Amylkar D. Acosta M

TENDENCIA A LA BAJA DE LOS PRECIOS

Si algo caracteriza el comportamiento de los precios del petróleo es su volatilidad,

de allí que la silueta de la curva que lo describe sea lo más parecido a una montaña

rusa. No obstante, sin perder esta propiedad, que le es inmanente al mercado en el

que se transa el oro negro, desde mediados del 2014 la tendencia sostenida de los

precios ha sido hacia la baja

Todo indica que la caída de los precios del crudo llegó para quedarse, que la misma no es coyuntural.

Los precios del crudo de la referencia Brent, al cual está atado el precio de

exportación de la canasta de crudos de Colombia, después de caer por debajo de

los US $30 el barril a comienzos de este año, su nivel más bajo en los últimos 13

años, tuvo un repunte del 30%, alcanzando un promedio de US $46 el barril en el

curso del tercer trimestre de este año, en todo caso US $4 por debajo del mismo

período del año anterior.

Uno de los factores, tal vez el principal, que está gravitando sobre los precios del

petróleo presionándolos a la baja es la sobreoferta en el mercado, que se enfrenta a

una débil demanda por el mismo. De hecho la producción a escala mundial ha

crecido 880 mil barriles el último año, empezando por los 14 países que integran

la OPEP que alcanzó en octubre de este año la cifra record de 33.64 millones de

barriles diarios, 236 mil más que el mes anterior. Concomitantemente, como lo

reconoce la misma OPEP, “los inventarios están cerca de máximos históricos en

todo el mundo”.

Otro factor que influye determinantemente y que impide una reacción mayor del

precio del petróleo es la cotización del dólar, divisa ésta en la que se transa en los

mercados internacionales.

Obviamente la revaluación del dólar frente a las demás monedas le resta poder adquisitivo a

estas, desalentando la demanda debido al encarecimiento del crudo para el importador. Y todo

indica que el dólar se va seguir apreciando, tanto por la elección de Trump, quien además de

anunciar alivios tributarios se propone dar rienda suelta a la inversión en infraestructura, como

por la señal que se desprende de las declaraciones de la Presidenta de la Reserva Federal Janet

Yellen, en el sentido que podría actuar “relativamente pronto” aumentando las tasas de interés de

intervención.

 

ARABIA SAUDITA CAMBIA DE ESTRATEGIA

Previendo que la sobreoferta puede llegar a ser mayor el año entrante, lo cual

seguiría deprimiendo los precios a futuro, Arabia Saudita, que es de facto el líder

de la OPEP, cambió abruptamente su estrategia seguida desde el 2014 hasta el mes

de mayo de este año y pasó de oponerse a un recorte en los volúmenes de

producción de crudo a propiciarla, con el fin de darle un impulso al alza a los

precios. Pero, conscientes de que ya la OPEP no controla más allá de un tercio de

la producción, la OPEP le pidió a los productores que no tienen su membresía

contribuir con una reducción de su producción de 500 mil barriles/día. Por su parte

la producción de la OPEP pasaría de 33.2 millones de barriles/día, que fue la

producción en agosto a la horquilla entre 33 y 32.5 millones de barriles/día. En un

primer momento, ellos, encabezados por Rusia, que no hace parte de la OPEP

pero hoy por hoy es el mayor productor con 11.2 millones de barriles/día, por

encima de Arabia Saudita, fueron receptivos a dicha propuesta. Fue así cómo en el

marco del Foro Internacional de Energía que se efectuó en Argelia entre el 26 y 28

de septiembre, en la que participaron exportadores e importadores de crudo, se

llevó a cabo una reunión consultiva de la OPEP en donde se arribó a un

preacuerdo del que participaron también los productores ajenos al cartel para

limitar el bombeo de crudo, el cual deberá ser refrendado el 30 de este mes en la

Cumbre de la OPEP en Viena. De concretarse, este sería el primer recorte de la

producción con el fin de detener la caída del precio del crudo desde 2008.

Empero, no será fácil consensuar en el seno de la OPEP el compromiso de cerrar

el grifo para reducir la producción de los países miembros, amén de la larga

historia de los incumplimientos de las cuotas de producción acordadas. Sólo

compromisos concretos y verificables de las reducciones convenidas a prorrata

podría recobrar la confianza perdida. De otra parte, cuando ya estamos en

vísperas de la Cumbre, desde Moscú el Ministro ruso de Energía Alexander Nóvak

se mostró dispuesto a congelar su producción, que está al tope de su potencial,

pero no a reducirla, al considerar que al hacerlo en la práctica sería un “recorte”

con respecto a sus proyecciones. Otros países, como Irán, Irak, Libia y Nigeria,

que son sus socios, se muestran reticentes a hacer lo propio, razón por la cual

Arabia Saudita se ha concentrado en asegurar el apoyo al interior de la OPEP, para

luego persuadir a los restantes.

Irán, tercer productor mundial de crudo, acaparaba una cuota del 13% antes de las

sanciones de las cuales fue objeto, las mismas que fueron levantadas en enero de

este año. Ahora aspira a que se le permita recuperarla. De hecho su producción

aumentó 200 mil barriles/día en octubre con respecto al mes anterior, para

redondear los 3.92 millones de barriles/día, 230 mil barriles más del estimativo

que tenía la OPEP. Por su parte Libia, que llegó a producir antes de la caída de

Gadafi 1.6 millones de barriles/día, que ha duplicado su producción en un corto

tiempo, pasando de 350 mil barriles/día a 551 mil barriles/día había manifestado

su consentimiento para reducir su producción en el mes de octubre, pero ahora se

retracta y se propone llegar a los 900 mil barriles/día antes de finalizar este año.

El caso de Kazajistán, el país centroasiático que posee el 3% de las reservas

mundiales de petróleo y que no hace parte de la OPEP, es patético. Kashagan es el

mayor hallazgo de petróleo del mundo y como afirma su Ministro de Energía

Kanat Bozumbáyev, desde allí se empezó a bombear crudo “hace tan sólo un mes.

No planeamos limitar su producción debido a los muchos inversores que

invirtieron aquí…no podemos imponer un límite a la producción de petróleo. Es

prematuro”

. Este campo está siendo operado por el consorcio Norte Caspio

Cooperativo, conformado por siete empresas (KazMunayGas, Eni, ExonMobil,

Royal Dutch Shell, Total, la Corporación de Petróleo de China e Inpex. Quien los

pone de acuerdo para limitar los volúmenes de producción? Por ello, fue enfático

en advertir que no van a detener sus planes de expansión de la producción.

SE ALEJA LA POSIBILIDAD DE UN REEQUILIBRIO DEL MERCADO

Y de llegarse a confirmar el acuerdo en la Cumbre para sacrificar parte de la

producción, ello no garantiza que se vaya a reequilibrar el mercado de los crudos y

se vaya a revertir la tendencia a la baja de los precios, porque el tiro les puede salir

por la culata, ello ya sucedió en el pasado. Como lo afirma el analista Michael

Tran “la OPEP estaba tratando de apuntalar el precio del petróleo, pero sin querer

ayudó a los productores estadounidenses”4

, refiriéndose a la reactivación del

fracking para extraer crudo de yacimientos no convencionales, gracias a los

mejores precios. Según Daniel Yergin, Vicepresidente de IHS Markit. “las

empresas de perforación estadounidenses, que son ágiles y veloces, le han quitado

parte del poder a la OPEP…Ahora hay mucho más petróleo que no es de la

OPEP”

 

. Y para rematar la llegada de Trump a la Casa blanca les dará un respiro a

las petroleras que tendrán en él al defensor que ha sido de su actividad, sin

miramiento alguno. Lo dijo con toda claridad en una conferencia sobre fracking,

“producir más energía estadounidense es una parte central de mi plan para que

EEUU vuelva a ser rico…Voy a eliminar las restricciones sobre la energía

estadounidense y permitir que esta riqueza llegue a nuestras comunidades”

A guisa de ejemplo, se conoce su apoyo incondicional a la construcción del

oleoducto Keystyone XL entre Canadá y EEUU, el mismo que el Presidente

Obama vetó por razones ambientales. Más claro, el agua!

Huelga decir que el “umbral” del dolor que sacaba del mercado al Shale oil por

razones de costo de extracción de crudos de yacimientos no convencionales se

redujo ostensiblemente, al punto que, según la firma de investigación Wood

Mackenzie, los más eficientes pueden llegar a ser comerciales a un precio de US

$20 el barril. La mayor producción proveniente de estos terminó por anular el

efecto de un recorte en la producción en los yacimientos convencionales, máxime

cuando ya en estos se ha empezado a utilizar también la técnica del fracking,

aumentando la productividad y la producción de los campos petroleros en

explotación. En concepto de Roberto F. Aguilera, investigador en Curtin

University (Australia), y Marian Radetzki, profesor en Lulea University of

Technology (Suecia), “si el petróleo convencional en el mundo es capaz de

beneficiarse de las técnicas aplicadas en el shale y el fracking, como ha hecho

EEUU, la producción aumentará en otros 20 millones de barriles al día para

2035…Estos incrementos de la producción están obligados a producir una fuerte

presión sobre los precios”

Uno de los primeros beneficiados con esta nueva onda

en la industria petrolera se la extracción de petróleo en aguas ultraprofundas.

 

LA INDUSTRIA PETROLERA SE REINVENTA

Dicen los analistas de JBC que “la industria del petróleo ha sido criticada con

frecuencia por ir a la cola a la hora de aplicar la tecnología a sus procesos. Esto ha

comenzado a cambiar”8

La caída de los precios del petróleo ha despertado la

creatividad de las empresas y, además de los nuevos desarrollos tecnológicos, se

ha esmerado también en introducir cambios en los procesos y en la operación. Es

así cómo se han ingeniado la simplificación y estandarización de las operaciones

con miras a reducir costos. La simplificación y estandarización de las operaciones

ha llevado a muchas empresas al extremo que desde las válvulas hasta las bobina,

todo se homologa en aras de reducir costos. En EEUU está en boga la receta

descrita por la Statoil como “tres pozos por el precio de uno”, de tal suerte que un

mismo equipo se utiliza para perforar varios pozos contiguos y así abaratan los

costos operativos de su actividad, a tal punto que el costo de extracción de un

barril de crudo lo han reducido, increíblemente, hasta los US $10. Las

perspectivas para la industria petrolera, entonces, no son las más halagüeñas, tanto

en el corto como en el mediano plazo, como ya lo habíamos advertido cuando

apenas comenzaba el año-

Del petróleo puede predicarse que está en medio de una transición de un cambio

de época, desde aquella en la que la mayor preocupación de la comunidad

internacional fue por décadas la proximidad del “pico petrolero” vaticinado por el

geofísico estadounidense M. King Hoover, al que, según la Agencia Internacional

de Energía (AIE) se había llegado en el 2006, a partir del cual era inexorable la

declinación de las reservas petroleras.

Hoy, en cambio, el debate gira en torno a lafecha en la que la demanda mundial por petróleo llegará a su clímax, a partir del

cual caerá en picada sin remedio.

Según las proyecciones del Consejo Mundial deEnergía el 2030 marcará ese hito, estimando que para entonces la demanda se

ubique entre 94 millones de barriles/día y 103 millones de barriles/día, después de

haber alcanzado los 93 millones de barriles/día el año pasado.

Todas estas predicciones se cayeron de su peso con la irrupción del fracking en los EEUU, de

modo que se puede aventurar que la demanda por petróleo empezará a caer mucho

antes que se llegue al nuevo “pico petrolero”. De acuerdo con Simón Henry,

Director financiero de la petrolera Royal Dutch Shell, “la demanda alcanzará su

nivel máximo antes que los suministros…Y ese pico comenzará entre 5 y 15 años

a partir de hoy y será impulsado por eficiencia y sustitución”10.

Por ello, no hafaltado quien sostenga que la decisión de la OPEP de recortar la producción,

después de producir hasta el 94% de su potencial, para tratar de contener la caída

de los precios del petróleo puede llegar a ser tardía.

Es claro, entonces, que laOPEP está remando contra la corriente, puesto que ni se va a reducir la producción

ni se va a reactivar la demanda de crudo.

Cota, noviembre 27 de 2016

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