POR:
Fernando Alvarez Corredor
Como guayabo de las fiestas decembrinas a muchos se les ocurrió ser historiadores, interpretes de momentos históricos, o analistas de detalles particulares de la historia patria colombiana. Y se olvidaron como dice la frase motivacional que cada quien tiene su propia historia, o que desde la óptica académica cada quien cuenta la historia desde su propia historia. Estos neohistoriadores, filomamertos, los mismos detractores permanentes del presidente Iván Duque, intentaron no solo petaquearse la visita a Colombia de Mike Pompeo, Secretario de Estado norteamericano, sino atacar una vez más con cualquier pretexto al mandatario, que cada vez los deja más aburridos.

El presidente Duque quizo hacer un gesto de cortesía con el funcionario al recordarle que hace 200 años el apoyo de los padres fundadores de los Estados Unidos a nuestra independencia fue crucial, por lo que consideraba su visita como un honor para los colombianos, precisamente en el año del bicentenario. Tamaña imprecisión, gritaron los críticos, que no sabían bien si querían enfilar baterías contra el anfitrión por proyanqui o darle una pretendida lección de historia al joven presidente por tener una actitud amistosa y atreverse a considerar que el apoyo norteamericano fue crucial en las épocas libertarias del siglo XIX.

Unos y otros, académicos o cuasi, reconocen que los padres fundadores estadounidenses sí fueron proclives a dar su apoyo a los procesos de independencia en los países gobernados por España, pero para mantener la postura reduccionista sobre que Duque se equivocó, o para insinuar que tergiversa la historia, insisten que no se puede considerar un apoyo la postura filosófica en favor del independentismo, o que en cualquier caso no sería un apoyo crucial. Tamaña precisión la que pretenden. Ahora habrá que recurrir a la linterna de Diógenes para saber desde la perspectiva histórica lo que significa la palabra apoyo y lo que quiere decir el vocablo crucial, para determinar el error histórico del presidente.

Porque Duque utilizó el término crucial en el sentido que indica el diccionario de la lengua española, o sea determinante, decisivo, esencial, trascendental, en fin, muy importante. Ahora, si esto hay que medirlo en términos de fusiles entregados, soldados de refuerzo o en dinero, pues difícil decir que hubo apoyo militar o económico pero a juzgar por algunos pronunciamientos el apoyo moral y político si existió. Sobre el apoyo de Estados Unidos a la Independencia de Colombia, se puede decir que en realidad es una afirmación correcta y aunque su apoyo fue aún más discreto (secreto) que el de Inglaterra, según algunos historiadores, fue el más importante. Por algo Simón Bolivar desde 1807 llamaba a George Washington “El Nestor de la Libertad”.

Y por alguna razón también la familia del primer presidente de Estados unidos le hizo llegar a El Libertador una medalla con el retrato del héroe norteamericano por medio del Gran Mariscal francés La Fayette. No existe duda que gracias a la doctrina Monroe se obtuvo la Independencia definitiva. Y fue Estados Unidos el primer país en reconocer la Independencia después de Brasil. Algunos investigadores afirman que Estados Unidos también envío armas, soldados, pertrechos y capitales para combatir contra los españoles. Así las cosas y como historia es la narración de los hechos verídicos ocurridos en el tiempo y el espacio, la afirmación del presidente es correcta, y los que ahora se burlan serían los que desconocen la realidad.

El historiador Luis Arturo Melo desarrolló una tesis precisamente sobre este tema en la que demuestra que lo dicho por Duque no son sólo piropos progringos. De acuerdo con los documentos que desempolva Melo, Francisco de Paula Santander en 1829 declaró a The Albion y a The New York Dayli, así como al presidente de Estados Unidos Andrew Jackson, lo mismo que afirmó Estos testimonios son base para que el alto consejero de Derechos Humanos y asuntos internacionales, Francisco Barbosa, defienda las declaraciones del presidente Duque, y califique de “pseudointelectuales” a quienes critican las declaraciones del mandatario sólo porque las hace él. Para Barbosa existieron por lo menos tres episodios históricos que demuestran que la ayuda sí fue apoyo y que definitivamente sí fue crucial.

La reunión en Estados Unidos entre el precursor Francisco Miranda y el presidente estadounidense Jefferson con su gabinete, en la cual este país se comprometió a no intervenir a favor de España, que enfrentaba la rebelión de sus colonias. Otro hecho es que entre 1810 y 1815, cuando llegó el pacificador Pablo Morillo se produjeron pronunciamientos importantes, como la carta de John Adams a James Lloyd, en la que se elogiaba a Miranda por haberse alzado contra el régimen español. El tercer suceso son las declaraciones de Bolívar en el Congreso de Angostura, cuando dijo: «El pueblo norteamericano es un modelo singular de virtud política y rectitud moral (…) esa nación nació en libertad, se crió en libertad y se mantuvo sólo por la libertad».

El caso es que parece que las interpretaciones históricas tienen un prisma político, por no decir ideológico, y que no en vano siempre se ha dicho siempre que la historia la escriben los vencedores. De hecho es famosa la edición de las historia del PCUS de la era pos Stalin, conocida como la edición no revisionista. Y los mamertos son expertos en esto. No es casual que coincidan Gustavo Petro, Nicolás Maduro y muchos de sus áulicos enquistados en los medios de comunicación en que Estados Unidos no apoyó y menos de manera crucial. Habría que mirar la razón de fondo por la que la horda mamerta y los periodistas filomamertos se opusieron a un nombramiento en el Centro de Memoria Histórica. ¿Será porque la historia en Colombia la quieren escribir los vencidos con aires de vencedores?

Para mayor documentación de este artículo puede leer los manuscritos de Francisco de Paula Santander a Andrew Jackson, el 19 de mayo de 1829, los cuales encontrará en https://www.loc.gov/resource/maj.01073_0066_0069/?st=gallery

Foto: Slideshare.com- Precursores.