Borja buscó los servicios de su apoderado de confianza, un reconocido penalista en Montería, para que le hiciera un estudio de títulos de todos sus bienes.

Mientras el goleador cordobés Miguel Ángel Borja con su potencia y largas zancadas seguía haciendo goles en Brasil en el 2018, desde Montería, dos de sus más cercanos amigos le metían golazos a su chequera.
Le robaban muy a pesar que el exjugador del Palmeiras brasilero, campeón de la Libertadores con Nacional de Medellín y hoy goleador del Junior de Barranquilla, les dio la mano cuando estaban en la inmunda. 
Pero no era cualquier robo, pues más allá de la cuantía que supera los 300 millones de pesos, era una traición a su confianza, ya que los dos amigos protagonistas de  una estafa millonaria los conocía de años atrás.
Todo empezó cuando Borja jugaba por los lados de Cali, con el Cortuluá y por intermedio de Wilson Morelos y otros jugadores conoció al exjugador del América, Jhon Quintero Arias, quien luego de haberse ganado la confianza del jugador cordobés, este decidió hacer una millonaria inversión en Montería mediante la compra de apartamentos y lo delegó para que él se los manejara.
Tener otro ingreso

Buscaba con esa inversión que sus bienes estuvieran cerca de su familia y también para manejar una caja menor  a través del ingreso por cobro de arriendos para destinarlos a su fundación, además destinar recursos a su escuela de fútbol.
Pero, al parecer, pudo más la avaricia que la amistad y mientras Borja seguía en Brasil, Quintero Arias en Montería se colgaba en el pago de la administración de por lo menos 17 apartamentos y como si fuera poco desviaba el cobro de los arriendos y de ñapa no pagaba tampoco los servicios públicos.
Fue por ello que un día desde un edificio contrataron los servicios de un abogado para que embargara el sueldo y bienes del jugador. Pero esa jugada judicial sirvió para que Borja descubriera el ‘golazo’. 
Borja buscó los servicios de su apoderado de confianza, un reconocido penalista en Montería, para que le hiciera un estudio de títulos de todos sus bienes, porque algo le ‘olía mal’. Fue cuando en dicho experticio se descubrió que un apartamento que el futbolista había comprado a un amigo en el Edificio Torres del Este, del barrio 25 de Agosto, el mismo que lo vendió, en contubernio con Jhon Quintero, lo negociaron a otra persona.

Pero para ocultar la falta le giraban a Borja los cánones de arriendo y así hacerle creer que  habían comprado por 180 millones de pesos un apartamento en Torres del Este, dinero que manejó, en parte, Jhon Quintero.  Descubierto el hecho, se  denunció en la Fiscalía 13 Seccional de Montería, donde ya ‘Quinterito’ y el otro amigo de Borja, aceptaron sus culpas en el fraude al jugador.

El meridiano