Mientras que la resolución del Parlament catalán avala con 72 votos (vs. 63 en contra) la pretensión secesionista catalana propuesta por los partidos Junts pel Sí y la CUP, con la cual se sienten legitimados para iniciar el proceso, el Partido Popular declara este mecanismo como una forma de «burlar el Tribunal Constitucional».
El PP está de acuerdo con generar una reforma que permita fortalecer la democracia, pero insiste que estas pretensiones no son la solución. Por su parte, el Parlament catalán con la resolución promulgada planea la «desconexión democrática» de España, iniciando en 30 días «la tramitación de las leyes del proceso constituyente, de seguridad social y de hacienda pública». Así mismo, promulgaron la realización de un referendo de independencia.
La solución parece ser ya existe: una nación de naciones; lo cual haría este proceso un ejercicio fútil. Al respecto, el ex presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio afirma que “un pilar clave de la reforma es ponerse de acuerdo sobre lo que entendemos por nación española. No habría inconveniente en aceptar que Cataluña es una realidad nacional, pero siempre que se entendiera por nación una entidad que no implique el derecho a la creación de un Estado. Al igual que Reino Unido, España englobaría a una serie de naciones que llevan siglos viviendo juntas. La Constitución actual ya da a entender que somos una nación de naciones aunque me parece que no se ha hecho pedagogía sobre eso”.
Frente a esto se han pronunciado académicos como a Alberto López Basaguren, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad del País Vasco, explicando que “el concepto de nación ha sido reformulado y modernizado profundamente. De hecho, el Consejo de Europa dice que no es un concepto político, fundamento de la soberanía, sino un sentimiento personal de pertenencia a una comunidad cultural, lingüística o de otro tipo. Eso significa que una comunidad asentada en un territorio puede incluir a personas con diferentes sentimientos de pertenencia nacional y que es perfectamente posible compatibilizar el sentimiento de pertenencia a una nación cultural y a la nación cívica que la integra”.