La desmovilización de las FARCes uno de los puntos clave en el proceso de paz y en el acto legislativo que se encuentra en debate en el Congreso, particularmente como la base para lograr una participación política de los miembros del grupo guerrillero. El Presidente Santos había solicitado el apoyo de la ONU para la verificación de este proceso como un estilo de veeduría externa, sin embargo, las FARC no estuvo de acuerdo. Precisamente la preocupación es facilitar la entrada a la política de miembros del grupo antes de confirmar su desmovilización y entrega de armas, no solo en términos de paz sino también en términos de los impactos que esto pudiera tener sobre la democracia colombiana. Actualmente, no es claro el mecanismo para realizar esta verificación.
Sin embargo, las FARC sí se comprometieron con Naciones Unidas para eliminar el reclutamiento infantil y juvenil y soltar a aquellos menores de 15 que se encuentren actualmente en sus filas; pero no es claro la forma en que esto se va a verificar.
No obstante, la mayor preocupación entorno a las FARC continúa siendo el negocio del narcotráfico, frente a lo cual la DEA ha insistido en que el grupo guerrillero no solo ha mantenido su producción y exportación, sino que además ha fortalecido sus vínculos con los carteles de droga mexicanos. La organización estadounidense recalca esto en su informe ‘Valoración nacional sobre la amenaza de las drogas año 2015″, en la cual si bien plantean que nuestro país ha ido perdiendo participación en la entrada de coca a EE.UU. frente a los mexicanos, se debe tener en cuenta que los grupos colombianos están precisamente exportándole a este país como un estilo de intermediario. Esto aunado al reporte de esta organización sobre el incremento de cultivos ilícitos en el país genera un panorama preocupante frente a la situación de negociaciones en La Habana y el posconflicto.