diciembre 12, 2021

Se entiende por deuda externa el conjunto de obligaciones financieras que tiene un país y sus habitantes con acreedores internacionales.

La deuda externa se compone de dos factores, la deuda pública y la deuda privada, y cada una de ellas aporta para definir el porcentaje total del deuda externa de un país, que en el caso de Colombia, para el 2021 se ubicó en el 52,5% del Producto Interno Bruto

Este no es el año en que este porcentaje haya llegado a máximos históricos, esa cifra se alcanzó en el 2020, que llegó a una cifra cercana al 60% como resultado de los cierres producto de la pandemia del Covid-19.

Esa cifra del 52,5% del PIB de deuda externa, corresponde a U$165.168 millones de dólares, de los cuales el 60% de esa deuda es responsabilidad del sector público, y el restante se le asigna al ámbito privado.

El 86% de la deuda corresponde a créditos a largo plazo, superiores a un año, mientras que el 14% restante son prestamos de costo plazo, inferiores a un año.

Es ahí donde comienzan los análisis que pueden impactar la economía nacional y que requieren prudencia en el manejo de la deuda y del gasto por parte de las entidades estatales.

Para países como Colombia es fundamental apalancarse en créditos del exterior con el fin de lograr metas de inversión social dirigidas al sector más vulnerable de la población.

Sin embargo que el 31% del PIB corresponda a la deuda externa del sector público tiene implicaciones para el Estado y para la inversión social que se financia con esos créditos.

Esta cifra a aumentado notoriamente en los años 2020 y 2021 resultado de las inversiones para rescatar la economía que tuvo que hacer el Gobierno Nacional a lo largo de la pandemia del Covid-19.

Para que la economía funcione de manera adecuada es necesario que el país haga algunos ajustes para que se puedan ir pagando los créditos y que el porcentaje sobre el PIB no sea tan alto.

Uno de los renglones de la economía que se apalanca a través de dineros extranjeros son las obras de infraestructura, que son fundamentales para el desarrollo del país y para que el comercio interno pueda crecer.

En la medida en que se invierten en vías, esto se puede ver reflejado en menores tiempos de desplazamiento, mayor promoción del turismo local, menores costos de transporte de insumos, entre otros.

Sin embargo ese endeudamiento se dispara cuando el país debe invertir una parte de sus créditos en el sostenimiento económico de sus habitantes que, por la pandemia, vieron vulnerados sus ingresos.

Esto puede generar retraso en inversión de obras de infraestructura, sin embargo Colombia puede poner en marcha una estrategia que ayudaría a tener unas finanzas más saludables.

Esto es promover la disminución del gasto público y limitar el tamaño del Estado, que cada vez es mas grande y consume más recursos.