La situación en los hospitales de Bogotá ha alcanzado un punto crítico. La atención a los pacientes es deficiente, las unidades de cuidados intensivos (UCI) están desbordadas y la deuda con las instituciones hospitalarias se dispara.
Un reciente informe de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC) revela la gravedad del problema, destacando una deuda que no solo compromete el funcionamiento de los hospitales, sino también la salud y la vida de los pacientes.
La crisis es particularmente visible en la atención, las largas filas y la espera interminable se han convertido en la norma a las afueras de muchos hospitales en Bogotá.
Familias enteras esperan con angustia ser atendidas, muchas veces sin éxito. El problema se agrava con la crisis de enfermedades respiratorias en niños, que ha colapsado las UCI pediátricas.
La falta de camas disponibles significa que muchos niños están siendo atendidos en condiciones subóptimas, o peor aún, no reciben la atención necesaria a tiempo.
La Secretaría de Salud indicó que, debido a la temporada de lluvias en la capital, el número de camillas disponibles en las Unidades de Cuidados Intensivos comienza a escasear.
La deuda astronómica
La raíz del problema financiero es igualmente preocupante. La ACHC reveló que la deuda con 221 instituciones hospitalarias en Colombia ha aumentado de $16,09 billones en junio de 2023 a $16,8 billones a finales del mismo año.
Este incremento de $705.000 millones, que representa un 4,38% más en el monto de la cartera, refleja una situación insostenible para muchas instituciones.
Datos claves del informe
Según el estudio, las EPS del régimen contributivo concentran un poco más del 50% de la deuda total, lo que corresponde a cerca de 8,4 billones de pesos, seguidas por las EPS del subsidiado, que concentran alrededor del 23,2% del total de la deuda, es decir unos 3,8 billones de pesos.
Por otro lado, se encuentran los deudores agrupados en la categoría Estado, que concentran aproximadamente 8,8% del total de la deuda y, por último, están las aseguradoras por concepto de Soat, que concentran 3%.
Las empresas que ofrecen planes complementarios y medicina prepagada, con 2%, y las aseguradoras de riesgos laborales (ARL), con el 0,3% de la deuda total.
El volumen total de la deuda para este periodo de las EPS del régimen contributivo ascendió aproximadamente a 8,4 billones de pesos, con una morosidad del 52,2%.
El 81,1% de esta deuda, que corresponde a 6,8 billones aproximadamente, lo tienen 13 EPS que están en operación y el 18,9%, que representan 1,6 billones de pesos, es de 16 EPS que han sido liquidadas, cuya cartera se encuentra 100% en mora.
La lista de principales deudoras en este régimen con corte a diciembre de 2023 es:
- Nueva EPS: deuda aproximada de 2,8 billones de pesos – morosidad 44,7%
- Sanitas: deuda de 985,9 mil millones de pesos – morosidad 43,3 %
- Sura: deuda aproximada 596,3 mil millones de pesos – morosidad del 26,7%.
Consecuencias humanas y económicas
La deuda no solo es un problema financiero; tiene consecuencias directas y devastadoras en la atención de salud.
La falta de recursos afecta la disponibilidad de equipos médicos esenciales, el mantenimiento de instalaciones y la contratación de personal necesario para cubrir la demanda creciente.
Los pacientes son los más afectados, enfrentando tiempos de espera inaceptables, diagnósticos tardíos y, en muchos casos, la ausencia de tratamientos críticos.
Según Dennis Silva del Movimiento Social Pacientes Colombia, la crisis es tan grave que se han evidenciado trabas para acceder a ciertos servicios de salud.
Aseguró que parte de la problemática se debe a la falta de recursos entregados a las EPS por concepto de Unidad de Pago por Capitación (UPC), que es el dinero que el Gobierno Nacional entrega y destina por cada afiliado al sistema. También indicó que no es suficiente el monto para garantizar la atención de los pacientes.
“Es cierto que la cartera es ascendente y eso es preocupante. Además, cada vez se están cerrando más servicios y el Gobierno Nacional no ha querido entender que, en medio de esta crisis, los pacientes son los directamente afectados y no hay ninguna respuesta de parte del Gobierno porque recordemos que la UPC está desfinanciada”, explicó la vocera.
Rechazan la reforma a la salud
Cabe recordar que en meses anteriores el gremio médico salió a las calles a rechazar la implementación de la reforma a la salud por considerar que muchos de los derechos serían arrebatados y la salud a los pacientes se les negaría.
Sin embargo, el panorama sin la medida sigue siendo caótica. Los pacientes son los más afectados y son los que se están quedando sin la atención de los médicos. El rechazo a la atención se evidencia desde el ingreso a cualquier hospital, mala práxis, atención parcial, demoras en los trámites y en la atención, entre otras quejas que se vienen presentando por parte de los usuarios.
Dentro de las conclusiones a las que llegan los pacientes es que una cosa son las deudas de las entidades, pero otra diferente que la calidad del servicio y del personal médico disminuya y ponga en riesgo la vida de quienes están en sus manos.
Vía IFM noticias