Es un realmente sorprendente la cantidad de advertencias que nos hacen nuestros amigos, respecto de nuestras opiniones expresadas públicamente. Que mejor NO nos metamos en problemas, que eso de opinar en público es peligroso, que es mucha la gente que se molesta, se lastima o se incomoda con aquellas expresiones, sobre temas políticos, económicos o sociales.
Yo no lo creo así, por el contrario creo que, si se está preparado personal y académicamente, uno debe expresar aquello que piensa y en lo que cree. Me parecen más dañinos y peligrosos el silencio y la indiferencia que el expresar nuestras ideas, por incómodas que estás parezcan, aún a aquellos que consideramos nuestros amigos o aliados.
Advertir a una sociedad adormecida por el sopor de los medios de comunicación, sobre los peligros que se ciernen sobre ella, es la mejor forma de enseñar, de formar y de mostrar una senda o camino, por el cual transitar hacia las libertades, tanto individuales como colectivas.
Se trata de crear consciencia sobre el peligro y los riesgos que conllevan aquellos que, por ejemplo, en Colombia, dicen predicar La Paz, pero han llenado de violencia y de sangre los campos de este país, dicen predicar la tolerancia y el respeto por el otro, pero ellos a su vez,
NO toleran y NO respetan.Que bien lo expresó el poeta, periodista y pensador Brasileño Milhor Fernández, cuando escribió:»NO piense, si piensa NO lo exprese, si lo expresa NO lo escriba, si lo escribe NO deje que lo publiquen, si lo publican rehuse usted firmarlo, y si alguna vez encuentra su pensamiento junto a su firma, corra inmediatamente a casa y escriba un desmentido»Esto es lo que he sentido en estos días en que el grito de las gargantas y el resonar de tantas ollas, quisieran acallar a quienes NO creemos en esas expresiones ventijulieras, alborotadoras y causantes de asonadas… como si quienes NO estamos de acuerdo con ello,
NO tuviésemos el mismo derecho que todos los ciudadanos a expresarlo abierta y claramente…José Omar Silva Torres