Por: Ulahy Beltrán López1
Estados Unidos de Norteamérica ha sido uno de los países en los que más se ha
sentido el impacto pandémico del coronavirus Sars-Cov-2 generador de la
enfermedad Covid-19; los números de inicio de la tercera semana del presente
mes de septiembre así lo indican: casi 42 millones de casos y la cifra de
fallecidos por esta causa ya ronda los 680 mil decesos
Sin embargo, el avance del plan de vacunación contra el virus en ese país
tampoco es el mejor pues en estos momentos solo el 53% de la población está
vacunada con el esquema completo y un poco más del 9% está parcialmente
vacunado. A pesar de las diferentes estrategias de motivación, búsqueda activa
e inducción a la demanda para que los habitantes de ese país se protejan
mediante la vacunación, la cifra de vacunados con esquema completos
prácticamente se frenó desde hace unas semanas y solo ha superado por un par
de puntos la mitad de la población que debía vacunarse según los cálculos de
las autoridades sanitarias norteamericanas.
Por eso resulta pertinente y oportuno un artículo publicado hace solo unos días
en The New York Times (Worried About Breakthrough Infections? Here’s How
to Navigate This Phase of the Pandemic) y escrito por Tara Parker-Pope, en
el que se aportan datos informativos importantes y se abordan algunas
inquietudes que tienen las personas frente a la vacunación contra el virus y que
les ha impedido acceder al beneficio individual de esa protección a través de la
inmunización en cuestión.
Parte de lo que informa Parker-Pope y que resulta clave para que se entienda
el beneficio de estar inmunizado es que según los expertos “las vacunas brindan
una gran protección contra la enfermedad grave y, con algunas precauciones,
permitirán volver a llevar vidas más normales”. Esta información resulta de las
conclusiones arrojadas por un estudio realizado en el condado de los Angeles y
que fue dada a conocer por Sharon Balter, directora de la División de Control
y Prevención de Enfermedades Transmisibles del Departamento de Salud
Pública del citado condado a partir del análisis realizado a personas de esa
localidad en pleno auge de la variante delta del virus ocurrido.
El equipo coordinado por Balter pudo establecer la diferencia de riesgo para
los vacunados frente a los no vacunados contra el coronavirus, habiendo
estudiado 10.985 personas que se infectaron teniendo el esquema completo de
vacunación y 30.801 sin la protección de la vacuna.
Estas son 3 de algunas de las principales conclusiones derivadas del citado
estudio:
La tasa de infección por la enfermedad Covid-19 de personas sin vacunar e
veces mayor a las de las vacunadas. Al final del período del estudio, la
incidencia ajustada por edad de Covid-19 entre personas no vacunadas fue de
315,1 por cada 100 mil personas durante un período de 7 días, mientras que en
las personas vacunadas esa tasa de incidencia fue de 63,8 por cada 100 mil
personas vacunadas (el ajuste de edad es un método estadístico empleado para
que los datos sean representativos de la población general).
Al comparar la tasa de hospitalización ajustada por edad, el estudio permitió
concluir que diga tasa entre las personas vacunadas fue de 1 por cada 100 mil
personas, mientras que se demostró que ese mismo indicador también ajustado
por edad en las personas no vacunadas fue de 29,4 por cada 100 mil.
Con respecto al impacto de la variante delta, el estudio evidenció que antes que
dicha variante fuera dominante (el auge de esa variante en el estudio se reflejó
entre el 1º de mayo y el 25 de julio de este año), las personas no vacunadas se
infectaban 10 veces más que las vacunadas. Para la parte final del estudio,
cuando el predominio de la variante delta era de casi el 90% de los contagios,
la infección o contagio por esta variante resultó ser 5 veces más probable en las
personas no vacunadas que en las vacunadas.
Así las cosas, el artículo en The New York Times aporta también otras
reflexiones interesantes sobre la relación entre infección por coronavirus en
personas vacunadas y en las no vacunadas. Por ejemplo, hay una verdad
innegable y es que las personas que no se han aplicado la vacuna presentan un
mayor riesgo de contraer y propagar el virus; pero también resulta cierto que es
posible que personas vacunadas se infecten y puedan transmitir la enfermedad,
por lo que resulta vital para la población continuar con las medidas de
bioseguridad aún después de estar vacunada (uso de tapaboca, lavado frecuente
de manos, distanciamiento físico, evitar conglomerados, etc.).
El artículo muestra como personas vacunadas en la localidad de Provincetown
(Massachusetts), por no respetar el distanciamiento físico y relajarse en el
cumplimiento de las medidas de bioseguridad antes citadas, dispersaron el virus
generando un brote de la enfermedad en dicha comunidad a pesar de estar
protegidas por la inmunización. Sin embargo, sostienen los expertos que la
posibilidad que una persona se infecte a partir de una persona vacunada es
relativamente baja.
Resulta también evidente a través de lo reportado en el estudio del condado de
Los Angeles, que las personas no vacunadas tienen 29 veces mayor
probabilidad de ser hospitalizadas por Covid-19 que las que están vacunadas.
O tal vez para entenderlo mejor, para alguien que está vacunado existe una
probabilidad 29 veces menor a ser hospitalizado por Covid-19 que para quien
no está vacunado.
Así las cosas, al demostrarse que la tasa de infección por la enfermedad Covid19 de personas sin vacunar es 5 veces mayor a las de las vacunadas, debe
entonces asimilarse a que estar vacunado significa 5 veces menos probabilidad
de infectarse frente a quienes no lo están.
Cuando información de este tipo se conoce y se divulga, puede llevar a que
personas que hoy aún se resisten a vacunarse contra el coronavirus y desistan
de esa actitud, cambien de parecer y accedan a vacunarse obteniendo así el
beneficio tanto individual para el que se inmuniza como el colectivo para la
comunidad, salvándose así la vida del individuo pero también la vida de quienes
viven e interactúan con él, entonces no cabe duda que es información que no
sobra porque para vivir ninguna información está demás.
1 Es: Médico Cirujano, Especialista en Gerencia de Servicios de Salud y Especialista en Seguridad Social
Latinoamericana. Ha sido: Vicepresidente de la Junta Directiva Nacional de la Asociación Colombiana de
Hospitales y Clínicas (ACHC), Consejero Nacional, Departamental (Atlántico) y Distrital (Barranquilla), de
Seguridad Social en Salud, miembro de juntas directivas de IPS privadas y de empresas sociales del estado,
asesor en salud de la Contraloría General de la República, gerente del Hospital Universitario CARI ESE.
Actualmente: docente universitario, columnista en medios impresos y virtual
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