Por Lola Portela
«Lo hicimos para frenar una guerra, no para iniciarla» fueron las palabras del presidente Trump sobre el ataque de EE.UU, contra el poderoso general iraní Qasem Soleimani.
Este es un evento sísmico, geopolíticamente hablando, fue un ataque de precisión, un golpe fuerte para Irán y el resultado exitoso de investigaciones de los organismos de defensa de los Estados Unidos, con respecto a los planes del general Qasem Soleimani.
Pero ¿Quién era este hombre y por qué es tan importante este golpe, que actualmente tiene al medio oriente y al gobierno americano y sus aliados en alerta máxima?.
Soleimani fue comandante de la Fuerza Quds, forjó su reputación de hombre aguerrido durante los ocho años que duró la sangrienta guerra entre Irán e Irak, en la década de 1980, cuando comandó la 2. ª División del ejército en la Provincia de Kerman.
Se hizo conocido por encabezar misiones de reconocimiento dentro del territorio enemigo. Fue nombrado comandante de división cuando aún no había cumplido los 30 años. Décadas más tarde, se hizo visible por el destacado papel que tuvo durante la reciente guerra contra el autodenominado Estado Islámico en Irak y Siria, tras la cual Teherán ha logrado ampliar su peso y su red de influencias en la región.
Tras más de una semana de escalada en el conflicto y tres días después de un asalto a la embajada estadounidense en Bagdad, por parte de manifestantes pro iraníes; en un ataque relámpago e inesperado que se realizó con drones y tuvo lugar cerca del aeropuerto de Bagdad, se produce la muerte de este militar iraní.
Qasem Soleimani fue considerado como un héroe en vida por los suyos, por lo cual las autoridades persas prometen vengar la muerte del general Qasem Soleimani, el comandante de las fuerzas Quds de élite y arquitecto de la creciente influencia militar de la república islámica en Oriente Medio. En realidad era un hombre que representaba una dramática escalada en el enfrentamiento en Oriente Medio entre Irán, Estados Unidos y sus aliados, principalmente Israel y Arabia Saudita.
En el análisis que hacemos EE.UU le cobró la muerte de «cientos» de sus ciudadanos. Y en este momento el territorio iraquí parece convertirse en el campo de batalla actual entre Washington y Teherán.
Y es la Fuerza Quds es un poderoso brazo paramilitar de élite del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), la organización militar más grande de la República Islámica de Irán y considerada por Estados Unidos como un grupo terrorista.
Es un instrumento vital para la política exterior persa, es la fuerza paramilitar que surge como la rama de asuntos externos, durante la expansión del IRGC. Curiosamente su nombre significa Jerusalén en farsi y árabe, ciudad que sus combatientes prometieron «liberar».
Esta organización opera de manera encubierta y a veces abiertamente en varias partes del mundo. Se le vincula con el grupo Hezbolá del Líbano y las milicias chiítas en Irak y en Afganistán.
La «Quds Force» es importante instrumento de la política exterior iraní. A la Fuerza Quds se le ha vinculado con diferentes ataques mortales como el atentado contra los cuarteles en Beirut en 1983, en el que murieron 241 infantes de marina estadounidenses, 58 soldados franceses y 6 civiles libaneses.
Tanto EE.UU. como la Unión Europea (UE) la han acusado de distribuir armas en Siria para ayudar al régimen de Bashar al-Assad a reprimir a los rebeldes en el país árabe. Washington también los culpa de armar y entrenar a talibanes en Medio Oriente.
Debido a la forma en la que opera es imposible obtener números exactos del tamaño de sus tropas. Sin embargo, existen estimaciones que van desde los 5 mil, hasta más de 10 mil miembros.
Se les recluta de acuerdo con sus habilidades y por su grado de lealtad a la República Islámica. Sin embargo, como la función principal de la Fuerza Quds es ayudar a establecer milicias aliadas y fuerzas de combate en otros países, el número de reclutados no refleja sus capacidades de influencia y de acción.
Desde 1979, su objetivo fue combatir a los enemigos de Irán y extender la influencia del país en la región.
Y para intentar contrarrestar su creciente poder de acción, la administración Trump considera este brazo paramilitar como una Organización Terrorista Extranjera (FTO por sus siglas en inglés).
Trump calificó a la Fuerza Quds como un «mecanismo principal de Irán para cultivar y apoyar» grupos terroristas en Medio Oriente.
El gobierno persa, por su parte, ha negado en diversas ocasiones apoyar organizaciones criminales y acusa a EE.UU. como el culpable de las turbulencias que sacuden Medio Oriente en la actualidad.
Es así como la operación, «destinada a disuadir futuros planes de ataque de Irán» según el Pentágono, desató una tormenta política en la región del medio oriente, hacia donde Estados Unidos anunció que desplegará más de 3.500 militares.
Lo hemos dicho antes, el presidente Trump es un hombre poco predecible; no amenaza, sino actúa, y lo hace racionalmente, pues su nacionalismo, simplemente dice: con los míos no te metas, y parece ser que, además de las investigaciones, que aún no son públicas, el detonante para actuar tan de sorpresa y certeramente fue el asalto de la embajada de Estados Unidos en Bagdad, el 31 de diciembre pasado.
Sus contrarios lo critican, sus seguidores se sienten orgullosos, la Comunidad Europea lo apoya, porque a la hora de ir contra un enemigo común la unidad es fuerza, en cualquier conflicto. Lo cierto es que el 2020 se inicia con gran tensión y los ojos puestos en el medio oriente y en el accionar de Estados Unidos