Colombia llega a Barranquilla para su tercer compromiso del ciclo olímpico 2017-2020, con victorias en las dos salidas anteriores, los Bolivarianos y los Suramericanos. Esta vez, el equipo nacional buscará defender los espacios ganados en los últimos juegos, los de Veracruz 2014 y reducir las diferencias frente a México y a Cuba.

Cuando comenzó el actual ciclo olímpico, 2017-2020, Colombia tenía como meta avanzar en el proceso de crecimiento que venía cumpliendo desde hacía varios años, es decir, ratificar los espacios ganados y mejorar en otros.

Llegaron los Juegos Bolivarianos, en Santa Marta, en noviembre de 2017, y nuestro país saltó a los campos de competencia, con el objetivo de volver a ganar el certamen, como había ocurrido cuatro años antes, por primera vez en la historia en Trujillo, Perú. Y el objetivo se logró, con un valor agregado: las ventajas logradas fueron abrumadoras, frente a países como Venezuela, al cual se le había apenas ganado en la edición anterior.

Luego de este primer paso firme en los propósitos del nuevo ciclo olímpico y de algunas explicaciones sobre este fenómeno, que incluyeron un mejor rendimiento de colombiano, frente a un descenso del de los rivales, las razones completas quedaron por confirmarse en el siguiente certamen, los Juegos Suramericanos, en Cochabamba, Bolivia.

Para estos Juegos, las metas eran claras: defender el segundo puesto y recortarle al indiscutible favorito, Brasil, parte de la ventaja que esta nación logró cuatro años atrás, en Santiago de Chile, que sobrepasó las 50 medallas de oro.

Y en su expedición por tierras bolivianas, el pasado mes de junio, Colombia sorprendió, porque no solo descontó esa ventaja, sino que logró superar a la potencia latinoamericana, por cuatro preseas doradas, es decir, obtuvo 54 oros más, luego de un crecimiento de más del 80 por ciento frente a la última contienda. Y frente a los demás países, los márgenes de diferencia crecieron, lo que reconfirmó que el crecimiento del deporte colombino sigue su marcha de una manera constante, sólida y prometedora. Con esto, el continente siguió observando a nuestro país con respeto y “admiración” (palabra utilizada por el presidente de Panam Sports, Neven Ilic, en reciente visita a nuestro país).

En consecuencia, nuestro país marcha invicto en el ciclo olímpico, porque, por primera vez ha recogido victorias en las dos salidas en certámenes múltiples, y con balances satisfactorios en los deportes en los cuales es fuerte, y alentadores en otros, en los que ha sido menos, que crecen en proporciones similares, lo que confirma una realidad prometedora: los progresos de Colombia son globales y no en unas pocas disciplinas.

Barranquilla abre sus brazos

Llegan los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Barranquilla, del 19 de julio al 3 de agosto, un certamen que ha exigido ingentes esfuerzos en los dos frentes en los cuales está comprometida Colombia: en la organización y en la preparación de sus deportistas.

A Barranquilla irá, básicamente, la misma delegación que ganó los Juegos Suramericanos, en Bolivia, que era casi la misma que había triunfado en los Bolivarianos de Santa Marta. Eso significa que el proceso del actual cuatrienio se cumple a cabalidad, es decir, con casi los mismos deportistas, enfocados hacia el final del ciclo, los Juegos olímpicos Tokio 2020, pasando, desde luego, por los Panamericanos Lima 2019.

El próximo 19 de julio, Barranquilla abrirá sus brazos, para recibir a cinco mil deportistas de 37 países, que serán protagonistas de la máxima fiesta deportiva en suelo colombiano, en el presente año: los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Los primeros juegos del ciclo olímpico actual, los Bolivarianos, tuvieron una exigencia específica, la más baja de los cuatro años. Los Suramericanos, un grado más alto. Los Centroamericanos y del Caribe, mucho más exigentes, por la presencia de naciones como México y Cuba, tradicionalmente superiores a Colombia, a excepción del resultado obtenido en los pasados Panamericanos de Toronto, Canadá, en 2015, en los cuales nuestro país aventajó a los manitos, en un escenario con muchas variantes, que no puede tomarse como referencia absoluta para pronosticar resultados en el área Centroamericana y del Caribe.

En Veracruz 2014 ganó México, con 123 medallas de oro; segundo fue Cuba, con 115, y tercero, Colombia, con 70.

Objetivos grandes

En Barranquilla se aspira, sin renunciar al difícil objetivo de ganar los Juegos, a superar a Cuba y ser segundos, con menos desventaja ante México, frente a la registrada en Veracruz 2014. De igual manera se espera ampliar la ventaja frente a los demás países de las áreas centroamericana y suramericana.

Los pronósticos, que son el resultado de varios factores, todos sólidos y serios, y no emotivos, señalan que de nuevo los deportes fuertes de Colombia serán levantamiento de pesas, boxeo, atletismo, ciclismo, arquería, canotaje y natación, disciplina esta que ha logrado enormes progresos en los últimos años y hoy se convierte en una de las fortalezas colombianas.

Todo está listo. Colombia llegará a su casa, Barranquilla, para cumplirles a las naciones hermanas, de las áreas Centroamericana y del Caribe con este compromiso y buscar esos resultados que le permitan a nuestro país seguir su marcha hacia la meta de convertirse en potencia deportiva continental.

Prensa COC – Coldeportes