Por: Martha Villalba
Representante a la Cámara
Barranquilla, 22 de abril de 2018
Hoy al conmemorarse el Día Internacional de la Madre Tierra, son muchas las reflexiones que nos hacemos acerca del cuidado de nuestro planeta. Desde los diferentes escenarios políticos en los que hemos estado, tanto del lado del ejecutivo, así como del legislativo, siempre hemos contribuido con la preservación y el cuidado del ambiente.
A pesar de que a nivel mundial los gobiernos y los ambientalistas hacen grandes esfuerzos para minimizar los efectos del calentamiento global, nosotros, los líderes y ciudadanos también estamos llamados a realizar acciones que contribuyan a mejorar el entorno en que vivimos para tener una mejor salud y mayor calidad de vida.
De nada sirve que los países hagan grandes convenios internacionales, como la firma del Acuerdo de París -celebrada en 2015 en Francia para la conservación del ambiente y enfrentar los efectos del cambio climático- si desde nuestros hogares no empezamos a contribuir y a educar a nuestros hijos sobre el cuidado de nuestra casa, ‘La Madre Tierra’.
Hemos visto como algunos episodios, ocurridos recientemente, han hecho daños irreparables a nuestros ecosistemas, tal es el caso del derrame de crudo en Barrancabermeja, cuya contaminación ha afectado a bosques y quebradas de esa zona del país y su recuperación tardará años según los expertos.
Pero las afectaciones no han sido sólo en esa parte del país, ya que en el Caribe hemos visto como se ha afectado un pulmón importante de nuestra naturaleza, como lo es el Parque Isla Salamanca (ubicado en la vía Ciénaga – Barranquilla), a raíz de las indiscriminadas quemas.
Sobre este tema en particular hemos expresado nuestra preocupación ante el MinAmbiente y hoy celebramos que las autoridades tanto del Magdalena, así como del Atlántico, hayan adelantado algunas acciones en busca de preservar esta importante reserva forestal.
Desde el Congreso de la República también estamos contribuyendo a la protección de los ecosistemas en el país, para ello radicamos un proyecto de ley que busca establecer un marco de ordenamiento integrado de las zonas marinas, costeras e insulares del territorio colombiano y promover su preservación y uso sustentable.
Esta iniciativa es importante para todos los que padecemos en nuestros departamentos los embates de los efectos climáticos y las graves afectaciones que se viven en todo el territorio de nuestras playas, por lo que seguiremos defendiéndola hasta que se convierta en Ley de la República.
¿Pero qué está haciendo el Estado para contribuir con el cuidado de la Madre Tierra? De acuerdo con un informe del MinAmbiente, en Septiembre de 2015 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Colombia “se comprometió a reducir en un 20% las emisiones de Gases de Efecto Invernadero proyectadas a 2030 como una meta unilateral y un 10% adicional sujeto al apoyo internacional”.
De ahí que el gobierno trabajara en una Política Nacional de Cambio Climático, que en junio cumplirá un año de haberse puesto en marcha para “incorporar la gestión del cambio climático en las decisiones públicas y privadas, avanzar en una senda de desarrollo resiliente al clima y baja en carbono, que reduzca los riesgos del cambio climático y en la que exista mayor información, tecnología, innovación, así como sensibilización y educación”.
Nos complace saber que se viene trabajando en estos temas de cara a mejorar nuestro entorno y reducir los altos niveles de contaminación a los que estamos expuestos, pero también está en nosotros, así como en las empresas colombianas o extrajeras, poner de nuestra parte para contribuir con el cuidado de los ecosistemas. Entre menos polución y mayores sanciones para quienes atenten contra nuestros ríos, flora y fauna, estaremos aportando a la construcción de un mejor país.
Desde los colegios y a temprana edad debemos empezar a concientizar a todos los niños y jóvenes sobre la importancia de cuidar el ambiente. Empezando por promover la armonía con ‘La Madre Tierra’ a través de buenos hábitos de consumo en el hogar, así como en el disfrute, la protección y el cuidado de los parques y zonas de reservas. Tierra sólo hay una, ¡cuidémosla!