Por: Lola Portela
Empezaré por explicar qué es el TPP. Es el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (en inglés: Trans-Pacific Partnership, TPP) o simplemente Acuerdo Transpacífico regula el acceso a mercados de bienes y servicios, la inversión extranjera y los mecanismos de solución de controversias, así como otros temas referentes al comercio, como la propiedad intelectual, el derecho de competencia y las disposiciones sobre estándares laborales y ambientales.
Cabe anotar que este tratado fue una de las más grandes prioridades del gobierno del presidente Obama y es con el cual el actual mandatario Trump deja claro que trabajará, a su manera, por rescatar lo propio en su país.
Y es que en palabras castizas, el TPP simboliza trabajar y dejar trabajar con y en los países que hacen parte del mismo. Su objeto fue buscar rebajar las barreras comerciales, establecer un marco común de propiedad intelectual, reforzar los estándares de derecho del trabajo y derecho ambiental, y establecer un mecanismo de arbitraje de diferencias. El Acuerdo Transpacífico, es un tratado de libre comercio entre varios países de la Cuenca del Pacífico que aborda una variedad de materias de políticas públicas y se firmó el 4 de febrero de 2016 en Auckland, Nueva Zelanda.
Históricamente, es la propuesta de expansión del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (o Acuerdo P4), un tratado de libre comercio firmado por Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur, el 3 de junio de 2005 y que entró en vigencia el 1 de enero de 2006. Desde 2008, se sumaron, para lograr un acuerdo más amplio: Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Perú, y Vietnam, aumentando el número de países firmantes a doce. Hoy Estados Unidos se retira y esto tiene al mundo en vilo.
Y es que el propósito del acuerdo comercial original entre los países del Océano Pacífico, fue eliminar el 90% de los aranceles entre los países miembros al 1 de enero del año 2006, y eliminarlos completamente antes del año 2015. Y es un tema que a un hombre de negocios, como Trump esa propuesta no le parece negociable. Él le apuesta al gana, gana, simplemente porque desea potencializar, fortalecer la economía de su amado país, desde adentro.
Puede que a la vista de los involucrados y de algunos “expertos” esta sea una locura, un exabrupto, pero ¿cuántos de estos son o han llegado a ser uno de los hombres empresarios más grandes del mundo?. El mensaje es claro: cuando hay problemas se arreglan en casa, no tratando de arreglar los del vecino, y con el dinero que no se tiene, o que le pertenece a los suyos.
Donald Trump lo dijo en su polémica campaña, lo sostuvo en el discurso de su posesión, que se caracterizó por ser corto, contundente y sin retóricas, ni repeticiones y hoy cumple su palabra, sin anestesia y con dolor para muchos.
Sin duda, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump será y dará noticia todos los días, aunque algunos medios de comunicación no lo quieran. Porque es claro que con él es diciendo y haciendo. Y tiene mucho por hacer, porque ya dijo.