No deja de sorprender la multiplicidad de los nefastos hechos acaecidos, en los distintos escenarios de la vida nacional. Sin embargo, es claro que no pasa desapercibido, observar el perfil irreal, que en sus declaraciones económicas, vienen presentando, tanto el Presidente, como su Ministro de Hacienda.
De lo precedente, es preciso registrar que el jefe del estado trasega en nebulosas; cuando afirma que «Los indicadores fundamentales de la economía, hoy son mucho más sólidos que los que teníamos hace unos años. Igualmente, el Ministro de Hacienda es contrario a la realidad, cuando sostiene que la economía crecerá el 2.3% en el tercer trimestre/17, y el 2.8% en el cuarto trimestre/17; Cuando lo sensato y aterrizado, es que vamos a estar inmersos, en el crecimiento más bajo de la década, a 31 de Diciembre/17. Puesto, que en 2010 el crecimiento alcanzó el 4%, en 2011 el 6%, en 2015 el 3.1%, en 2016 el 2.0%; Y en 2017, posiblemente será del orden de 1.6%. Es decir, que de manera sucesiva, se han dado 3 años de acusada desaceleración económica.
Señor Presidente con todo respeto, el país no cambiará su demoledor rumbo de deterioro económico, con el repetitivo y trasnochado discurso del efecto negativo de la caída de los precios del petróleo. Asímismo, de nada ayuda al país, el insistir obstinadamente en el ingreso de Colombia a la OCDE; pues, de suyo seríamos el socio pobre de esa comunidad de países ricos; y por contera seríamos fieles enarboladores de abominables prácticas de administración del estado, como las que se desprenden de fenómenos recientes; tales como; la solicitud de extradición a un Ex-fiscal anticorrupción, y la vinculación de 2 Ex-Magistrados, a una de las investigaciones penales más sonadas del país.
Por otra parte, es desatinada la estimación del Marco Fiscal de Mediano Plazo, con precio del barril de petróleo a US$65; pues de suyo, unido al bajo recaudo fiscal de 2017, se constituyen en importantes variables desestabilizadoras, de las cuentas fiscales del proyecto de presupuesto para la vigencia fiscal de 2018.
Así las cosas, por el ineficaz manejo de la crisis fiscal y económica; es como si se estuviera dando una nueva ola de la enfermedad Holandesa; Puesto que el enfermo se atornilló a la desaceleración económica, bajo la égida de la opaca gestión y ejecución de la inversión pública; y del aún pertinaz descuido de la agricultura, la industria, y la ruralidad como un todo.
Como corolario, es pertinente reiterar; que ante la falta de dinámica, para salir del abismo económico y fiscal en el que estamos; es preciso diversificar la economía, tal y como lo hizo Holanda; pues no es prudente, como dice el sabio refrán, dejar los huevos en la misma canasta.
Finalmente, bueno es recordar que hoy día Holanda, es el país con más alto PIB per cápita, de los países que conforman la OCDE; y que para iniciar una ordenada senda de crecimiento de la economía, se requiere mejorar la gestión de lo público, volver a las buenas prácticas, y recuperar y afianzar los valores tradicionales; para enrutarnos y salir del cataclismo económico y moral; en el que estamos cada vez más sumergidos, en el epílogo de la presente administración 2010-2018.
HENRY AMOROCHO MORENO/17.