Por: Miguel Jaramillo Luján
¡Bogotá tiene hambre! ¡Bogotá quiere empleo! Pero a la alcaldesa López solo le alcanza el tiempo para criticar al Gobierno Nacional.
El día que Claudia López deje de planear “jugaditas” y se concentre en la tarea de gobierno, comprenderá que un buen gobierno en el sentido técnico y estricto lo definen las obras y lo soportan las cifras.
Y ni lo uno ni lo otro deja bien parado a esta querida Bogotá en un año caótico, frente al cual otros gobiernos de ciudades colombianas le siguen dando sopa y seco al gobierno distrital.
Quizá porque sus estrategias solo tienen como foco su Plan de Desarrollo y –a diferencia del gobierno de Bogotá- no están pensando en las siguientes elecciones.
En los primeros seis meses del año –según reveló el mismo gobierno de Bogotá– la capital subió en número de homicidios y en un 20 por ciento en el hurto de bicicletas, comparado con el mismo periodo del año anterior.
Y desde julio a septiembre el panorama no ha sido menos desalentador, pues es evidente que en Bogotá el hambre y el desempleo, también incentivado por la lentitud y demora de la alcaldesa en permitir la reapertura de sectores como el comercio, ha tenido impacto directo en las cifras delincuenciales.
¡Bogotá tiene hambre! ¡Bogotá quiere empleo! Pero a la alcaldesa López solo le alcanza el tiempo para criticar al Gobierno Nacional. Meterse en temas como la reforma a la Policía, institución frente a la cual demuestra incapacidad de ejercer en la propia capital su rol legal como jefe.
E incluso su ocio le permite hacer jugaditas torpes que, en lugar de ridiculizar a otros, solo responden a su afán de protagonismo con un nicho electoral, claramente, que se viene acortando, según la última encuesta de Invamer Gallup y la de Guarumo.
En Bogotá hay 280.000 casos de Covid que corresponden al 33 por ciento de los casos que se han presentado en el país, en una ciudad donde solo está el 16 por ciento de la población colombiana.
¿Qué fue culpa de los aeropuertos? Ese embuchado ya no le funciona a la alcaldesa, pues los aeropuertos ya reabrieron y no llegaron los jinetes del Apocalipsis a la capital.
Hay un manejo antitécnico en la estrategia de contención y atención del Covid-19 y los días siguen demostrando que también hubo torpeza en el manejo de la reactivación económica, que solo este 2020 le costará a la capital 550.000 empleos perdidos, según lo dice la misma Alcaldía.
Una cifra que se queda corta al recorrer localidades como Usaquén, Suba o Chapinero y ver la desolación de miles de locales con letreros de arriendo, personas deambulando en rebusque y cientos de avisos en redes y prensa con negocios a la venta.
La Asociación Nacional de Instituciones Financieras –Anif– reveló que el 35 por ciento de las pérdidas de ingreso en los hogares de Colombia se dio en Bogotá este año. Y entre las primeras cinco ciudades con menor tasa de desempleo, según el Dane, no aparece la capital colombiana.
Esto es preocupante, por que hoy se carga con un pesado inri de 24.1 por ciento de personas desocupadas en Bogotá. Una verdadera bomba social.
Sonaba bonito eso el primero de enero y el año pasado de que Bogotá tuviera su primera alcaldesa mujer por elección popular e incluso con una condición sexual diversa, eran dos buenos mensajes. ¡Pero hasta ahí!
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Por: Miguel Jaramillo Luján
¡Bogotá tiene hambre! ¡Bogotá quiere empleo! Pero a la alcaldesa López solo le alcanza el tiempo para criticar al Gobierno Nacional.
El día que Claudia López deje de planear “jugaditas” y se concentre en la tarea de gobierno, comprenderá que un buen gobierno en el sentido técnico y estricto lo definen las obras y lo soportan las cifras.
Y ni lo uno ni lo otro deja bien parado a esta querida Bogotá en un año caótico, frente al cual otros gobiernos de ciudades colombianas le siguen dando sopa y seco al gobierno distrital.
Quizá porque sus estrategias solo tienen como foco su Plan de Desarrollo y –a diferencia del gobierno de Bogotá- no están pensando en las siguientes elecciones.
En los primeros seis meses del año –según reveló el mismo gobierno de Bogotá– la capital subió en número de homicidios y en un 20 por ciento en el hurto de bicicletas, comparado con el mismo periodo del año anterior.
Y desde julio a septiembre el panorama no ha sido menos desalentador, pues es evidente que en Bogotá el hambre y el desempleo, también incentivado por la lentitud y demora de la alcaldesa en permitir la reapertura de sectores como el comercio, ha tenido impacto directo en las cifras delincuenciales.
¡Bogotá tiene hambre! ¡Bogotá quiere empleo! Pero a la alcaldesa López solo le alcanza el tiempo para criticar al Gobierno Nacional. Meterse en temas como la reforma a la Policía, institución frente a la cual demuestra incapacidad de ejercer en la propia capital su rol legal como jefe.
E incluso su ocio le permite hacer jugaditas torpes que, en lugar de ridiculizar a otros, solo responden a su afán de protagonismo con un nicho electoral, claramente, que se viene acortando, según la última encuesta de Invamer Gallup y la de Guarumo.
En Bogotá hay 280.000 casos de Covid que corresponden al 33 por ciento de los casos que se han presentado en el país, en una ciudad donde solo está el 16 por ciento de la población colombiana.
¿Qué fue culpa de los aeropuertos? Ese embuchado ya no le funciona a la alcaldesa, pues los aeropuertos ya reabrieron y no llegaron los jinetes del Apocalipsis a la capital.
Hay un manejo antitécnico en la estrategia de contención y atención del Covid-19 y los días siguen demostrando que también hubo torpeza en el manejo de la reactivación económica, que solo este 2020 le costará a la capital 550.000 empleos perdidos, según lo dice la misma Alcaldía.
Una cifra que se queda corta al recorrer localidades como Usaquén, Suba o Chapinero y ver la desolación de miles de locales con letreros de arriendo, personas deambulando en rebusque y cientos de avisos en redes y prensa con negocios a la venta.
La Asociación Nacional de Instituciones Financieras –Anif– reveló que el 35 por ciento de las pérdidas de ingreso en los hogares de Colombia se dio en Bogotá este año. Y entre las primeras cinco ciudades con menor tasa de desempleo, según el Dane, no aparece la capital colombiana.
Esto es preocupante, por que hoy se carga con un pesado inri de 24.1 por ciento de personas desocupadas en Bogotá. Una verdadera bomba social.
Sonaba bonito eso el primero de enero y el año pasado de que Bogotá tuviera su primera alcaldesa mujer por elección popular e incluso con una condición sexual diversa, eran dos buenos mensajes. ¡Pero hasta ahí!
Estos primeros nueve meses del gobierno de Bogotá han sido realmente un mal embarazo para la capital, una situación embarazosa con inminente riesgo de aborto o quizá con síntomas de un mal parto que esperamos no sea parto de mula.
Y pronto la alcaldesa, oriunda de Engativá, pueda caer en la cuenta de su responsabilidad histórica y la forma como perdió el primer año, que suele ser la “Luna de miel” de un gobierno, echando por la borda buena parte de su capital político en estos cuatro rounds, ya se gastó uno, y esperemos que en el 2021 no la enreden con un proceso de revocatoria
NR LAS OPINIONES DE NUESTROS COLUMNISTAS
Estos primeros nueve meses del gobierno de Bogotá han sido realmente un mal embarazo para la capital, una situación embarazosa con inminente riesgo de aborto o quizá con síntomas de un mal parto que esperamos no sea parto de mula.
Y pronto la alcaldesa, oriunda de Engativá, pueda caer en la cuenta de su responsabilidad histórica y la forma como perdió el primer año, que suele ser la “Luna de miel” de un gobierno, echando por la borda buena parte de su capital político en estos cuatro rounds, ya se gastó uno, y esperemos que en el 2021 no la enreden con un proceso de revocatoria
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