Desde su celda en la Cárcel La Picaleña en Ibagué, Rodrigo Tovar Pupo, mas conocido como Jorge 40, envió una carta al Presidente de la República, Iván Duque, en la que pide que se abran los espacios para que las autodefensas, también sean escuchados en en marco del Diálogo Nacional que convocó el presidente para dialogar con los colombianos sin exclusión, en el marco del paro nacional como una forma de dialogar sobre lo fundamental.
La carta comienza por exponer varios aspectos en los que se enmarca el contexto de la coyuntura actual, señalando que «por un lado, la legitima protesta pacífica como un medio político valido y justificable, que por todos los rincones del país se eleva de manera creciente. Un pueblo, que clama; Un pueblo, lleno de necesidades básicas insatisfechas acumuladas por generaciones, sin la posibilidad de expresarse en aquellos escenarios—creados por él mismo dentro del modelo político de la democracia—donde en un esfuerzo común, se pueda construir los objetivos concertados que aborden las soluciones reales y definitivas a nuestras demandas, inconformidades y acúmulo de insatisfacciones. A falta de ese escenario y de representación, el Soberano, no tiene otro camino dentro de las vías políticas civilizadas alternas que salir a la calle para en forma masiva y pacífica, alzar su voz».
Y continúa en la contextualización inicial explicando que «por otro lado, cualquier colombiano entiende que las comunidades rurales y urbanas, pasan por momentos muy duros y tienen razón en reclamar del Estado su completa participación para lograr esos fines anhelados por los cuales los ciudadanos lo hemos instituido y que sin su participación será imposible alcanzarlos.»
Avanza la carta en el recuento histórico de cómo se ha tratado de solucionar los problemas por dos vías enfatizando que «la tradición política colombiana ha oscilado como un péndulo, entre los largos conflictos armados internos entre civiles —agravados por apelar a la violencia— y los intentos políticos por solucionarlos. Evidenciado los primeros a través de una confrontación armada fratricida —acabándonos y destruyéndonos como hermanos colombianos— y los segundos por diálogos, mesas de concertaciones, tratados y acuerdos. Desafortunadamente para Colombia, las soluciones políticas a las que se ha apelado hasta hoy para ponerles fin a ese actuar político repetitivo de la confrontación en aras —dizque—de la paz; han solo ratificado en la historia y en el tiempo, que no han hecho otra cosa diferente que servir de mecha para el detonante de una escalada de violencia, que reinicia un nuevo ciclo evolutivo de confrontaciones. Bien sea, porque fueron imperfectos, o, porque una de las partes, casi siempre el Estado, los ha incumplido.»
Luego de la lectura y de señalar los caminos de violencia que han mantenido a los colombianos, en la carta, el ex jefe de las Autodefensas Campesinas Unidas le dice al presidente Iván Duque que «usted reitera a diario que es el presidente de todos los colombianos. Usted le ha anunciado al país que está abierto a un dialogo nacional para escuchar a todos los sectores de la nación y, contribuir así desde el ejecutivo, a abrir la puerta para alcanzar el consenso necesario que nos permita una solución política nacional desde lo regional, sin exclusión.»
En ese sentido, y luego de introducir la cara con la situación que actual vive el país por las marchas y manifestaciones en las calles, señala Jorge 40 con respecto al diálogo nacional convocado, que «esa es, sin duda, señor Presidente, la mejor opción civilizada dentro de las vías políticas posible que se les puede ofrecer a todos los colombianos. Esa es, sin vacilación, la única posibilidad de lograr de verdad, salir fortalecidos como Nación. Nuestras actuales generaciones, son herederas de un conflicto demasiado largo, en el que yo, directamente participe como un actor político incuestionable del lado de una de las diferentes confederaciones de Autodefensas Campesinas en Colombia; las vías de hecho para imponer fines ideológicos señor presidente, no puede seguir — en nuestra amada patria — siendo la constante. Colombia no merece seguir hundida en esa horrible noche.»
Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, se encuentra en manos de la justicia ordinaria, tras ser expulsado del Justicia y Paz y afronta 35 órdenes de captura, 40 medidas de aseguramiento y más de 1.456 investigaciones penales; en procesos activos que se le siguen el el país, luego de haber pagado su condena de 12 años por narcotráfico en los Estados Unidos.
El ex jefe de las autodefensas, en la carta enviada al presidente, celebra la convocatoria al diálogo nacional y proponen que este se haga en el marco de una Asamblea Nacional Constituyente. La propuesta la hace al señalar al mandatario: «Señor presidente, Llegó la hora para que los colombianos pasemos esa horrible página para siempre, de nuestra más grande pesadilla como fenómeno de degradación moral y civil: la violencia. Llegó la hora de unirnos por fin en medio de nuestras diferencias como ciudadanos, sociedad, pueblo y nación. Llegó la hora de alcanzar entre los colombianos un acuerdo sobre lo fundamental. Llegó la hora — dentro de ese dialogo nacional —para en nuestra condición de soberano por excelencia como en nuestro derecho de fundador y refundador constitucional de la patria, firmar un nuevo contrato social incluyente a la colombiana —exhortando al mundo a su acompañamiento como pidiéndole el respeto necesario por la libre autodeterminación de los pueblos soberanos— a través de una Asamblea Nacional Constituyente que nos permita, en un esfuerzo común, consolidar la solidaridad nacional para alcanzar los cambios que no dan espera»
Tras esta propuesta, Jorge 40, avanza en sus propuestas y reclama derechos políticos para las autodefensas para lo que revela que existe un movimiento político que está listo para participar y señala que «en nombre no solo del extinto bloque norte de la confederación de Autodefensa Campesinas de Córdoba y Urabá sino también del Movimiento Político “La Provincia Unida” conformado por todos esos acumulados solidarios en el macondo olvidado desde 1999 que sigue vigente, y quienes nos quedamos sin voz ni representación en los escenarios que permite la civilidad a causa de nuestra voluntad de aportarle y apostarle a la convivencia pacífica; actuar que desenmascaro esos odios y pasiones ideológicas que han arrojado en primacía no solo quienes han pedido nuestra aniquilación total, moral, física y económica que no lograron en el fragor de la confrontación dentro del conflicto armado que nos enfrentó, sino también, desde la orilla del odio justiciero de quienes, ahora sí y solo contra nosotros blandieron la espada de sus sesgos e intereses, en el afán de quienes nos juzgan – como el culpable necesario a mostrar – para no ser juzgados y quienes en su combinación, nos cercenaron nuestros derechos civiles, políticos y económicos adquiridos en medio de la confrontación, le manifestamos, señor presidente, que estamos listos para participar en el dialogo nacional».
Es así como La Provincia Unida, sería el movimiento político que agrupa a las autodefensas desmovilizados hoy y que buscan en el diálogo nacional, un espacio de participación argumentando además, que ellos ya hicieron el esfuerzo demostrado de voluntad al deponer las armas de más de 30 mil hombres.
Dice Jorge 40 que «en el gran dialogo nacional que usted, señor Presidente, ha convocado a todos los sectores de la patria y así poder aportar por fin, desde los escenarios políticos a los que se nos invitó a participar desde el Acuerdo de Fátima el que culminó con la mayor muestra de concordia que ha existido en favor de la nación y conocido por los colombianos como el Proceso de Paz de Ralito—que silencio las armas de más de treinta mil combatientes — en contraprestación de dejar el lenguaje político armado con el que tutelábamos nuestros derechos y así, ratificarle a Colombia hoy y desde el dialogo nacional, en medio de las alteradas protestas pacíficas, nuestro deseo aún, de querer sí contribuir para que los colombianos nos salvemos como nación.»
Tovar Pupo finaliza la carta señalando que «es por eso señor Presidente Iván Duque Márquez, que de la misma forma en la que en los últimos días ha escuchado a diversos sectores del país, le solicitamos que dentro de esa gran mesa de diálogo nacional; podamos participar también aquellos que en algún momento —como actores de nuestro conflicto armado civil interno e interminable quienes también somos víctimas del legado político del siglo XIX— y que por medio de un Acuerdo de Paz con el gobierno nacional hemos entregado nuestras armas, en aras del bien supremo de pasar la página de la horrible noche en nuestra patria boba y seguir nuestra misma lucha de manera pacífica , como único anhelo, desde los caminos civilizados que en Colombia nos permite la política con fundamento en la democracia participativa.»
Con esta carta, las autodefensas buscan participar del diálogo político nacional en igualdad de condiciones como ya lo hacen las FARC, también desmovilizados y piden ser escuchados como actores políticos que dicen ser, luego de entregar las armas y haber demostrado su voluntad de paz en el país.
Queda ahora en manos del presidente Iván Duque, tomar la decisión sobre si le abre espacios a las autodefensas en el marco del convocado Dialogo Nacional del que ha dicho es sin exclusión, quedando la duda sobre si los escuchará o no, como nuevos actores políticos.
Est es la carta que Jorge 40 envía desde la Cárcel La Picaleña de Ibagué, al presidente Iván Duque:
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Vía IFM noticias.com exclusivo