Pese a la presión por reducirla, la Junta Directiva optó por mantener la tasa estable mientras evalúa nuevos datos económicos.
El Banco de la República decidió mantener la tasa de interés en 9.5%, pese a la expectativa de una posible reducción. Cuatro de los siete miembros de la Junta Directiva votaron por esta medida, mientras que tres apoyaban una baja de 50 puntos básicos.
Esta decisión se tomó en un contexto de leve aumento de la inflación anual, que en febrero subió a 5.3% tras mantenerse en 5.2% durante tres meses. El incremento estuvo impulsado por el encarecimiento de los alimentos procesados y algunos bienes regulados como el gas y el transporte. Aun así, la inflación sin alimentos ni regulados se redujo de 5.0% a 4.9%.
Las expectativas de inflación a corto plazo mostraron señales mixtas. Mientras que el mercado de deuda reportó una disminución, las encuestas reflejaron un aumento. Ambos indicadores siguen apuntando a una inflación superior a la meta del 3% en los próximos dos años, lo que refuerza la cautela del emisor.
El contexto externo también influyó en la decisión. Aunque la economía colombiana mostró señales de fortalecimiento, con un crecimiento del PIB del 2.4% en el último trimestre de 2024 y una variación del 2.5% en enero según el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE), persisten riesgos. El entorno financiero global sigue restrictivo, con incertidumbre sobre la política monetaria en Estados Unidos y sus efectos en el comercio y la migración.
El mercado laboral en Colombia mantiene una tendencia positiva, con mejoras en la tasa de ocupación y reducción del desempleo. Además, el equipo técnico del banco revisó al alza su pronóstico de crecimiento para 2025, pasando del 2.6% al 2.8%.
Con esta decisión, el Banco de la República adopta una postura prudente mientras recopila más información en los próximos meses. Su objetivo es lograr la convergencia de la inflación a la meta del 3% sin comprometer la recuperación económica del país.
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