El presidente señaló la falta de voluntad del ELN para avanzar en la paz. Las comunidades del Catatumbo exigen respeto por la población civil y cese inmediato del fuego.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció la suspensión del proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), tras los recientes actos de violencia en el Catatumbo, región históricamente golpeada por el conflicto armado. A través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), Petro expresó contundentemente:
«Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz».
La decisión se dio luego de una serie de ataques que han intensificado la crisis humanitaria en la región. Según datos preliminares, los enfrentamientos entre el ELN y disidencias de las FARC han cobrado la vida de al menos seis firmantes del acuerdo de paz, dejado más de 15 heridos y desplazado a más de 70 familias.
Organizaciones sociales, campesinas y comunitarias del Catatumbo se reunieron en Ocaña el 16 de enero para exigir el cese al fuego inmediato y el respeto a la población civil. En un comunicado dirigido a los actores armados, las comunidades denunciaron las graves afectaciones a la vida, la economía campesina y el tejido social, así como los constantes ataques a líderes sociales y defensores de derechos humanos.
Además, hicieron un llamado al Gobierno Nacional para avanzar en la firma del Pacto Territorial para la Transformación del Catatumbo, un instrumento que consideran crucial para promover la paz, el desarrollo y la inversión social en la región.
«La paz en el Catatumbo no puede ser solo un compromiso en el papel, debe ser una realidad tangible,» señalaron en el documento.
Respuesta del Gobierno
Antes de anunciar la suspensión de los diálogos, el presidente había manifestado en redes sociales su respaldo a la población del Catatumbo, prometiendo un pronunciamiento oficial de la delegación de paz de su gobierno. La medida marca un giro en la estrategia de negociación con el ELN, que durante meses había sido uno de los pilares de la política de «paz total» del mandatario.
