El Presidente Santos volvió a reiterar desde Manila que la fecha límite para la firma de los acuerdos de paz es el 23 de marzo de 2016. Afirmó que esta fecha fue concertada por las partes, «no fue una decisión unilateral, fue una decisión acordada con las FARC». Además agregó «yo espero que las FARC cumplan con esa fecha, y por eso mi llamado es a que aceleremos las negociaciones». Lo anterior fue una clara respuesta a la declaración de las FARC sobre la posibilidad de no firmar en esa fecha debido a que para ellos el tiempo de los 6 meses no había empezado a correr (ver Panorama complejo para el proceso de paz).

Ambas partes se acusan de quedarse «quietos» y de volver lentos el proceso. Santos afirmó que «lo que están proponiendo (las FARC) es una especie de juego a la estatua, es decir nos quedamos quietos. Eso no es posible en el caso colombiano en estas circunstancias. Lo que tenemos que hacer es avanzar».

Por su parte, el día de hoy Timochenko acusó al Gobierno colombiano de lo mismo, afirmando que buscan ralentizar las negociaciones y frenar los acuerdos. Afirmó que «hoy nos preocupa que del lado del Gobierno prospere un cierto propósito de ralentizar, de complicar el progreso en los acuerdos. El lento ritmo impuesto en la mesa y las subcomisiones da mucho qué pensar». Para sustentar este tema invocó el malentendido con el acuerdo de justicia, «de pronto resultó que el acuerdo sobre justicia no podía considerarse cerrado, que lo único oficial era un comunicado».

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El disenso se extiende además a la verificación del cese unilateral al fuego y al mecanismo de refrendación popular de los acuerdos. Mientras el Gobierno ha impulsado fuertemente la realización de un plebiscito, negando la posibilidad de una asamblea constituyente, las FARC lo han rechazado e insisten en establecer una asamblea, afirmando que para ellos las iniciativas en el Congreso no los representan (ver Tildando el plebiscito de “iniciativa extraña y exótica”, FARC lo rechazan).  

El Presidente Santos anunció en su intervención que pedirá a las Naciones Unidas verificar el cese bilateral. «Voy a pedir apoyo para que la resolución de la ONU, cuando acordemos con las FARC solicitar el monitoreo y la verificación, no solamente se haga a la menor brevedad posible, sino de la mejor forma posible y eso es una resolución muy sencilla, muy limpia, donde se den los recursos lo más pronto posible para que pueda iniciarse apenas tengamos algún acuerdo”, afirmó. Lo anterior a pesar del rechazo explícito de las FARC sobre esta iniciativa (ver  Colombia pedirá a la ONU mandato para apoyar la verificación del cese bilateral).

Y así continúa el tire y afloje en las negociaciones de La Habana.