Luego de realizado el día anterior el primer consejo de ministros del gabinete de gobierno de Iván Duque, previo a la posesión y en el que se acopló al equipo para unificar las visiones prioritarias de las acciones que se realizarán de manera sectorial a partir del 7 de agosto, quedó en el aire la pregunta del porqué aún no se había nombrado el ministro designado para el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia (MINTIC).

La reunión a puerta cerrada se hizo con 15 de los 16 ministros que conforman el gabinete, siendo el único faltante el de las TIC, pero no por falta de asistencia, sino por no haber sido nombrado aún acrecentando los rumores de lo que ocurre.

Al comienzo en el sonajero para la cartera estaban el exrepresentante a la Cámara por Antioquia, Federico Hoyos y el barranquillero, Alberto Samuel Yohai, presidente de la Cámara Colombiana de Informática, pero con el pasar de los días los nombres fueron cambiando y se rumoró que la cartera sería entregada a una mujer, pensando en el cumplimiento de la promesa de que la composición del gabinete fuera equilibrado.

Desde entonces, varios nombres de mujeres se han presentado, desde el de la exministra María Carolina Hoyos, pasando por Olga Botero de C&S, altas ejecutivas del sector TIC como Sandra Monroy, la exministra de esa cartera, Martha Pinto de Hart, Galel Mallot de Asotic y hasta Isabel Cristina de Ávila Benítez, exasesora de esa cartera y directora del Servicio Público de Empleo.

Con tal baraja de nombres y peso de las sonadas, varios problemas se han puesto de manifiesto, entre ellos, algunas con conflictos de intereses, otras con inhabilidades por sostener contratos con el Estados; pero en su mayoría por un gran dilema en la búsqueda del perfil adecuado y es que justo este Ministerio será el encargado de aunar el proyecto de desarrollo de la Economía Naranja que pretende dar impulso a las industrias creativas y digitales, la mayoría de ellas pensadas desde la tecnología y los nuevos negocios de futuro.

La triangulación del Ministerio de Hacienda como rector de la política económica, el Ministerio de Cultura como gestor de los proyectos de expresión creativa y artística y el  Ministerio de las TIC como eje fundamental de la puesta en marcha de la creación de la nueva economía hace que no haya sido fácil encontrar el nombre de la persona que tenga apropiado el concepto “Naranja” y pueda meter en sintonía esta propuesta que es el eje de las promesas de gobierno en la materia.

Consultados varias fuentes cercanas al presidente, al centro democrático y hasta la campaña, todos coincidieron en desconocer por qué la demora, hasta que fue uno de esos nombres sonados, quien reveló bajo la solicitud de reserva, la dificultad en el hallazgo del perfil adecuado.

Se espera que el nombre elegido sea conocido en las próximas horas, pues si bien ha sido difícil, el presidente electo sabe del corto tiempo que tiene para escoger el mejor nombre o al menos con el perfil que más se acerque y que pueda entender la dinámica que este gobierno quiere para generar nuevos empleos y dinamizar el desarrollo tecnológico del sector, manteniendo la promesa de hacer nombramientos sin presiones políticas ni gremiales ni empresariales y sí con el compromiso de ser técnicos y dispuestos a acompañarlo durante los próximos cuatro años.

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