Mientras EE.UU. no encuentra consenso en intervención en Siria, Rusia parece cosechar logros.
El poder del discurso: el porqué EE.UU. no quiere enviar tropas a Siria
Curiosamente parece ser que la ideología y las profecías citadas por el Estado Islámico (E.I.) son el motivo de la negativa de EE.UU. a enviar tropas a Siria. Y es que E.I. ha repetido en varias ocasiones una profecía, en la que basan su estrategia, que dice que después de una guerra apocalíptica triunfará el islam frente a ejércitos occidentales que entren a la zona.
Esto no es nuevo, debido a que justo cuando se dio la invasión a Iraq por EE.UU., el padre de lo que hoy es E.I., Abu Musab al-Zarqawi, en ese momento aliado de Al Qaeda, denominó esta acción del país americano «una invasión bendita» (ver La guerra dentro del yihadismo: ISIS y Al Qaeda, frentes de batalla e implicaciones).
Actualmente, la propaganda de E.I. ha estado cargada de referencias a esta profecía, la cual se refiere específicamente a batallas en las ciudades de Dabiq y al-Amaq al norte de Siria, la cual entraría a funcionar cuando los «romanos» – que para ellos incluye los americanos – entren a Dabiq.
Estas ciudades son referenciadas en los medios de E.I., siendo Dabiq el nombre de su revista virtual y Amaq el nombre de su «agencia de noticias».
Además, sus acciones están llenas de simbología al respecto, por ejemplo, el año pasado al capturar a Peter Kassig, rehén americano y ex Ranger de EE.UU., su decapitación fue realizada en Dabiq. En el video, el verdugo afirmó «aquí estamos, enterrando al primer cruzado en Dabiq, ansiosamente esperando sus tropas restantes».
Precisamente a esta teoría se refirió el Presidente Obama, quien se ha rehusado a enviar tropas, explicando que la meta de EE.UU. es una «victoria sostenible», únicamente a través de bombardeos y apoyo a fuerzas locales.
Y es que obviamente entrar con tropas sería un error, no por profecía sino por el beneficio que esto plantea para E.I., no solo porque es una herramienta para reclutar, sino además porque el grupo yihadista debe estar preparado para afrontarlo.
No obstante, la estrategia de los bombardeos de los aliados han dado resultados parciales, y para lograr un triunfo militar los académicos consideran que la profecía se debe demeritar, y occidente debe conseguir el apoyo de árabes suníes.
Lo anterior debido a que a pesar de los logros de las milicias kurdas en Sinjar, por ejemplo, e incluso en Ein Elissa, cerca de la capital autoproalamada de E.I. Raqqa, ellos mismos consideran no pueden ir más al sur. Redur Xelili, líder de los sirios kurdos, afirmó que «no sería apropiado que nosotros nos movilizáramos más hacia el el sur», refiriéndose a la predominancia de árabes suníes y a su falta de capacidad para entrar al territorio.
No obstante, hay quienes consideran que debe haber una estrategia más fuerte en contra de E.I., como Chuck Grassley, el presidente de la Comisión Judicial del Senado de EE.UU., quien afirmó que «el pueblo estadounidense está preocupado, y no solo por el terrorismo, sino también por la incapacidad de nuestro presidente de afianzar el país, convertirse en el líder de sus socios extranjeros, elaborar una estrategia eficaz para derrotar al EI e implementarla. Ahora expiamos esta debilidad».
Y es que los aliados se han enfocado en bombardeos, pero en algunos casos se ha conocido la preparación de E.I., y las tropas terrestres cobran cada vez más importancia en la lucha contra el grupo yihadista (ver Bombardeos en Siria, nuevas estrategias y eficiencia intervencionista). Los aliados apoyan facciones en contra del régimen sirio de al-asad, las cuales están combatiendo entre todas y no tienen la capacidad de luchar eficientemente en contra de E.I.
La Casa Blanca tenía un programa planeado con el Pentágono para entrenar a los rebeldes sirios de oposición, el cual costaba 500 millones USD, el cual fue abandonado.
No obstante, esta semana la Casa Blanca solicitó al Congreso de EE.UU. 116 millones USD para capacitar a los rebeldes sirios de oposición del régimen que llaman moderados. «A la vez que nuestros militares hacen un aporte enorme a la protección del país, es necesario que el Congreso haga algo para apoyarlos», fue el argumento de John Earnest, portavoz de la Casa Blanca.
De acuerdo con Ashton Carter, Secretario de Defensa, este desembolso «es necesario para prestar transporte, armas y otros equipos a nuestros socios que luchan contra el Estado Islámico».
Por su parte, Rusia ha apoyado continuamente al régimen, complementando sus bombardeos con ataques terrestres del Ejército sirio, y parece ser teniendo mayores resultados.
Los logros de Rusia
Militares
El día de ayer, la Fuerza Aeroespacial rusa en 24 horas logró atacar 204 objetivos terroristas, en las provincias de Alepo, Idlib, Latakia, Hama y Homs, realizando 82 operativos, que incluyeron la participación del submarino más silencioso y misiles crucero. Esta información fue confirmada por el vocero del Ministerio de Defensa de Rusia, el mayor general Ígor Konashénkov. Para Damasco, este país es el ejemplo de la intervención y ha logrado más avances que la coalición.
Los bombardeos intensivos de la Fuerza Aérea rusa permitieron al Ejército sirio desarrollar su ofensiva en las provincias de Alepo e Idlib, así como en la parte montañosa de Latakia y en Palmira, informó el Ministerio de Defensa de Rusia.
Así mismo, esto ha permitido la incursión del Ejército sirio a varias zonas. El Ministerio de Defensa Ruso informó que «como resultado de los bombardeos se crearon las condiciones necesarias para nuevas acciones ofensivas del Ejército sirio en cooperación con otras fuerzas armadas en las zonas de Alepo, Idlib, la parte montañosa de Latakia y Palmira».
De esta manera, desde el 5 de diciembre, y en 4 días, Rusia logró lanzar 1.920 bombas que destruyeron 70 puntos de comando, 43 almacenes de armas, 21 bases de entrenamiento, 6 plantas de reprocesamiento de combustible y 6 instalaciones petroleras.
Frente a Turquía
Esto ya ha dado frutos, particularmente a nivel interno, donde los medios han planteado que «Erdogan ha perdido no solo a Rusia, sino también todo Oriente Medio». El sustento es que la ambición del presidente en lograr un gasoducto y tratar de imponerse como líder en la zona, le ha costado su influencia, lo cual se empeora al perder el apoyo de Rusia.
El medio afirmó que «el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el primer ministro, Ahmet Davutoglu, al soñar con su dominio en Oriente Medio han caído en una trampa… Cegados por su comprensión limitada de la política exterior y los cálculos regionales el presidente y el primer ministro de Turquía han caído en una trampa que ellos mismos habían creado a nivel internacional, por sus sueños quijotescos con un gasoducto y por considerar que Turquía es un verdadero líder en Oriente Medio».
Esto ha llevado a reacciones en su contra, por supuesto no de EE.UU., pero de miembros de la Unión Europea, en este caso del Presidente de República Checa, Milos Zeman, quien se ha manifestado tanto en contra de financiar con 3 millones de euros a Turquía para que los refugiados sirios no entren a Europa, como en el posible ingreso de Turquía a la Unión Europea.