Después del 11 de septiembre de del 2001 cuando el mundo observó con estupor e indignación el atentado de las Torres Gemelas en New York – en un hecho que no ha desparecido de la agenda orbital-, la ciudad de París se sumó a “esta cadena del terrorismo”, al ser objeto en la noche del 13 de noviembre del más fuerte atentado que le costó la vida a 127 personas y más de 300 heridos, a manos de un grupo extremista islámico.
El décimo distrito de la capital francesa – zona de cafés y restaurantes- fue escenario del hecho de violencia que ha levantado el rechazo mundial desde España, pasando por Estados Unidos, México, Argentina, Chile, Colombia e Italia, que por separado han expresado su voz de solidaridad al pueblo francés, el cual tardará mucho en reponerse del atentado terrorista, al tiempo que el modelo de seguridad en Europa y los cuatro puntos cardinales del planeta, cambiará radicalmente.
POLITIKA.COM  recorrió en la mañana del sábado los distritos 10 y 11 de París, donde sus habitantes están de luto. “La banquetas aún manchadas de sangre», se podía observar flores y velas en homenaje a las víctimas, al tiempo que el restaurante asiático “Le Petit Cambodge” y el café “El Carrillon”, hombres y mujeres de todas las condiciones sociales y nacionalidades llegan hasta sus puertas a colocar flores, en homenaje a las 14 víctimas que murieron en el atentado terrorista a las 9 y 30 pm.
Un ciudadano francés en diálogo con POLITIKA.COM recordó que cuando llegó al lugar observó gente tirada en el piso, con sangre por todas partes. «Un amigo perdió a su hermana. También perdieron la vida dos amigos del barrio”, dijo.
No muy lejos de ese lugar –que se encuentra bajo estrictas medidas de seguridad- la sala de concierto del Bataclan. En este sitio fue tendida una lona para cubrir la fachada. De acuerdo con el informe de la policía, 80 personas murieron por el ataque terrorista en pleno concierto. Del grupo de asaltantes, 4 murieron al activar sus cinturones explosivos. Uno más fue dado de baja por la policía.
Otro testigo de los hechos, quién se encontraba en el bar “El Carillon” relató a POLITIKA.COM que “no ha podido dormir. Estaba con mi hermana a la espera que nos llevaran a la mesa un par de cervezas. Cuando oímos unos sonidos, parecían unos petardos. De inmediato todas las personas se echaron al piso. Mi hermana pudo meterse detrás de la barra. Yo cogí una silla y me la puse en la cabeza…era oír y oír tiros”  relata con los ojos llorosos.
Más adelante, el locutor de radio Europe 1 Julien Peirce recordó que mientras departía con unos amigos en la sala de conciertos de Bataclan –abarrotada por 1.500 espectadores- quienes asistían al concierto del grupo norteamericano Eagles of Death Metal, ingresaron al lugar “dos o tres individuos  cara descubierta con armas automáticas de tipo Kalashnikov y empezaron a disparar de forma indiscriminada contra la gente. Esa escena de terror duro de 10 a 15 minutos”, subrayó.
Lo cierto es que este sábado 14 de noviembre –desde tempranas horas del día- los parisinos se encontraban consternados, preocupados e indignados por lo ocurrido, en medio de más amenazas y en un estado de pánico; con fuertes medidas de seguridad, incluida el cierre de las fronteras.
Nadie en París se ha quedado indiferente ante la “noche de terror” que vivió la ciudad luz. Se siente en el ambiente un respaldo total al Gobierno del presidente Francois Hollande, a quién se le nota en el rostro el impacto de un hecho, que sigue siendo evaluado por las autoridades; con la mira puesta en  la familia de las víctimas y de los heridos.
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