A la presente administración la caracterizan rasgos de ineficiencia, identificados con una rezagada planeación, débil ejecución del programa de inversiones públicas del estado; y la enfermiza y repetitiva manifestación, de aplazar decisiones trascendentales, para la salud social y económica de la nación.
En relación con lo anterior, la administración Santos, con su Ministro de Hacienda a la cabeza, han aplazado en múltiples oportunidades, el trámite de una reforma integral de fondo al sistema pensional del país; y ahora sí de verdad este tema no resiste más dilaciones, porque estamos ante una potencial explosión de la denominada bomba pensional.
Recientemente, la ANIF ha aportado algunas cifras proyectadas al 2050, que pensamos hay que tomarlas de manera prudente, y con beneficio de inventario. Pues, luego de ver las equívocas conclusiones; y nimias propuestas del Presidente del gremio, en torno a incrementar en 5 años la edad de pensión a las mujeres; y proponer la administración de la contribución parafiscal solo en cabeza del sistema de fondos de pensiones privados; Lo que compete es invitar al gobierno a razonar sobre propuestas más coherentes con la realidad social y económica del país.
Por otra parte; y para ir afinando el tema, tenemos que la ANIF calcula que a mitad de este siglo, o sea hacia el 2050; el pasivo pensional llegaría a 114% del PIB. Es decir, a la estratosférica cifra de $1.000 billones. Igualmente, si observamos el Presupuesto General de la nación/18; tenemos que, por segundo año consecutivo, las apropiaciones para pensiones ocupan el primer lugar con $41.1 billones, para financiar las mesadas de 1.2 millones de pensionados. Todo esto porque el Presidente Santos, aún alberga la subjetiva esperanza de hacer parte a Colombia de los países de la OCDE.
Todo lo anterior, también viene haciendo evidente, que las pensiones estatales favorecen a los que menos la necesitan, generando por contera desigualdad; en este caso me refiero específicamente a las megapensiones, que cada vez más, atentan contra la sostenibilidad del sistema pensional, tal como lo fundamentan las siguientes cifras del DNP:
-La clase media consolidada en el país y la clase alta reciben 52.3% de los subsidios de pensiones, mientras que las personas pobres llegan tan solo al 10.3% de estos.
-Así mismo, de los pensionados en el sistema público, el 70.1% pertenecen al quintil más alto; el 25% al 4; y solo el 4.9% de pensionados a los quintiles 1, 2 y 3.
Así las cosas, Sr Presidente Santos o precandidatos a la Presidencia de la República para 2018-2022; se requiere con urgencia dejar las bases de una reforma pensional, que piense en el hombre como persona humana; y no solamente en la rentabilidad financiera de un paquidérmico sector financiero Colombiano; o en el lánguido, ineficaz y deficitario sistema de Hacienda Colombiano. Es decir, hay que pensar en alternativas distintas al incremento de la edad, y al fortalecimiento del parasitario sector financiero Nacional; y que conduzcan antes por el contrario, a eliminar el riesgo de tener 5 millones de ancianos indigentes en 2.040.
Finalmente, es pertinente referirnos a la clara aplicación que la teoría del premio Nóbel/17, Richard Thaler, viene teniendo en Colombia, en lo concerniente al comportamiento de los consumidores, en torno al aplazamiento del consumo, por temor a perder su empleo o contrato a término definido en el corto plazo; tal como lo ilustran nuevamente las cifras del mes de Agosto/17, en relación con el estancamiento del consumo privado.
Con todo respeto me permito formularle la siguiente pregunta al Gobierno nacional; pues el nuevo premio Nóbel estaría atento a su opinión. ¿Desaceleración económica, y aumento de IVA, generan Desaceleración económica Psicológica?.
Henry Amorocho Moreno/ Octubre/17.