Los micromachismos son comentarios, gestos, actitudes y situaciones que son parte de nuestro día a día.
El término micromachismo fue utilizado por el psicólogo argentino Luis Bonino, quien acuñó el concepto para describir un machismo “de baja intensidad”, “suave”, “cotidiano”.
Este tema ha causado cierta controversia dado que al nombrarlo como “micro”, minimiza un problema más grande y profundo que ha afectado a las mujeres por mucho tiempo.
Micromachismos que muchas hemos vivido
A continuación te presentamos situaciones con las que seguro te sentirás identificada. No se trata solo de señalarlos, también es momento de crear consciencia sobre ellos y erradicarlos.
Mansplaining
Imagina esta situación. Estás en la oficina, en una junta de trabajo con tus compañeros y hay un compañero que se encarga de explicarte todo, aunque tú lo sepas y estés mejor preparada o tengas más conocimientos sobre lo que ese hombre quiere explicarte.
Demeritar los conocimientos de una mujer y creer que solo los hombres pueden ser autoridades en un tema es uno de los micromachismos más comunes a los que nos enfrentamos
Aquí podemos ver una jornada por la lactancia materna en México donde no invitaron a ninguna mujer como parte del panel.
Las labores del hogar
Una de las cosas que evidenció la pandemia es la injusta distribución de las labores de la casa. Por mucho tiempo hemos asumido que son “cosas de mujeres” y que los hombres no tienen por qué participar en ellas.
Con la cuarentena hemos visto cómo las mujeres asumen, en muchas ocasiones, la total responsabilidad. Creer que así debe ser es uno de los micromachismos que asumimos y vivimos con naturalidad.
Sólo para que te des una idea de la gravedad del problema. En México, de acuerdo con las últimas cifras de Instituto Nacional de Mujeres,, el trabajo no remunerado de las mujeres equivale al 17.7 por ciento del PIB, equiparable con lo que generan actividades económicas en el sector del comercial y la industria manufacturera.
En Chile la situación no es muy diferente, el estudio publicado por Fundación Sol destaca que respecto del trabajo doméstico y de cuidados sin remuneración, en promedio, las mujeres trabajan 41,25 horas en una semana tipo, de lunes a domingo, en comparación a las 19,17 horas de trabajo realizadas por los hombres.
Las bebidas fuertes son para él
Hay cosas “más normales” que en el día a día asumimos como cosas o gustos de hombres y mujeres. A las mujeres también nos gusta la cerveza o el whisky y a ellos pueden no gustarles.
Asumir que las mujeres beben tragos con sombrillas y colores brillantes y que ellos bebidas alcohólicas fuertes es reforzar estereotipos de género.
Ellos pagan
Este punto es uno de los que ha generado polémica pues pone reflector sobre un punto incómodo: el dinero. Cuántas veces has estado en una cita y al pedir la cuenta el mesero asume que él pagará.
Que como sociedad asumamos que él siempre tiene que ser el proveedor no solo nos afecta a nosotras, también a ellos. Las mujeres también trabajamos, también ganamos dinero y podemos invitar a un amigo, hermano, novio o date una cena o una comida. Dejemos de pensar que ellos tienen la responsabilidad de pagar.
Cuando cuidan a los niños están ayudando
Por mucho tiempo las mujeres hemos sido las responsables de la crianza y cuidado de los hijos mientras que a los hombres se les ha asociado con ser los proveedores.
Cuando decimos que ellos “ayudan” a cuidar a los niños estamos quitándole a los hombres las responsabilidades que tienen como padres dentro de la familia.
La búsqueda de la igualdad de género también toca a la crianza y la corresponsabilidad del cuidado es un paso fundamental para lograr una sociedad más justa.
Romper con el micromachismo es romper con la idea que ellos ayudan con los niños. Los hombres que son padres también son responsables del cuidado y bienestar integral de los pequeños.
Micromachismos en cosas de niñas y de niños
Desde muy temprana edad la sociedad comienza con los roles de género, pequeños micromachismos a los que exponemos a los niños y las niñas.
A ellos la sociedad los invita a ser aventureros, a ser científicos, astronautas, a vivir la vida, mientras que a ellas la sociedad les da juguetes que implican el cuidado de la familia.
Tomado de Revista Nueva Mujer