La policía brasilera registraron los domicilios de Eduardo Cunha, de dos ministros del Gobierno de Dilma Rousseff, y de diputados y senadores, en relación con el caso de corrupción de Petrobras.
El tema del Presidente de la Cámara, Cunha, es delicado debido a que él fue quien aceptó la estudiar la petición de distitución en contra de la Presidente Dilma Rousseff por manejo fiscal irregular (ver Macri y Rousseff: ideologías distintas y fines comunes).
La policía registró su vivienda y tomó sus celulares, miniiPad y computador.
Casualmente, los sujetos de las requisas, Cunha, los dos ministros y los diputados y senadores, son en mayoría del Partido do Movimiento Democrático Brasilero (PMDB), el cual se ha distanciado de la coalición con el Partido de la Presidente.
Si bien se había rumoreado que Cunha renunciaría, aclaró en una rueda de prensa que no y que seguirá en su cargo. Así mismo, fue claro en que él esperaba lo que sucedió hoy, y de manera irónica manifestó “no me sorprende. Yo mismo ya les había dicho a ustedes que me despierto a las seis de la mañana y que la puerta de mi casa estaría abierta. Hay una investigación en marcha y es algo normal”.
Reiteró su inocencia y reafirmó que el asalto a la petrolera estatal lo realizó el Partido de los Trabajadores, resaltando que “el hecho de que acudieran a mi casa a buscar pruebas significa que no tienen pruebas”, y “es raro que los objetivos de las operaciones policiales sean solo los miembros del PMDB, y nunca del PT”.
La Comisión de Ética se volvió a reunir sobre el tema a ver si destituyen a Cunha, pero nuevamente sin decisión. Y es que la mitad de este cuerpo tiene integrantes con cargos pendientes con la justicia.