Por  Fernando Alvarez Corredor

En Colombia los intríngulis del poder mediático y jurídico que amparan poderosos pulpos económicos desbordaron los cálculos de los más pesimistas. Lo predecible no ocurre sino cuando se les estalla la papa caliente en las manos y ya no pueden, por más que quieran, tapar el sol con un dedo. Y lo impredecible ronda los estrados judiciales y las salas de redacción hasta que se cierran las válvulas de escape y se estalla la olla de presión con los más variopintos artilugios periodísticos y las más putrefactas prácticas judiciales.

El asunto es que ante lo que el fallecido Jorge Enrique Pizano llamaba “la fábrica de los contratos falsos, de la porquería más grande”, el propio procurador Fernando Carrillo pidió a la Corte Suprema nombrar Fiscal ad hoc. Y el presidente Iván Duque sin vacilar propuso la terna para estos efectos en cuanto la Corte Suprema lo decidió. Y a pesar de que algunos constitucionalistas sostenían que no era el camino indicado por la norma, la otra posibilidad era la renuncia del Fiscal y la consecuente crisis institucional, lo que llevó a la Corte incómodamente a aceptar el Fiscal Ad hoc.

La percepción de la opinión pública sobre el Fiscal General de la Nación es de total desconfianza y por esa razón la decisión no daba espera. Luego de que se desatara toda una polémica alrededor de si estaba o no impedido el Fiscal General de la Nación para manejar el tema de Odebrecht, el mayor escándalo de corrupción del país en los últimos tiempos, la Corte Suprema aceptó la fórmula de un Fiscal Ad hoc, para desatollar el hervidero político que se había armado. De esta forma se trataría de dar un aire de legalidad a la inmundicia que se respira hoy en la Fiscalía.

Posteriormente, tras haber rechazado la primera terna que envió el Presidente Iván Duque, la Corte obligaba al jefe de estado a proponer un nuevo candidato. Y aunque suena respetable el nombre de Gilberto Orozco por haber sido de los que conceptuó que no era viable el Fiscal Ad Hoc, ya ha comenzado a rodar por todos los medios judiciales una pregunta, o como llamarían en derecho, una duda razonable: Y el Fiscal para qué asunto no está impedido? Porque una rápida mirada a las investigaciones que adelanta la Fiscalía haría concluir que el Nestor Humberto Martínez está por lo menos en conflicto de intereses con muchos casos.

Incluso en algunos círculos jurídicos afirman que Martinez Neira debiera renunciar, no por el tema de Odebrecht sino porque en casi todos los casos importantes que lleva el ente acusador podría estar inhabilitado. Hay quienes aseguran que es probable que casos como los de Interbolsa, Estraval, Elite, el Fondo Premium y Saludcoop, en los que ha tenido nexos como abogado el Fiscal Martínez pudieran correr con la misma suerte del impedimento, que obligaría a pensar, por el simple derecho a la igualdad y por la jurisprudencia que sienta la decisión de la Corte Suprema, en un Fiscal Ad Hoc.

A propósito de porquerías se pregunta el abogado Alex Vernot, en un comunicado emitido a raíz de su detención, por supuesto “soborno en actuación penal”, en relación con el Caso Mattos, sí el Fiscal General de la Nación, Nestor Humberto Martínez, “sabía toda la porquería que se estaba ventilando en este caso?” ya que la supuesta manipulación para dirigir un reparto hacia el juzgado sexto que dictó las medidas cautelares contra de los nuevos representantes de Hyundai se habría hecho precisamente bajo la supervisión de Martínez Neira cuando era abogado de Mattos.

Sí es así debe renunciar al cargo, dijo aunque dejó la posibilidad de que el Fiscal no supiera que todo podía ser obra de una conspiración de fiscales corruptos impulsados por el abogado Jaime Lombana para favorecer al grupo ecuatoriano Eljure, los nuevos distribuidores de la marca Hyundai en Colombia. Se complica aún más la situación del fiscal y genera más dudas sobre su ecuanimidad cuando no logra convencer con sus ambivalentes respuestas, ya que unas veces dice que actuó como amigo, otras como abogado y otras como representante de Corficolombiana.

Ni que decir del caso de Carlos Mattos, de quien fue abogado el Fiscal Martínez Neira, y quien según sus abogados «no cuenta con garantías procesales», por lo que solicitaron al CIDH velar por sus derechos, en cuanto al debido proceso ya que ha sido violado por los fiscales que adelantan la investigación con el claro propósito de tender una cortina de humo en el caso de Odbrect, o de cumplir con una sacada de clavo de Martínez Neira contra el empresario Carlos Mattos con quien liquidaron en no muy buenos términos. No es raro que en los pasillos de la Fiscalía se escuchen rumores de que el Fiscal ha dicho a uno de sus cercanos colaboradores sobre este caso: «Me lleva él o me lo llevo yo, pa que se acabe la vaina»

Existen incluso comentarios en ciertos círculos judiciales que los clientes de Martínez Neira están todos en la cárcel o imputados. Y en algunos casos se siente que cómo mínimo existe conflicto de intereses. Un caso emblemático de incompatibilidades es el caso de Roberto Prieto, quien tuvo que ver con los dineros de Odebrecht cuando Martinez era superministro del gobierno de Juan Manuel Santos que aspiraba a reelegirse para la presidencia.

Después de haber resultado seriamente imbricado en el caso Odebrecht, cuando se reveló un video de Noticias Uno en el que el ingeniero Jorge Enrique Pizano, fallecido en confusas circunstancias atadas a una botella de cianuro, y quién era uno de los testigos clave en el escándalo de los sobornos de la firma brasilera en el país, el Fiscal quedó por lo menos mal parado. En el video se evidencia palmariamente que el Fiscal Néstor Humberto Martínez conocía más de la cuenta y que se hizo el loco respecto de lo que ocurría en su momento con las irregularidades en el manejo de los contratos de la Ruta del Sol.

El tinte dramático que adquirió el relato del testigo tomó dimensiones inesperadas. Se llegó a hablar de suicidio, de suicidio inducido o de simple asesinato porque las cosas se agravaron cuando se supo que el hijo también murió envenenado por tomar cianuro en una botella del escritorio de su padre. La sensación que ha quedado es que hay algo mucho más oscuro de lo que a simple vista se ve, ya que Pizano dejó como testamento muchas graves denuncias en entrevistas con otras o medios que poco a poco fueron saliendo a la luz pública.

Pizano, convencido de que era una víctima más del poder de la Fiscalía, se sentía acorralado ante la apabullante exhibición del poder judicial amangualado con el poder económico, en este caso el del fiscal Néstor Humberto Martínez, aliado con el más poderoso grupo financiero del país, en cabeza de Luis Carlos Sarmiento Angulo. Según el periodista Iván Serrano, quien recibió las pruebas que tenía el ingeniero fallecido, lo que se demuestra es que él era realmente más denunciante que denunciado.

Los testimonios del ingeniero Pizano fueron confiados con carácter de reserva hasta cuando él recibiera protección en el exterior o sí llegara a fallecer. Además el testigo entregó unas grabaciones de audio que demuestran que el ingeniero le contó con detalles y con documentos en mano, a Néstor Humberto Martínez, las irregularidades cometidas en Colombia desde mediados de 2015 por Odebrecht. Según este relato ni el Fiscal Martínez ni Corficolombiana, socia de la firma brasilera en la construcción de la Ruta del Sol II, le hicieron caso a sus denuncias.

Al contrario, dos años después fue despedido fulminantemente. En agosto de 2015, cuando se dio la conversación entre Pizano y Martínez Neira, el hoy Fiscal General de la Nación acababa de retirarse del Superministerio en el gobierno de Juan Manuel Santos e iniciaba su campaña para ser Fiscal. En ese momento se acercó al ingeniero para escuchar sus denuncias, ya que Martínez había sido el apoderado de Corficolombiana, pero extrañamente no hizo eco a las irregularidades denunciadas a pesar de que frente al denunciante aparecía como el que más entendía que se trataba de unas coimas en medio de un lenguaje semilupezco.

Más curioso resulta que cuando resultó escogido como Fiscal General, Martínez daba a entender a la prensa que él no tenía ese grado de conocimiento sobre el caso Odebrecht. «Yo no hago especulaciones, mis declaraciones, siempre las hago porque tengo pruebas», expresó Pizano en el video. Algo que Néstor Humberto Martínez, nunca se imaginó, pero que demuestra que él sí tenía conocimiento de las irregularidades que se vivieron en la contratación de Odebrecht. Y no deja de resultar extraño que una vez Pizano pone al tanto de la situación a Martínez Neira, El Grupo Aval del empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo comienza a realizar una serie de reuniones con Odebrecht, con la supuesta intención de aclarar la situación de los contratos que no contaban con la validación SARLAFT.

El Fiscal general de la Nación Nestor Humberto Martínez Neira se encuentra hoy ante la más completa crisis de credibilidad. Los hechos sucedidos a raíz de la muerte del ingeniero Jorge Enrique Pizano y de su hijo, en extrañas circunstancias, lo pusieron en el ojo del huracán y medios como Noticias Uno, El Espectador y Semana revelaron grabaciones en las que quedó muy enredado. No solo se evidenció que Martínez sabía con antelación sobre actuaciones delictivas en el caso de Odebrecht sino que además se le salió el palustre al hijo del famoso humorista conocido como Salustiano Tapias, Humberto Martínez Salcedo, con los constantres hijueputazos y el lenguaje lumpem que utilizaba el Fiscal ante las denuncias de Pizano.

Y más allá de las especulaciones que surgen alrededor de hechos en los que aparecen botellas con cianuro y crónicas de un suicidio anunciado por parte de quien entregó a los medios de comunicación y a los dirigentes políticos de oposición las aparentes pruebas en las que queda comprometida la probidad del Fiscal, lo cierto es que las instituciones quedaron en una verdadera sin salida en un caso que terminó con Fiscal Ad hoc para el caso de Odebrecht, pero al paso que van las cosas terminará con Fiscal Ad Hoc para casi todos los casos importantes que adelanta la Fiscalía, o sí no, como lo piden aún algunos sectores, que renuncie Martínez Neira.