El documento solicita que Afganistán no se convierta en un refugio para los terroristas, mientras que pide a los talibán que respeten los derechos de mujeres, niños y minorías.

La salida de los últimos aviones de Kabul completa el repliegue militar y el mayor puente aéreo de la historia, que ha evacuado a 120.00 personas

Estados Unidos dio este lunes por terminada su misión en Afganistán, tras 20 años de guerra, después de la salida de los últimos aviones con sus tropas. Así lo anunció el jefe del Comando Central de EU, general Kenneth McKenzie, en una rueda de prensa desde el Pentágono, en la que intervino de forma telemática.

El Consejo de Seguridad ha aprobado este lunes una resolución que pide a los talibán garantizar una “salida segura y ordenada” de Afganistán, sin mencionar la “zona segura” propuesta por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, mientras que exige un “acceso pleno, seguro y sin obstáculos” para la asistencia humanitaria. El proyecto, presentado por Francia, Reino Unido, Estados Unidos e Irlanda, ha contado con 13 votos a favor y dos abstenciones —Rusia y de China–, y pide a los talibán que cumplan sus compromisos para que prosigan las evacuaciones más allá de la fecha límite del 31 de agosto. Piden que Afganistán no sea un territorio terrorista Asimismo, según informa DPA, el documento solicita que Afganistán no se convierta en un refugio para los terroristas, mientras que pide a los talibán que respeten los derechos de mujeres, niños y minorías. Misiones de evacuación sobre la hora Las misiones de evacuación de Afganistán están a horas de terminar, y la preocupación crece sobre el futuro de las personas que no hayan podido salir del país pasada la fecha límite de retirada, especialmente ante el temor de represalias por parte de los talibán, que se hicieron con el control de la ciudad hace dos semanas.

Tras la salida este lunes del núcleo duro de la legación diplomática, Estados Unidos ha dicho hoy adiós a Afganistán después de dos décadas de presencia militar, al frente de una coalición internacional cuyos efectivos se adelantaron en unas horas a la salida de los estadounidenses. El epílogo del doble operativo -repatriación y repliegue militar al tiempo- fue tan convulso como había alertado el Pentágono, con el lanzamiento de seis cohetes por el ISIS, cinco interceptados por el sistema antimisiles estadounidense, un día después del bombardeo preventivo que supuestamente costó la vida el domingo a varios civiles en Kabul. Los aviones militares que transportaban a los últimos soldados de los casi 6.000 desplegados por el Pentágono para gestionar la evacuación, despegaron de Kabul en torno a la medianoche, hora local. Fue el punto final -un punto y aparte, según los más realistas- a la guerra más larga de EE UU y al mayor puente aéreo de la historia, que ha puesto a salvo a casi 120.000 estadounidenses y afganos.

Por el caos que ha rodeado la retirada, y aún más por el broche luctuoso del atentado, costará pronunciar en voz alta, henchida de patriotismo, el tradicional “misión cumplida”; la proclama que el presidente George W. Bush hizo en mayo de 2003 sobre Irak, antes de que el país árabe fuera engullido por la violencia sectaria y la barbarie del ISIS. La salida de Afganistán debería ser el fin de una era, pero tiene más de final abierto, por la incierta suerte que aguarda a los miles de afganos que quedan atrás, muchos de ellos atrapados en el laberinto de la burocracia; por la continuación, por otros medios, de la evacuación,según las garantías dadas a 98 paises incluido EU , por los Talibanes pero sobre todo porque el cierre de la misión deja un sangriento epílogo: el renovado terrorismo del Estado Islámico, un grupo que no existía cuando Bush embarcó a EE UU en la guerra contra el terrorismo en 2001, y que parecía debilitado tras sus derrotas en Irak y Siria.