El sitio de encuentro fue en uno de los centros comerciales allanados y con extinción  de dominio en la famosa ciudad de San Victorino, el cual se encontraba totalmente desolado desde hace 6 meses.

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Los vecinos contaban que el arriendo de cada local costaba entre un millón y millón quinientos y aseguraban que el dueño del predio no sabía nada porque lo había arrendado a terceros, qué tal ¡

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La llegada del presidente Santos junto con Peñalosa fue más de algarabía para los vecinos que como a veces temerosa después de tener acordonado el sector.

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Cuando será que los señores escoltas dejan de arremeter contra el periodismo, ya que sus empeñoles  dejan amoratados varios colegas, y obstruyen las imágenes de los foto camarógrafos.

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La visita a la estación más caliente de Transmilenio fue una prueba de fuego al sufrimiento que muchos capitalinos padecen con olores a orina y otras necesidades que hacen los vecinos del Bronx. Olía a diablos, o no señor Presidente?

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Después la fuga de los Gobernantes hacía el Liévano fue en las naves presidenciales acompañados de la gran cúpula de las fuerzas vivas del estado y nosotros los comunicadores a pie atravesando el famoso parque LA MARIPOSA de San Victorino a pleno sol, con cámaras y trastos  hasta llegar a la sala espera de la alcaldía.

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Y como a veces pasa de neófitos al ingresar a la alcaldía no había sino un listado de los medios de preferencia y casi no pueden ni entrar los medios de Palacio, pero como todos en unión el pobre guarda vio la tromba de toda clase de medios  y se sintió derrotado y dijo muestren sus credenciales y se pudo ingresar.

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Creo más bien que queríamos  ingresar era por evitar tan acucioso sol que hacia sudar hasta el alma que ir a cubrir la noticia.

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Y después de más de dos horas de espera salieron los personajes para darnos las buenas nuevas de seguridad para la capital. A pero eso sí, refrigerio sí hubo por parte de la caja menor de la oficina de comunicaciones de Lancheros.