INTERNACIONAL. El histórico encuentro entre el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, es incierto. El régimen de Corea del Norte amenazó con cancelar la cumbre, prevista para el próximo 12 de junio en Singapur,  si Washington sigue adelante con su demanda de que Pyongyang abandone unilateralmente su arsenal nuclear.

Si el gobierno estadounidense “nos arrincona y nos pide unilateralmente abandonar nuestras armas nucleares no vamos a tener ningún interés en las conversaciones y vamos a tener que reconsiderar si aceptamos la futura cumbre entre Corea del Norte y Estados Unidos”, declaró el viceministro de Relaciones Exteriores Kim Kye Gwan en un comunicado difundido por la agencia oficial KCNA.

“Funcionarios de Casa Blanca y la Secretaria de Estado incluyendo a John Bolton, asesor nacional de Seguridad, andan soltando afirmaciones sobre el llamado programa de desarme al estilo Libia”, explica la nota.

De este modo, Pyongyang advierte a Washington de que si sigue escuchando a Bolton y a otros “pseudo patriotas” que insisten en la solución libia, “las perspectivas sobre la inminente cumbre Corea del Norte-EE. UU. y sobre las relaciones Corea del Norte-EE. UU., en general, quedarán bien claras”.

El mensaje de Pyongyang llegó horas después de que cancelara una reunión de alto nivel con Seúl prevista para este miércoles, a causa de las maniobras militares conjuntas de Washington y Seúl.

Según la agencia Yonhap, para Pyongyang el despliegue se trató de una “provocación intencionada que va en contra del desarrollo político positivo en la península”. Este tipo de despliegue, conocido bajo el nombre de Max Thunder, se inició el 11 de mayo y está previsto que dure dos semanas. En las maniobras conjuntas de los dos países participan una centena de aviones, incluyendo los cazas furtivos estadounidenses F-22 “Raptor”, la bestia negra para Corea del Norte que teme ataques “quirúrgicas”.

“Estados Unidos también tendrá que abordar deliberaciones cuidadosas sobre el futuro de la planeada cumbre Corea del Norte-Estados Unidos a la luz de este provocador incidente militar ejecutado junto a las autoridades surcoreanas”, alertaron desde el régimen de Jong-un.

A pesar de las advertencias, el Departamento de Estado de Trump aclaró que mantenían los preparativos para dicha reunión. “Seguimos avanzando”, aseguró el vocero Heather Nauert, quien agregó que Washington no recibió ninguna “notificación” sobre una posible cancelación.

En este sentido, los cancilleres de Corea del Sur y EE.UU., Kang Kyung-wha y Mike Pompeo, respectivamente, acordaron hoy por teléfono seguir trabajando para que se celebre la cumbre entre Kim Jong-un y Donald Trump, después de que Pyongyang haya amenazado con cancelar la cita.

La histórica reunión entre Trump y Jong-un se planeó después de más de un año de tensión política y sanciones por las provocativas pruebas de misiles de Corea del Norte.

La semana pasada, el líder de Corea del Norte se había mostrado complacido con la idea de reunirse con Trump y celebró la posibilidad del encuentro como “un excelente primer paso para las relaciones bilaterales que ayudará a construir un buen futuro”, había remarcado.