Timochencko se pronunció sobre el proceso de paz, resaltando que esta etapa en que entran los diálogos es muy delicada y no debe ser presionada. El alto al fuego bilateral y la entrega de armas son temas «extensos, complejos y delicados» por lo que no deberían estar sujetos a «presiones y plazos fatales».
«Nadie en Colombia o el mundo pone en duda la real posibilidad de concretar el acuerdo final y lo verdaderamente importante radica en proceder de manera expedita, sin dilaciones de ningún orden y dejando por fuera cualquier asomo de imposición unilateral», resaltó.
No obstante, crítico la actuación y ciertas medidas tomadas por el Presidente Santos. «Adopta conductas que contradicen la intención de paz [y acuerdos ya logrados]», afirmó.
Sin embargo, también envío un mensaje conciliatorio. «No es fácil llegar a acuerdos entre adversarios que tienen una visión de país completamente distinta. Reconocemos el trabajo y la seriedad de la delegación que representa al gobierno y al Estado colombiano en la mesa de La Habana«, sostuvo.
Finalmente, reiteró la voluntad de las FARC de lograr la paz. Afirmó que se esforzarán para que el «2016 pase a la historia como el año en que se firmará y comenzará a cumplir el Acuerdo Final de Paz».
A mediados de enero se retomarían los diálogos en los puntos más complejos y en los cuales las partes no concuerdan, debido que las FARC no considera entregarle las armas al Estado colombiano sino un tercero. De igual forma, mientras el Gobierno quiere que la ONU sea el veedor del proceso, las FARC no han mostrado voluntad para este fin (ver Y sigue el tire y afloje en las negociaciones de paz de La Habana).