Carmen Pérez, empleada doméstica de Dalila Peñaranda, aseguró que si la Policía no interviene «pudieron haber matado» a su jefa.

En la sede de medicina legal mientras su empleadora, la médica Dalila Peñaranda, es evaluada por las lesiones que recibió, Carmen Pérez Monterrosa, de 57 años, se limpia las lágrimas que le brotaron al recordarla brutal agresión de que fueron victimas

Con la voz quebrada y visiblemente adolorida, Carmen –o Carmencita, como la llama de cariño su jefa– aseguró a EL HERALDO que cuando llegó al edificio la Ría para trabajar como empleada doméstica interna, hace nueve meses, no pensó que que viviría «algo tan impresionante».

«Yo no lo he podido superar hasta ahora, porque la verdad es que si el policía no hubiera protegido a mi jefa, ellos la hubieran matado. Le doy gracias a Dios de que el policía la pudo proteger porque si no, yo no estuviera hoy con ella», dijo Carmen, una vez más con lágrimas en los ojos.

Según relató la mujer, su intervención en la gresca ocurrió de manera casi involuntaria y sin que le quedara mucho margen para tener una reacción diferente. Todo comenzó cuando, mientras estaba recostada en su habitación en en apartamento de la médica, escuchó al perro ladrar desesperado.

«Yo dije: ¿Por qué el perro está ladrando así? Salí de mi cuarto y cuando llegué a la sala vi que la puerta principal estaba abierta y fui al pasillo. Entonces, vi que el policía trae a mi jefa y viene detrás toda esa gente. Uno de ellos me empuja porque fui a auxiliar a la doctora, ahí es cuando caigo al piso y él me pega la patada en la cara, en la pierna y en el abdomen», relató. 

Para ese momento, la especialista de la salud ya había sido agredida por varias personas a lo largo del pasillo, tal y como se evidenció en los videos difundidos en redes sociales y por medios de comunicación. Por eso, estando cerca del apartamento de Dalila Peñaranda, ambas mujeres huyen al interior de este, en compañía de uno de los policías y cerrando tras de sí la puerta.

«Después le fueron a dar una cachetada a mi jefa, pero me la dieron a mi, del mismo lado en el que me habían pegado. Entonces, yo cierro la puerta y ellos la tumban y entran, pero el policía que estaba con nosotros y el señor Martín, los sacaron», aseguró Carmen.

Sobre la fiesta que se desarrollaba en el apartamento de donde salieron los agresores, Carmen Pérez Monterrosa aseguró que, desde que entró a trabajar con la doctora Dalila Peñaranda, «todos los fines de semana es lo mismo», pero que no conocía a los vecinos anfitriones, hasta el momento de la agresión.  

Finalmente, Carmen rechazó las acusaciones contra Dalila Peñaranda sobre una supuesta agresión a una menor de edad y negó que la médica hubiese llegado con actitudes violentas a la vivienda de sus vecinos.