Dos atacantes suicidas produjeron el ataque cerca a la estación principal de trenes en la capital turca Ankara. Los manifestantes realizaban una marcha «pacífica» planeada que tenía como objetivo protestar contra el conflicto entre el Estado y los milicianos kurdos en el sudeste de Turquía. Este es desde ya el atentado con más víctimas en la historia de Turquía. Tras el ataque reinó el caos, gente corriendo en todas direcciones, heridos sangrando, cuerpos desmembrados e intentos desesperados por ayudar a los heridos mas graves.

Con respecto al atentado, el analista y experto en el tema kurdo, Bashar Ismael, opina que, aunque la autoría del ataque aún no está clara, «no sería una sorpresa que fuera el Estado Islámico». «De todos modos, esto demuestra que Turquía está profundamente involucrada en la lucha contra el EI», expresa Ismael. «Creo que Ankara está enfrentando las consecuencias de no hacer lo suficiente en los últimos 4 o 5 años», añade.

Turquía, que en un principio había evitado cualquier conflicto con el grupo terrorista ISIS, recientemente cambió su postura y permitió que Estados Unidos lanzara ataques contra el grupo terrorista desde una base aérea turca. Informes recientes aseguran que muchos ciudadanos turcos se han unido a las filas de ISIS.

Sin embargo ningún grupo hasta ahora se ha responsabilizado del hecho, el Gobierno decretó tres días de luto por las víctimas de la masacre.

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