Por Lola Portela
Hace unos días supimos una noticia preocupante: nuestro amigo y colega Herbin Hoyos estaba delicado de salud por neumonía, pero no de la “normal”, tenía Covid-19. Y entonces, hablando con un familiar del tema, éste me decía que “todas las neumonías eran iguales y que los médicos las volvían Covid”. Por supuesto, conociendo el rigor ético de familiares y amigos médicos, con enérgico rechazo, refuté esa posición, pues creo imposible que un médico proceda de esta manera.
Lo cierto es que para efectos de aclarar el tema, me di a la tarea de profundizar e investigar las diferencias entre una y otra neumonía. Y es que tanto en mi vida personal, como en el ejercicio periodístico me formaron para “no tragar entero”, creer en lo que otros digan sobre las personas o los sucesos. Mi lema es: ante la duda investiga. Así que veamos qué encontré:
“En el caso de la neumonía por COVID-19, en lugar de infectar rápidamente grandes regiones del pulmón, el virus se instala en múltiples áreas pequeñas del pulmón. Luego secuestra las células inmunes de los pulmones y las utiliza para propagarse por el pulmón durante un período de muchos días o incluso semanas… A medida que la infección se mueve lentamente a través del pulmón, deja daños a su paso y continuamente alimenta la fiebre, la baja presión sanguínea y los daños en los riñones, el cerebro, el corazón y otros órganos, por eso devastador, es como si por donde pasa daña”, me explica un gran científico experto en el tema, cuyo nombre me pide reservar.
La neumonía que provoca el COVID-19 es completamente diferente a la convencional, según revela otro estudio publicado por investigadores de Northwestern Medicine (Estados Unidos). “En ese primer trabajo analizamos las células inmunes de los pulmones de los pacientes con neumonía por coronavirus de manera sistemática y se compararon con las células de los pacientes con neumonía por otros virus o bacterias”.
«Las complicaciones generadas por la COVID-19, en comparación a otras neumonías, podrían explicarse por la prolongación en el tiempo que está presente la enfermedad en el organismo», señalan los autores de ese estudio en Northwestern Medicine.
Al consultar con varias fuentes, expertos y estudios el porqué, la conclusión y análisis es: los investigadores identificaron objetivos críticos para tratar la neumonía severa del SARS-CoV-2 y disminuir sus daños. Los objetivos son las células inmunes: macrófagos y células T.
Uno de ellos nos dice: “el estudio es claro en evidenciar que los macrófagos (células típicamente encargadas de proteger el pulmón) pueden ser infectados por el SARS-CoV-2 y son ellos los que contribuyen a propagar la infección a través del pulmón”.
Tras estos resultados, los científicos probarán un medicamento, experimental, para tratar estos objetivos en pacientes con neumonía por COVID-19, es un ensayo clínico que se inició hace unos días, a principios de 2021.
Es fundamental que el público comprenda que el virus Covid 19 es nuevo para todos y que desde que apareció la comunidad científica, no duerme, y no han parado de trabajar. “No es fácil ver cómo los humanos mueren y nada de lo que descubrimos funciona masivamente, este virus reacciona conforme a cada organismo…”
Un medicamento que trae esperanza
Dicen que el fármaco que se probará “silencia la respuesta inflamatoria de estas células inmunes, permitiendo así el inicio del proceso de reparación en el pulmón lesionado…”
«Nuestro objetivo es hacer que la COVID-19 sea leve en lugar de grave, haciéndolo comparable a un fuerte resfriado», nos explica el coautor principal del estudio, Scott Budinger, jefe de medicina pulmonar y de cuidados críticos de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern y Northwestern.
Los medios, los periodistas debemos ser responsables con la verdad frente a cualquier tema.
Y frente a este virus es fundamental decir que cada laboratorio que trabaja por una vacuna hace su mayor esfuerzo, pero todavía no hay una vacuna que prevenga el contagio o nos cure de este bicho del 19.
La mutación del virus y la variación en el comportamiento del sistema respiratorio de cada contagiado, dificultan la creación de esa mega vacuna efectiva que la mayoría espera.
Espero que la inteligencia de los buenos, sea mayor a la perversidad de quieres crearon este bicho, que a su paso destruye no solo vidas, sino la estabilidad emocional y económica, de familias y países.