La situación del mercado petrolero sigue en un camino difícil. La subida del dólar y la constante caída del precio del petróleo se mantiene, y no es factible que este panorama cambie en algún tiempo cercano.
El freno en el crecimiento global, particularmente de las potencias medias como China e India, han generado una baja en la demanda global por energías no renovables, como es el caso del petróleo, impulsando su precio a la baja.
La situación se ha empeorado últimamente debido a la crisis en la bolsa China, y las existencias y los contenedores de petróleo indican que el panorama se mantendrá.
Solo el BRENT cayó 5% en un día, y bajó de los 30 USD. Para la entidad financiera estadounidense Morgan Stanley, los precios podrían caer hasta 20 dólares por barril, y los analistas del Royal Bank of Scotland pronosticaron un panorama más negativo, con un precio de 16 USD.
Esta situación es incluso más perjudicial para aquellos países con altos costos en producción petrolera, como es el caso de Colombia. Y es que a medida que baja el precio, el margen de ganancia se ve reducido; con altos costos debido a transporte, seguridad, y demás gastos necesarios en el país, este margen puede desaparecer.
No se trata solo de producción disminuida debido a que algunos pozos probablemente sean calificados como inviables, sino además a la clara falta de interés por explorar y descubrir nuevos yacimientos para el país, debido a que los incentivos actuales del mercado no lo permite.
En este sentido, vimos como la acción de Ecopetrol bajó de 1.000 pesos, cerrando en 955 pesos; e incluso podría bajar a 700 pesos.
Lo lógico a nivel internacional sería disminuir la producción para balancear los precios, pero Arabia Saudita se ha rehusado a hacerlo. Básicamente su objetivo es mantener su porción en el mercado, y afectar a los productores no OPEP.
De esta manera, no se movería para aumentar disminuir la oferta, si sabe que los países no OPEP la cubrirían. El tema es hasta donde está dispuesta a llegar para lograr su objetivo.
En todo caso, nuestra prioridad debe ser diversificar nuestra producción y exportaciones, tratando de subsanar no solo la pérdida de ingresos causada por la caída de los precios del petróleo, sino generar una política económica anticíclica que evite estas afectaciones en un futuro.