Por Santiago Valencia Gonzalez

La campaña presidencial del 2014 sacó lo peor del oponente de Oscar Iván Zuluaga, las jugadas sucias, los montajes y todo el entramado que llevó al robo descarado de la presidencia a Oscar Iván, y que terminó dándole la reelección al candidato presidente, dejó en el ambiente una sombra que aún, después de que el Consejo Nacional Electoral, y cito textualmente un aparte del comunicado emitido octubre de 2017 “logró determinar la inexistencia de plena prueba que permita inferir el ingreso de aportes a la campaña del señor Oscar Iván Zuluaga por parte de la Multinacional Odebrecht”, sigue en el imaginario de los que polarizados, se quedaron con la duda que sembró Santos, sobre la probidad de una persona íntegra como Oscar Iván.

Ya conocemos las declaraciones del “Ñoño” sobre el vínculo de la campaña de Santos con la multinacional Brasilera, ya sabemos que Roberto Prieto quiere hablar, pero sobre todo, es de público conocimiento la intachable hoja de vida profesional y personal de Zuluaga, quien fue reconocido como el mejor Ministro de Hacienda de Latino América, que ha entregado su vida por el buen ejercicio como funcionario público y lo más importante, que no le debe favores a nadie que deba esconder, muy diferente a lo que pasó con su contrincante en las elecciones del 2014.

 Oscar Iván le robaron la oportunidad de llegar a la presidencia con un montaje que vendieron disfrazado como el mal llamado “Escándalo del Hacker Sepúlveda”, con supuestas interceptaciones para acabar con el acuerdo Habanero, que no está de más decirlo, se destruyó solo con los incumplimientos de las Farc. Todo esto supuestamente estaría direccionado a la campaña de Zuluaga presidente, pero con todo lo que se sabe ahora de Odebrecht y Santos, Andrés Sepúlveda, decidió hablar a pesar de haber denunciado que teme por su vida, y radicó ante la Fiscalía General de la Nación una declaración en la que promete contar toda la verdad, en la que aseguró que la información de las interceptaciones a los delegados que adelantaban el proceso de paz, no eran solicitadas por el presidente Álvaro Uribe Vélez, ni para la campaña de Zuluaga.

Sepúlveda también aseguró que, en el momento de su captura, fue presionado por funcionarios de la Fiscalía de ese entonces, para declarar ante la opinión pública comentarios sobre personas (Álvaro Uribe y Oscar Iván Zuluaga), que no eran ciertos. Igualmente manifestó que todo fue fruto de un entrampamiento, de un gran fraude político y publicitario, para quitar del camino al Uribismo y su candidato que ya le había ganado las elecciones presidenciales al hoy “Nobel de Paz” en primera vuelta.

Colombia está en deuda con Oscar Iván, con su familia y con sus aspiraciones, los colombianos le debemos su buen nombre y su honra, le debemos la presidencia que le robaron con el burdo montaje del hacker y con la plata con la que al parecer Odebrecht, sí financió la campaña de Santos.

La reivindicación de Oscar Iván, no solo debería ser limpiar su nombre con la misma rapidez con la que lograron enlodarlo, sino tener de nuevo la oportunidad de ser el candidato del Centro Democrático y demostrar en 2022, que el Uribismo está más vivo que nunca.