Edgar Martínez Romero, quien fue hace 22 años el primer gobernador elegido por voto popular, comienza a sus 69 años su segundo mandato.
Su discurso de posesión fue duro, sin nombrar al gobernador saliente Julio Cesar Guerra aseguró que el departamento de Sucre tenía ausencia de autoridad y gobierno y el peor desgreño administrativo de su historia.
“Es que en Sucre todo se volvió un negocio; la educación, la salud y la infraestructura, de las que pocos se benefician, soportan retenes y alcabalas en todas sus dependencias, disminuyendo escandalosamente el bienestar de aquellos a quienes los recursos van dirigidos y deben ostentar el derecho a disfrutarlos”, consideró el gobernante.
El mandatario departamental, economista de 69 años, juró ante Lía Escudero, jueza de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Sincelejo. Luego el vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, le impuso la banda.
También denunció la existencia de las que llamó “mafias protectoras de organismos disfrazados de centros de reposo, doble facturación y nóminas de cooperativas que se quedan con el más alto porcentaje de, los bajos salarios de los trabajadores”.
“En un término no mayor de seis meses, nos comprometemos a cambiar esta situación de los empleados y funcionarios de salud, maltratados por las mafias, para que disfruten de sus derechos y acreencias en el tiempo estipulado, prometió Martínez Romero.
Indicó también que si hay necesidad ordenará la militarización para contrarrestar la inseguridad, al tiempo que señaló que otro de sus retos es luchar contra la desigualdad social.
Anunció también que va a gestionar la construcción de un acueducto regional.
Martínez Romero dará a conocer el lunes 4 de enero la conformación de su gabinete.