El Presidente israelí, Benjamín Netanyahu, se encuentra impulsando una ley para controlar a ONG pacifistas, aparentemente cediendo ante las presiones de los sectores extremistas de su Gobierno. En el país existen aproximadamente 15.000, de las cuales al menos 10.500 se enfocan en el conflicto con Palestina.
La legislación, aprobada por el Gabinete y denominada la «ley de transparencia», restringiría las acciones de las ONG israelíes en los territorios palestinos ocupados y las obligaría a declarar los fondos que reciben si más del 50% procede de Gobiernos extranjeros.
En este sentido, la ley restringe a ONG pacifistas o de izquierda que reciben fondos de Suecia, Dinamarca, Noruega o Bélgica, pero deja intactas a las de extrema derecha que se encuentran ligadas al movimiento de los colonos, las cuales reciben fondos de organizaciones privadas en EE.UU., por lo cual no se verían afectadas por la norma.
Así mismo, la legislación obligaría a los miembros de dichas ONG a portar un distintivo o etiqueta al comparecer ante el Knesset (parlamento).
De acuerdo con la Ministra Shaked, «el público tiene derecho a saber que hay Gobiernos extranjeros involucrados en los asuntos internos del país», refiriéndose al financiamiento de ONG que, en su criterio, «erosionan la legitimidad de Israel y su derecho a existir como Estado judío y democrático».
Por su parte, la oposición considera esta medida el inicio de una cacería de brujas: «más que buscar transparencia, esta ley intenta etiquetar a seres humanos, lo que es increíblemente peligroso», explicó la líder del partido Meretz.»Es un paso preocupante dentro de la estrategia de la derecha para deslegitimar a estar organizaciones y reducirlas al silencio», sostuvo.
Así mismo, la Unión Europea, el principal donante de estas ONG, declaró que «Israel debe tener mucho cuidado con leyes que tienen reminiscencias de regímenes totalitarios».