Por Lola Portela

Enorme agite diplomático de los países aliados a Estados Unidos, además del pánico y la agitación que se apoderan tanto de la comunidad internacional como del mismo Afganistán, después de que los insurgentes talibanes se tomaran la ciudad capital de Kabul.

Sin embargo, la gran mayoría no entiende por qué del revuelo. Y son varios los motivos:
Primero, esta caída de Afganistán se produce apenas tres meses después de que Estados Unidos comenzara a retirar sus tropas de ese país. Luego de una guerra de 20 años que a su paso dejó muchos muertos: 2.448 miembros del servicio estadounidense, 3.846 contratistas militares estadounidenses y 66.000 militares y policías afganos, sin contar civiles.

Los talibanes, palabra que en pastún significa ‘los estudiantes’ , se tomaron el control de Afganistán en 1996, después de capturar Kabul en la guerra civil afgana. Bien dicen que la historia muchas veces se repite.

Es así como en ese entonces los talibanes establecieron un gobierno basado en su interpretación extrema de la ley islámica Sharia y gobernaron durante cinco años.

Ese régimen talibán fue derrocado, en el 2001, a través de la invasión de Afganistán liderada por Estados Unidos.

Es importante entender que los talibanes de derechos humanos poco o nada aplican: durante ese gobierno de cinco años los talibanes les prohibieron a las mujeres trabajar, asistir a la escuela o salir de casa sin un pariente masculino. Los hombres tenían que dejarse crecer la barba y llevar gorra o turbante. Cualquiera que no cumpliera con este código era azotado, golpeado o humillado.

Algunos estudiosos del tema dicen que “la retórica de los talibanes se ha moderado desde 2001, pero sus creencias extremistas no han cambiado”.

“Toda la evidencia sugiere que los talibanes todavía creen en la restauración de su antiguo sistema de emirato, en el que un líder religioso no elegido, o emir, era el máximo responsable de la toma de decisiones”, dada por la autoridad de su dios. Que, sin meterme en lo religioso, estoy segura lejos está del Dios la que la mayoría conocemos.

En ese contexto, actualmente en las zonas de Afganistán controladas por los talibanes ya éstos han “pedido que casen a una niña por familia con sus combatientes; y ya establecieron que las mujeres no deben salir de casa sin un pariente varón; y se ordenó a los hombres que rezaran en las mezquitas y se dejaran crecer la barba”.

Es por eso y mucho más que las mujeres y niñas afganas son las más vulnerables y las que más temen frente a esta nueva victoria de los talibanes.

Y es que esa es una ideología fundamentalista, particularmente hacia y en contra de las mujeres.

Y aunque en las reuniones internacionales y en las redes sociales, los líderes talibanes dicen que las mujeres tienen derechos “según el Islam”. Del dicho al hecho, siempre hay un gran trecho.

Al decir de los expertos consultados, Estados Unidos siente un enorme compromiso y una responsabilidad moral frente a los posibles abusos de los derechos humanos y la violencia que los afganos probablemente enfrentarán bajo este nuevo dominio de los talibanes. Es por eso que ese conflicto llega e involucra a los países latinos y aliados de Estados Unidos.

Los Estados Unidos brindará refugio a los afganos que corren riesgos particulares porque fueron parte del esfuerzo de guerra de Estados Unidos. Eso incluye a los traductores afganos, que han sido blanco de los talibanes por su trabajo con el ejército estadounidense.

La administración Biden en julio de 2021 autorizó una expansión urgente de 100 millones de dólares del programa de visas especiales que podría sacar de Afganistán a 20.000 afganos afiliados al esfuerzo de guerra y reinsertarlos en el extranjero.

Frente a este dilema hay voluntad política internacional, incluso por parte de los presidentes de varios países latinos, que incluyen Chile, Perú y Colombia entre otros.

Sin embargo, la tarea no es fácil, pues está de por medio en primer lugar la huida de los afganos en peligro, así como el riesgo para los países de sufrir represalias por parte de los talibanes.

Es importante entender que la victoria de los talibanes en Afganistán también es una victoria para la organización terrorista al-Qaida.

“Afganistán fue el lugar de nacimiento de al-Qaida en 1988. Y como se sabe ese grupo dio lugar a redes terroristas en todo el mundo, incluida al-Qaida en Irak, que se transformó en el ISIS”.

Estados Unidos invadió originalmente Afganistán para perseguir y destruir a Al Qaeda después de que el grupo atacara el World Trade Center y el Pentágono el 11 de septiembre de 2001.

Y es que tampoco se puede ignorar que Afganistán se convirtió en un refugio para los terroristas bajo el gobierno precisamente de los talibanes.

Con el regreso de los talibanes al poder, las organizaciones terroristas internacionales podrían, antes de lo previsto, comenzar a operar abiertamente fuera del país nuevamente, manifestó el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, General Mark Miller, el pasado 15 de agosto de 2021.

Con todo y esto podemos concluir que esta labor humanitaria puede tener graves repercusiones, pues va más allá de un mero refugio.