Quito. Hombres, mujeres y niños llegan desde los cuatro puntos cardinales del planeta “El Templo del Sol” una edificación en piedra incrustada en la montaña, donde vive, trabaja desde el corazón el pintor y escultor Cristóbal Ortega Maila, a través de sus manos, sin usar ningún pincel, solo sus dedos y una magia le acompaña desde la niñez, para darle vida a cuadros que habitan en los cinco continentes y capitales tan emblemáticas abrazan y aplauden su arte como Londres, Madrid, París, Rio de Janeiro y Washington
Este ecuatoriano de 50 años, que fue botado de su casa a los 14 años de edad, ha logrado con el paso del tiempo elevar a un museo en espiral –con un equipo que trabaja en el silencio y el anonimato- para que sea visitado por los turistas que recorren sus caminos empedrados con los ojos abiertos y recibiendo sorpresas a cada paso representado en la historia del arte, la cultura andina y prehispánica, así como obras en lienzo y piedra.
N lugar que encierra mucha energía, en medio de la mitad del mundo, que en su techo permite el ingreso de los rayos solares –dos veces al año- de forma penpendicular, que para el Maestro Ortega Maila, es un regalo de la naturaleza. “Me alegra que la gente conozca parte de lo que hacemos, de nuestro compromiso por la defensa por la naturaleza. Hay que amar la madre tierra”, dice
Y es que su amor por el arte y la fuerza de sus cuadros, se concentra en sus dedos. Con ellos, pinto 100 cuadros en 60 minutos, elevándose como el ser humano más rápido en hacerlo. Es un heredero de los saberes artísticos ancestrales, que apunta a que a través de educación y pedagogía de su accionar, sea valorada por las presentes y futuras generaciones.
Hace poco, fue visitado por un representante del Gobierno del presidente de los Estados Unidos Donald Trump, para que adquirir un cuadro, que acompañará la decoración de la Casa Blanca, que se suma hoy a los trabajos que realizó en su momento con varios presidentes de Francia.
Por unos instantes, nos abrió la puerta de  su casa, para recibir de nuestras manos el libro “Gobierne bien y hágalo saber”, gracias a los comentarios positivos que se escuchan desde Colombia y América Latina, sobre su contenido académico. “Mientras quién habla sirve a la sociedad pintando, usted señor Carlos Villota Santacruz y el coautor del libro Andrès Lizarralde Henao, sirve a la sociedad escribiendo. Desde la comunicación. Hablando de la necesidad de edificar Gobiernos transparentes y de la mano de los ciudadanos. Nuestras felicitaciones. Adelante”, comentó.
Más adelante –eleva la mirada al cielo- y recuerda que la naturaleza le brinda al ser humano todo. Sin embargo, no se valora en toda su dimensión y se destruye contaminando el agua, cortando árboles. “Es una gran equivocación. Lo importante es que tanto los pintores como los escritores, los que saben de comunicación política, alerten a nuestra raza, que es hora de disfrutar de las montañas, de la geografía. “La próxima guerra en el orbe será por el agua”. Todavía se puede salir al paso a ese horror que sería que los seres humanos entremos en guerra por el agua. Tú –Carlos y Andrés- tiene la misión de detener esa posible confrontación,  a través de tu pluma. Un servicio desde la comunicación, que debe trascender con el tiempo. Como ya, se siente y se escucha. No es un adiós. Es un hasta luego. Mayor Informaciòn facebook.com/PintorOrtegaMaila/