinados a tiros fueron identificados como Juan Manuel Montaño, de 15 años;  Jair Andrés Cortez, de 14; Jean Paul Perlaza, de 15;  Leyder Cárdenas, de 15; y Álvaro José Caicedo, de 14 años.

En esta primera fase de la investigación lo primero que reconocieron los detenidos es que no eran vigilantes del sembrado de caña, lugar en donde fueron encontrados los cadáveres el pasado 11 de agosto, horas después de que sus familiares los reportaran como desaparecidos. Confesaron los capturados, que eran los vigilantes de una construcción ubicada a unos 3 kilómetros del lugar de los hechos.

Es aquí en donde se genera un primer interrogante: ¿Qué razones tuvieron estas tres personas de moverse de su sitio trabajo, distante de donde estaban los niños, para ir a un predio ajeno y matarlos sin piedad?

La investigación de este caso la desarrollaron agentes del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía (CTI) con el apoyo de la Policía, y en estas pesquisas fue clave el testimonio de un amigo de los detenidos. Este informó en versión libre que uno de ellos le había confesado que estuvieron en la escena del crimen, que sabían de lo ocurrido

entos obtenidos se produce este viernes la captura de dos de los tres implicados, Angulo Quiñonez y Loaiza Ocampo, los que describió el testigo. El tercero de ellos, Gabriel Alejandro Bejarano, apenas supo que las autoridades ya tenían información de lo sucedido, que había las órdenes de arresto,  emprendió la fuga con rumbo desconocido.

En la audiencia de legalización de captura, luego imputación de cargos y solicitud de medida de aseguramiento, el fiscal del caso describió los pormenores del asesinato colectivo. Contó, que los señalados asesinos les habían tendido una emboscada a sus víctimas, que caminaron por varios minutos para llegar hasta el lugar en donde los menores “comían caña de azúcar en una actitud desprevenida”.

Precisamos, que la audiencia virtual concentrada se tomó tres horas del viernes, y en este sábado reinició a las 10:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde, con una hora y media para almorzar.

Es en ese relato pormenorizado del fiscal cuando cuenta que Angulo Quiñonez,  Loaiza Ocampo y Bejarano les cayeron de sorpresa a los muchachos, les quitaron un pequeño machete que usaron para cortar la caña que se comían, los obligaron a arrodillarse y de un momento a otro el tercero de ellos le dispara y, acto seguido,  los tres huyen del lugar.

Es ahí en esta parte de la lamentable historia en la que Angulo y Loaiza acusan a Bejarano de haberles disparado a los niños, de ser el autor material del crimen. “Eso no estaba en nuestros planes, solo queríamos asustarlos, pero Bejarano les disparó”, declaró Loaiza. También aseguraron que creyeron que estos jóvenes eran los que iban a hasta la construcción que ellos vigilaban a hacer travesuras a llevarse las cosas, pero que después comprobaron el grave error cometido.

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