- 20 recomendaciones útiles para hacer limpieza física, financiera, mental y espiritual, a cuerpos y almas, durante el aislamiento.
- En Colombia, según cifras del Ministerio de Salud, hasta la fecha se han confirmado 3.621 casos, siendo Bogotá, la ciudad donde más se han presentado, con 1.481 contagios.
Por Lourdes Molina Navarro (*), Especial para El Economista
Agua y jabón. Las verdaderas riquezas de un mundo que puede encontrar la salvación a través de ellos y frenar el contagio del coronavirus con una ayuda adicional: el aislamiento, el cual logra un fenómeno sin precedentes: la descontaminación humana del planeta. El medio ambiente goza nuestra ausencia.
Estos tres elementos me llevan de inmediato a pensar en la limpieza, en la higiene, en la transparencia, en una manera diferente de pensar y de ver la vida de aquí en adelante, un antes y un después, reinventándonos cuando todo pase y recordemos esta etapa mundial como una película que nos impactó más que cualquier otra, porque la vivimos y todos, desde lo más profundo de nuestro ser, anhelamos salir bien librados.
¿Quién hubiera podido predecirlo? Un virus que mata a diario, un monstruo asesino que diezma mucho más que las balas en las guerras, seguro ni Verne lo hubiera imaginado, cuando puso al Capitán Nemo al mando de un Nautilus que ahora sí navegaría a sus anchas por océanos profundos a los que han regresado peces de colores que se han dejado ver en los canales de Venecia, Italia, y delfines saltarines en Bahía Solano, Chocó, Colombia.
Esa es la parte positiva de esta historia de horror que nos conduce a reflexionar sobre el peso de la humanidad frente al medio ambiente y de encontrar las maneras de tratarlo mejor, de aquí en adelante, por el bien de todos. El mundo clama por un aire más limpio y la pandemia lo ha propiciado.
Las noticias recientes nos hablan de que ante la ausencia de personas por la vía pública, hay regreso de todo tipo de aves a las playas turísticas del mundo, de un oso pardo paseándose por las calles de Asturias, España, de un oso palmero por las de Paz de Ariporo, Casanare, Colombia, y de pumas, zorros y marsupiales que se han dejado ver en varias ciudades de Latinoamérica, generando visiones que, hace un tiempo, nos hubieran parecido insólitas.
Insisto en mi punto de vista, estamos ante un tipo de descontaminación generada por la ausencia humana que nos llama a la reflexión de nuestra condición tóxica para este planeta que nos ha dado albergue.
Tiempo de limpieza en crisis económica
Pero más allá del impacto escalofriante que tiene y tendrá el coronavirus en la economía global, donde se predicen, sin necesidad alguna de videntes, de mercados financieros en pánico, fuga de capitales, devaluación de monedas frente al dólar y una galopante amenaza de depresión mundial, a la luz de observaciones serias como las de UNCTAD, Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, está la realidad apabullante de la quiebra de negocios y la caída en picada de aerolíneas y de la industria del turismo, por pérdidas acumuladas, entre otros sectores.
No son alentadoras tampoco las declaraciones de la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, quien señala que el crecimiento económico global podría descender a la mitad de lo que se había proyectado, es decir 1,5 %, lo que estaría mostrando que buena parte de los países tendrían crecimiento negativo, escenario que parecería pondría al mundo ante un derrumbe financiero.
Igualmente, Goldman Sachs actualizó a la baja la perspectiva para las principales economías de la región, según ella Colombia crecerá cuatro décimas menos, de 3,4 % se estima que llegará a 3 %, Brasil y Ecuador lo harán siete décimas menos, de 2,2 % a 1,5% en el primer caso y de -0,3 % a un escaso -1 % en el segundo y Perú se estima con cinco décimas menos, de 3,3 % pasa a 2,8 %.
Sin embargo, no todo es negativo, el aislamiento nos ha dado mayores posibilidades de reflexión y además de la higiene física indispensable, es hora de rescatar la limpieza en las finanzas, en la mente y en el espíritu. Una visión de orden con la cual podemos resistir mejor los efectos nocivos del coronavirus.
Y en este aspecto, no podemos perder de vista que aunque el virus es altamente peligroso y ataca a cualquier edad, condición y género, no necesariamente nos lleva a la muerte y por ello la prevención es vital.
Higiene financiera
1. Mantén limpias tus finanzas. Si no has perdido el ingreso, sigue pagando tus compromisos financieros y ahorra todo lo que sea posible.
2. Higiene económica con las deudas. Organízalas de mayor a menor, tenlas presentes, refinancia o ampárate en congelamientos si perdiste el ingreso o es mucho menor.
3. Creatividad financiera. Tanto si perdiste el ingreso como si no, empieza a pensar en cómo recuperar el poder adquisitivo o aumentarlo, analizando otras fortalezas que tengas y que hoy puedas usar para atender demandas de la sociedad debido a la coyuntura del coronavirus.
4. Solidaridad económica. Es momento de ser solidario con los que no tienen ingreso y compartir desde la perspectiva que tengas. No esperes que te sobren los recursos, quizá eso no ocurra, pero piensa que el esfuerzo que haces es el verdadero valor que tiene tu ayuda y tu recompensa será sentirte bien. Dona y contribuye con lo que puedas. Apoya los negocios de amigos y conocidos.
5. Analiza la necesidad de tus compras y trata de no usar tarjetas de crédito para evitar el aumento de deudas.
6. En caso de requerirlo, una opción que se ha flexibilizado es el uso de las cesantías. Utiliza este recurso solo en caso de necesidad.
7. Si necesitas un crédito, pídelo y reúne de la mejor forma los requisitos que te solicita la entidad financiera, no esperes que no te pidan garantías, recuerda que los bancos tienen que responder a sus depositarios por los dineros que prestan. Analiza si esta es la mejor solución y si podrás pagar y a qué plazos.
Limpieza mental
8. Limpia tu mente de la sobreexposición informativa que hay actualmente por todos los canales, especialmente por las redes sociales sobre el coronavirus y sus efectos.
9. Límpiate de la ansiedad. Ponle lógica a lo que ves y lees, reflexiona sobre cuánto daño hace la información falsa que ha circulado sobre el coronavirus y acude a fuentes oficiales para informarte. Desecha los mensajes basura.
10. Dentro de tu higiene mental, lee y comparte columnas y artículos constructivos, publicados en medios de comunicación serios y reconocidos.
11. Límpiate de la negatividad, las crisis traen oportunidades y solo si estás positivo podrás ver las opciones. Todo está en tu mente. Siempre habrá posibilidad de compartir con la gente que quieres y que te parece interesante por medios digitales o incluso de hacer planes conjuntos como asistir o dar conferencias y organizar reuniones para desarrollar juegos y hasta celebraciones especiales. Disfruta de la música, de los mensajes divertidos y compártelos, el buen humor es un recurso perfecto para aliviar tensiones.
Limpieza física y espiritual
12. Limpia tu entorno, aprovecha para organizar tus espacios, especialmente los de teletrabajo, descanso y de ocio. Ponlos bonitos y recicla. Es buen momento para conservar lo que en realidad usas, compartir lo que le puede servir a otros y desechar elementos inútiles y obsoletos.
13. Límpiate del miedo que te produce la posibilidad de contagiarte y haz lo que tienes que hacer, aislarte y cuando salgas a la calle ve estrictamente a lo necesario. Sigue los protocolos de autocuidado con rigurosidad porque de ellos depende tu seguridad y la de los tuyos.
14. Limpia las relaciones y armoniza. Si durante el aislamiento tienes la fortuna de estar en pareja o en familia, aprovecha cada momento para compartir con ellos y limar diferencias, es momento de sumar y ejercer una sana convivencia que se fundamente en reglas claras, diálogo, amor, y respeto por los demás, fortaleciendo los lazos.
15. Si estás pasando el aislamiento con personas mayores, prueba tu nivel de tolerancia, paciencia y comprensión. Es momento de proteger y ser constructivo, potenciando tu inteligencia emocional.
16. Si estás en el aislamiento con mascotas, cuídalas, ámalas y disfrútalas pero no abuses de esa condición, sacándolas a la calle sin necesidad. Recuerda seguir todo el protocolo de autocuidado y no olvides que mientras más estés en contacto con otras personas, más te expones.
17. Llama a las personas que amas y extrañas, para decirles que estás para ellas y darles ánimo en el encierro.
18. Límpiate de la mala vibra, es hora de ser constructivo, si lo que vas a decir o hacer no va a sumar, abstente, recapacita y reconstruye la acción. Rechaza odios, intrigas y discusiones.
19. Límpiate de la tristeza. La mejor vacuna para la depresión está en ti mismo, siempre habrá razones para querer vivir, y dedícate con esmero a tus roles como trabajador, profesional, socio, compañero, estudiante, padre, madre, cónyuge, hermano, hijo, familiar o amigo.
20. Límpiate de la soledad si solo estás contigo en el aislamiento. Ten en cuenta que la mejor compañía puedes ser tú mismo, ya que nadie te conoce mejor y puedes darle rienda suelta al desarrollo de las actividades artísticas y de ocio que más te gusten: leer, escribir, pintar, bailar, cantar, cocinar o ver películas, entre otras muchas opciones.
El contador de la muerte
No tengo la intención con esta nota de desconocer la realidad de las cifras de mortandad y contagio. Y es una gran verdad que aunque hoy nos cuidamos todo lo que podemos, nos lavamos con frecuencia las manos según los protocolos dados a conocer por los organismos de salud mundiales y guardamos aislamiento, los que nos tomamos en serio esta pandemia y podemos hacerlo, de acuerdo con la profesión y oficio que desempeñemos, el contador de la muerte no para.
Al cierre de esta nota, en el mundo se han registrado al menos 2.281.334 casos por covid-19, siendo Europa, con un total de 100.501 muertos y de 1.136.672 contagiados, el continente más golpeado por la pandemia, cuyo siniestro contador supera los 157.163 fallecimientos en el planeta.
Italia con 23.227 muertes y España con 20.043 son los países con cifras más altas de decesos por el virus, seguidos por Francia con 19.323 y el Reino Unido con 15.464 fallecimientos.
Pero el coronavirus en Estados Unidos, sin duda, no solo ha matado el sueño americano, también se ha convertido en una de las peores pesadillas, al estilo de Freddy Krueger, para una de las naciones más pobladas de este continente, con una cifra de muertes tan devastadora que ni siquiera Hollywood, con sus espectaculares efectos, vislumbró.
Es así como el número de contagiados supera los 700.000 casos, mientras que la cifra de muertes es de 37.000 personas por lo menos y lo que es aún peor, la gente se apresta a salir a las calles por la tasa de desempleo, cada vez más creciente, generando una inestabilidad, sin precedentes, en una de las economías más grandes del mundo.
En Colombia, según cifras del Ministerio de Salud, hasta la fecha se han confirmado 3.621 casos, siendo Bogotá, la ciudad donde más se han presentado, con 1.481 contagios. A causa del coronavirus en el país, el contador de la muerte marca 166 personas y se han recuperado 691.
Pero un punto favorable para reconocer es que de acuerdo con la encuesta Ipsos a líderes de opinión de Latinoamérica, el manejo que el gobierno colombiano, en cabeza de Iván Duque Márquez, le ha dado a la crisis sanitaria desatada por el coronavirus dio 56 % de aprobación, calificación superada por los líderes de Colombia quienes le otorgaron 74 % de aceptación.
El lunar de todo el manejo de la pandemia en el país, fue la tardanza en cerrar el Aeropuerto ElDorado, lo cual permitió el ingreso sin ningún control de 46.869 personas provenientes de los ocho países con mayor contagio, según cifras de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y de allí se desprende que la Capital tenga el mayor nivel de contagio de Colombia.
En todo caso, las medidas tomadas por Claudia López, han sido oportunas y acertadas, desde su adelanto con el «simulacro de aislamiento» en Bogotá, hasta las más recientes declaraciones, en las que afirma que no ve las condiciones para levantar la cuarentena, advirtiendo que hacerlo podría desembocar en un aumento de pacientes graves para los que no daría abasto la capacidad hospitalaria y que el desafío de la pandemia durará por lo menos un año.
Así que por ahora, con todo este tiempo de aislamiento que tenemos por delante, mi recomendación es seguir profundizando en la higiene física, financiera, mental y espiritual de cuerpos y almas.
(*) Periodista y escritora, especializada en temas económicos y empresariales, Magister en Estudios Políticos.
Vía diario el Economista