POR : RUBÉN BLADES
No voto en las elecciones norteamericanas porque no soy ciudadano estadounidense, soy residente legal. Quisiera poder ejercer ese derecho, ya que pago impuestos y porque los efectos de las decisiones de la administración nacional causan efectos que incluyen a los residentes, pero la ley no lo considera así.
No acostumbro a recomendar por quien votar en este país, pero en este caso me permito aconsejar por quien NO votar.
No reelijan al actual presidente.
No entiendo como es posible que aun tenga gente que lo apoye, después de los miles de insultos, mentiras, ilegalidades y manipulaciones que han caracterizado los cuatro años bajo su mandato.
Como abogado, lo que más me preocupa son sus acciones dirigidas a politizar la administración de la justicia en Estados Unidos.
El sistema judicial norteamericano representa la protección al derecho humano y su éxito se sustenta en un absoluto respeto a la norma constitucional. Aún en los casos en que ese fundamento se ha visto despreciado y violado por jurisdicciones legales ubicadas en estados que rechazaban la integración racial, la vigencia del principio del debido proceso y de la justicia igual para todos, permitieron que tales interpretaciones y aplicaciones fuesen declaradas inconstitucionales y que fueran corregidas, confirmando así a la Constitución como la más alta fuente capaz de conferir legitimidad a los actos administrativos del Estado.
Hay quienes olvidan que el ejercicio democrático, hoy practicado en gran parte del mundo, se originó con la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, en 1776. Por primera vez fue presentada al mundo la idea de un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, administrado por tres poderes diferentes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y por la separación entre Iglesia y Estado, para evitar la aparición de tiranías civiles, o religiosas.
Fueron estas innovaciones las responsables por crear el experimento social más avanzado jamás antes presentado a la consideración mundial.
Es cierto que bajo este sistema a través de las décadas también han existido violaciones, contradicciones, racismos, genocidios, y abusos a los derechos humanos, pero como productos de la corrupción humana, no de la Constitución en sí.
El actual mandatario de Estados Unidos con sus actos trata de producir el debilitamiento de la vigencia de la Constitución que orienta al sistema legal norteamericano, alcahueteando interpretaciones de tinte racista, mintiendo sobre hechos probados por la realidad, generando desunión y confusión entre la población estadounidense y desconfianzas hacia la ley y sus consecuencias, propiciando así el tipo de gobierno totalitario y dictatorial que opone la democracia.
No escribo animado por odios ni intereses partidarios, opino como persona que observa y analiza de manera objetiva, atendiendo a hechos y no a lo que una portavoz del actual presidente una vez denominó «hechos alternos».
La realidad no está sujeta a interpretaciones caprichosas. La realidad ¨es¨, no representa un ¨quizás¨, como argumentan fuentes del partido republicano y secundan medios como Fox News.
De continuar la actividad de este mal presidente por cuatro años adicionales, creo que este país dejará de ser conocido como Estados Unidos y se convertirá en una nación dividida, con estados donde no se permitirá a negros y a latinos vivir, donde no se tolerará la existencia de la diversidad sexual o de libertad de culto, donde solo se reconocerán derechos a personas que ese estado considere como representativas de lo que es ¨ser estadounidense¨, todo en el sentido contrario a lo que la actual Constitución vigente proclama y defiende en todo el territorio nacional.
Bajo el clima racista alentado por el actual presidente, el derecho humano como lo entendemos desaparecería y se vería sustituido por otra figura adaptada a la imagen del racismo, de la exclusión, de la división. Nadie volvería a ser «igual ante la Ley.» No exagero. La historia está llena de precedentes semejantes a los tiempos actuales.
Basándome en lo que este mal presidente ha expresado, callado o aplaudido, el ideal del ciudadano estadounidense, de acuerdo al partido republicano, es representado por una persona blanca, cristiana y heterosexual. Dentro de esa definición, todo lo que ese partido considere contrario a ¨su¨ modelo y creencias sería prohibido de manera tajante, sin aceptar opiniones contrarias o de disenso. Se eliminaría. el derecho a la libre expresión concedido por la Constitución y también la norma que establece igualdad para todos bajo la ley.
El afán del actual presidente estadounidense, de convertirse en rey o dictador, y su demostrada incapacidad e indiferencia ante una pandemia que al momento ha causado en este país más de 228.000 muertos y millones de infectados, debería ser suficiente para descalificarlo y para no repetirlo como primer mandatario de la Nación.
Traerlo nuevamente por cuatro años más sería trágicamente absurdo: Esta emergencia de salud no se acaba, aumenta y, desgraciadamente, todo indica que aún nos falta más por enfrentar.
Este presidente ha dicho que los científicos y los doctores son unos idiotas y que él sabe más que ellos. Depender de un ser tan arrogante para enfrentar emergencias es absurdo. Si bien no sorprende que parte del apoyo que recibe provenga de elementos racistas e ignorantes, me parece extraordinario que haya latinos que lo consideren como la persona adecuada para administrar a un país hecho y sostenido por el esfuerzo inmigrante.
Los que crean que por parecer blancos van a ser considerados iguales por el partido republicano se equivocan. Vayan a YouTube y vean la marcha de jóvenes blancos estadounidenses , portando antorchas (tikis) y gritando «THE JEWS WILL NOT REPLACE US» (los judíos no nos reemplazarán). Entre los judíos que esa marcha dice no permitirá que los reemplacen se incluiría a Jared Kushner, nuero del presidente, aunque este sea blanco y hable inglés sin acento, eso no lo salvará del odio y del abuso de la gente que apoya a su suegro.
¿Creen los latinos de piel blanca que están blindados contra el racismo de estos sujetos y que por eso deben apoyar a la persona que esta dividiendo al país con su ignorancia y sus mentiras?
Los que no son de piel blanca no justifiquen su insensato apoyo repitiendo el cuento de que el presidente es un experto en la Economía. Está comprobado que financieramente ha sufrido varias bancarrotas (quebró Casinos DOS veces). Que sepamos, este presidente tiene más de cuatrocientos millones de dólares en deuda bancaria comprobados, hecho que nunca admitió públicamente.
No ha querido presentar sus declaraciones de impuestos por temor a que su incapacidad y sus mentiras sean exhibidas. Incluso la Universidad que llevaba su nombre y que supuestamente prepararía a empresarios exitosos fue obligada judicialmente a cerrar por fraudulenta y ademas obligada a pagar una multa millonaria.
Hasta su fundación de orden caritativo fue obligada a cerrar, luego de ser indagada por irregularidades, el manejo de sus fondos sigue siendo motivo para una investigación criminal.
Creo que el actual presidente va a perder la elección y que no será por un estrecho margen. El país que, en el 2016 por molestia y aburrimiento le dio la oportunidad, lo ha juzgado y se ha dado cuenta del error que cometió al elevarlo a esa posición.
Más que nunca se requiere a una persona responsable al frente del Poder Ejecutivo en Estados Unidos, no un ególatra, mentiroso, un ser incapaz de establecer empatía con otra persona.
Ayuden a traer la normalidad de vuelta a nuestras vidas.NO REELIJAN al actual ocupante de la Casa Blanca. El tipo simplemente no sirve.
¡Saludos a todas y todos!
Rubén Blades 🇵🇦
New York, 2 DE NOVIEMBRE DE 2020
P.D.: A raíz de las afirmaciones hechas por el propio presidente de Estados Unidos, en el sentido de que si pierde solo será por fraude en la próxima elección de su país, sugiero que sean enviados observadores tu latinoamericanos a Estados Unidos, para que monitoreen los comicios y denuncien cualquier irregularidad cometida.