Con dolor de patria tengo que decir que no me pareció extraño el dictámen de Standard @ Poors, para rebajar la calificación crediticia soberana en moneda extranjera de C/bia de BBB a BBB- el 11 de Dic/17.

Veamos algunos apartes del comunicado de S@P, donde se justifica la baja a la calificación crediticia C/biana así: «La rebaja en la calificación de la deuda, se debió a la combinación de un crecimiento más débil de lo esperado en 2017 y a la dependencia parcial de ingresos extraordinarios, para compensar el bajo desempeño de la reforma impositiva de 2016; demostrándose con ello la dificultad en la reducción de los déficit generales del gobierno para cumplir con la regla fiscal de C/bia». Igualmente, también adujo la calificadora de riesgos, que la economía Colombiana sigue sufriendo los menores precios de las materias primas, y de la misma manera S@P llama la atención, sobre los altos niveles de la deuda externa, la pronunciada volatilidad en los términos de intercambio del país, y el débil crecimiento económico para el 2018.

Sinembargo y pese a lo anterior, el Ministro Cárdenas,de manera oronda y relativamente fuera de contexto; sale a declarar de manera equívoca, que la señal de alerta que está enviando la firma calificadora de riesgo es para que se mantenga la senda que ha trazado el presente gobierno, para la vigencia de 2019.

Con relación a lo anterior, y en particular con respecto a la rebaja crediticia de S@P, me referiré en los posteriores párrafos; con propósito de aclaración, a los hechos y las incidencias de esta decisión en la economía y la política C/biana de corto y mediano plazo.

Señor Ministro, en sus declaraciones usted afirma que ha realizado el ajuste de manera ordenada y oportuna; y definitivamente lo que hemos visto es lo contrario. Puesto, que las intervenciones del ministerio de Hacienda y la Junta directiva del Banrepública, han sido erráticas, extemporáneas, y más bien han respondido a mitigar con extemporaneidad; profundos equívocos, tales como los de aprobar una reforma tributaria sobre la base del aumento de tres puntos del IVA en épocas de desaceleración económica, con indiscutible perfil, no de reforma tributaria estructural como se vendió, sino de manifiesto y definitivo corte coyuntural de tipo fiscalista. Asímismo, pensar que la política fiscal y monetaria fueron definitivas para impulsar la devaluación, es en demasía equivoco; pues pesaron más factores de mercado y de inercia gubernamental en la ejecución de la inversión pública, que la inoportunidad de la intervención económica del Minhacienda y la junta directiva del Banrepública en materia de intervenir la tasa de interés. Igualmente, la devaluación del peso, no se debe en el fondo a ninguna acción gubernamental, sino a la fortaleza de la economía de USA que en vez de crecer al 1.6% va a crecer al 2.4%, como resultado de su política industrial y de ser ahora un más fuerte productor y exportador de petróleo. Es decir, es a fenómenos externos y de mercado que ha reaccionado la tasa de cambio, no a la opacidad e inoportunidad de la acción macroeconómica de las autoridades fiscales y monetarias del estado. Por tanto, Señor ministro, al próximo Gobierno le toca es actuar con lo inevitable en todo esto; que es tramitar una reforma tributaria estructural que el actual gobierno no pudo concretar.

Sea el momento de decir, que una decisión de este tipo si afecta a la economía de un país que acusa circunstancias manifiestas de desaceleración económica, puesto que termina impactando la calificación de algunas empresas locales como ecopetrol, Isagen, y a bancos privados importantes. Igualmente una calificación BBB- termina incidiendo en el hecho de aumentar el costo del financiamiento y la emisión de bonos en el estado, debido a la pérdida de credibilidad y el aumento del riesgo que ocasiona la debilidad de la economía en materia de crecimiento económico y de ingresos fiscales.

Con todo respeto Señor Ministro, la senda debe ser otra y la dinámica económica mucho mayor, pues una reforma tributaria no solo se mide por el rasero de controlar la evasión, sino por vincular a más de 6.000.000 de contribuyentes que hoy no pagan tributos.

 

Por otro lado, no es prudente pensar en más reducción del gasto; en un país donde el control de la inflación ha corrido por cuenta de la disminución de la demanda agregada vía IVA, la disminución de la ejecución de la inversión pública por problemas jurídicos, y al impacto que lo anterior ha tenido sobre la baja en el crecimiento económico y el nivel de empleo.

Así las cosas, Señores candidatos a la Presidencia de la república, se requiere el trámite de una reforma tributaria estructural bajo la égida de formalizar cerca de 6 millones de potenciales contribuyentes que hoy no pagan tributo; pero por favor nunca pensar en reducir el gasto, ni los tributos que ya se están exigiendo, so pena, de no cumplir la regla fiscal a partir de 2019, y mejorar esta triste calificación que nos deja la opaca gestión económica de la presente administración gubernamental.

 

Felices días.

 

Henry Amorocho Moreno. Dic 13/17.