Por: Jose Ignacio Penagos H

Cuando al borde de ser exterminados por el Ejército Nacional en tiempos del Gobierno de Alvaro Uribe Vélez, se reunieron en Venezuela los miembros del secretariado de las FARC, justo en los campamentos denunciados en su momento ante la OEA; se creó el último plan de guerra de la guerrilla en el que definieron los pasos que debían adoptar para sobrevivir, oxigenarse y lograr tomarse el poder. 

Con los consejos de los chavistas y castristas que los acompañaron, les recordaron que la única manera de imponer el socialismo del siglo XXI, era logrando cubrir todos los frentes políticos y armados. Fue entonces que definieron la hoja de ruta que incluyó la creación de un movimiento político y continuar en las armas. 

De ahí salió la idea de plantear un proceso de paz, que fuera liderado por ideólogos y que permitiera generar credibilidad ante la comunidad internacional, para ello serían la mayoría de los íconos de la guerrilla los que se desmovilizarían, a fin de conformar una opción política, mientras fortalecerían los medios de financiamiento a través del narcotráfico. 

Jubilarían e indultarían a los más ancianos y los más guerreros reestructurarían militarmente las tropas a fin de actuar coordinadamente desde las armas y lo político.

Así serían tres áreas de acción: política, militar y financiera. Puestas las cartas sobre la mesa, ahora se darían los pasos: 

1. Ofrecer la negociación denunciados proceso de paz que creará las instancias que los indultara. 

2. Comprar la voluntad política del miembros del Gobierno de turno, congresistas, jueves y magistrados. 

3. Crear e la negociación, las instancias que los protegieran jurídicamente y evitar la cárcel.

4. Conseguir la creación de un partido político y participar politicamente de inmediato.

5. Entregar algunas armas y algunas caletas ocultando las más importantes y el verdadero patrimonio para poder utilizarlo en el rearme.

6. Meter a la cárcel, desaparecer o neutralizar a los opositores tanto en la comunidad y en sus propias filas, como en el gobierno y la política.

7. Una vez instalados, desmovilizados, rearmar la guerrilla bajo la modalidad de disidencias. 

8. Negociar con los carteles mexicanos para mantener el flujo de dinero.

9. Ocultar la actuación del narcotráfico bajo la creación de nuevos conflictos armados que distraigan la atención de las zonas de narcotráfico. 

10. Pedir financiación de su movimiento  político al Estado para la participación en elecciones proponiendo sus candidatos.

11. Forzar a las comunidades por la vía de las armas y el temor, a elegir a los candidatos de las FARC.

12. Apoderarse de una gran partr del país a fin de hacerlo un territorio FARC . En este punto plantearon un plan B que fuera el de pedir independencia de ese territorio ante la comunidad internacional creando un territorio separatista.

13. Buscar el poder nacional apoderándose de los poderes del Estado gracias a la acción política. Comenzando por la justicia, nombrando sus jueces y magistrados, continuando con integrar a los desmovilizados e la Policía y el Ejército, apoderarse de la Unidad Nacional de Protección, entidad encargada de ser escolta de los personajes del país, para someterlos, desapaecerlos o neutralizarlos.

14. Imponer el socialismo del siglo XXI con el apoyo de Venezuela y Cuba uniéndolo al eje Cuba-Venezuela, que se sumaría a los países que en ese momento ya estaban comprometidos: Ecuador con Correa, Brasil con Lulla y Russef, Argentina con CristinaFernández, Chile con Michelle Bachelet, Bolivia Con Evo Morales; quienes se comprometieron a mantenerse en el poder.

15. Fijaron un plazo máximo de 20 años para lograrlo, calculando 6 de negociación  y tres periodos de gobiernos más, con dos más de gabela.

El documento en el que se encuentran consignadas las conclusiones del plan de guerra que ejecutan las FARC, tiene algo más de 300 páginas, incluye la incorporación del pensamiento del socialismo del siglo XXI como el nuevo lineamiento ideológico y suscribe al eje Cuba-Venzuela y su compromiso con e Foro de Sao Paulo y no es secreto, pues algunos “exguerrilleros” lo tienen en su poder pero no dejan copiarlo ni fotografiarlo por temor.

Lo que la Farc no se imaginó, es que le fuera a ser tan fácil la tarea y que lograría poner el plan en curso en tan poco tiempo. Además que podría contar con el financiamiento de ese plan por parte del Estado, que hoy le entrega miles de millones para la operación de su partido,  miéntras no da dinero a ningún otro partido.

Ahora se ve que no parece casualidad el desplazamiento forzado de venezolanos a Colombia y por el contrario pareciera que está enmarcado dentro de este plan. Sería la contribución venezolana a la dotación de personal para la reorganización militar de la guerrilla. ¿De qué otra manera podrían haber entrado al país los hombres que se suman a la FARC?.

Desde hace meses se sabía de la incorporación de ciudadanos venezolanos a las filas deo ELN, que también es asesorado por el eje Cuba -Venezuela. Hoy Iván Márquez anuncia la puesta en marcha del paso de reorganización militar de las FARC en consecuencia con ese plan de guerra. En él anuncia que une esfuerzos con el ELN, lo que significa que seguirá la pauta de incorporación de los venezolanos enviados y para lo que  aprovecharon los desplazados para ingresar a los nuevos fichajes.

Tampoco parece casualidad que con ayuda de Ivan Cepeda y su partido tradicionalmente  ProFarc, busquen la cárcel para Álvaro Uribe Vélez y el llamado por parte de la Corte a indagatoria en la que podrían decretar su detención.

Llama la atención que sea justo Iván Márquez el que rearme a la guerrilla, lo que demuestra que es él, el verdadero líder del plan de guerra.

Fue de su mano, como Jefe Negociador, quien logró llevar a la firma del “proceso de paz” hasta la creación del partido; y ahora es él mismo quien guía el rearme y la lucha militar.

Pero es justo él, Iván Márquez, con Jesús Santrich, los que ya han sido reconocidos como los negociadores con los carteles mexicanos, es decir Márquez también lleva de su mano el financiamiento del plan de guerra.

Lo que es sorprendente es que el país siga siendo inocente, iluso y se crea las mentiras acomodadas de las FARC, que han demostrado históricamente ser mentirosos compulsivsos; pese a las evidencias.

Es increíble escuchar ahora esas voces que culpan a Uribe, a los del NO, al presidente Duque, por la decisión de rearme de las FARC;  cuando es parte del plan de guerra, sin reconocer la culpabilidad real que le cabe a Juan Manuel Santos, los votantes del SI y defensores del falso proceso de paz… los que le siguieron el juego a las FARC.

Se cumple lo que alguna vez dijo Wiston Churchill: “El que se arrodilla para buscar la paz, se queda con. La humillación y la guerra”.