Ayer el Presidente Santos dio una entrevista a la cadena BBC en la cual trató varios temas de la paz: la extradición de líderes guerrilleros, los riesgos del posconflicto, los diálogos con el ELN y el famoso plebiscito.
El plebiscito y una posible renuncia si fracasa
Las declaraciones más controversiales fueron precisamente aquellas referentes al plebiscito, frente a lo cual el Presidente aclaró que este mecanismo no era obligatoria y que simplemente tenía como fin darle legitimidad a todo el proceso. Al respecto afirmó: «legalmente no tengo por qué hacerlo, pero yo pensé en mis adentros que esto le da mucho más legitimidad, si le digo al pueblo colombiano desde antes de comenzar las negociaciones ‘ustedes tendrán la última palabra'».
Esto llevó a que en el programa le preguntaran si esto implicaba una renuncia en caso de un no, frente a lo cual el Presidente respondió que «bueno, tendré que… estaría en serias dificultades»; agregando rápidamente que está seguro que el pueblo colombiano lo va a apoyar.
Esto ha generado varias reacciones, entre las cuales se encuentra la del Senador Macías de Centro Democrático, quien planteó que duda mucho que el Presidente renuncie en caso que el pueblo colombiano rechace los acuerdos, y que en realidad esto es una estrategia porque está «preocupado» por los resultados del plebiscito.
Mientras tanto, las FARC continúan rechazando el plebiscito, afirmando que es una medida que no ha sido concertada. Así mismo, Pablo Catatumbo sostuvo que el Acuerdo General a La Habana «no incluye la entrega de armas a la contraparte», que no quieren pagar un día de cárcel, erosionando las negociaciones el ámbito de la justicia y de víctimas.
Para algunos esto genera dudas sobre la posibilidad real de firmar la paz y llegar a un acuerdo en las fechas previstas. Lo cierto es que cuesta mucho pensar que si el plebiscito resulta en una respuesta negativa, el Gobierno permitirá perder tres años de negociaciones y que las FARC se devuelvan a la selva.
¿Una paz incompleta?
Uno de los temas resaltados en la entrevista fueron los diálogos confidenciales que está sosteniendo el Gobierno nacional con el ELN. La preocupación al respecto es la posibilidad de la desmovilización de las FARC pero que el ELN continúe activo, lo cual no solo llevaría a la continuación del conflicto, sino además perjudica la aplicación de un solo proceso de Justicia Transicional.
Al respecto, el Presidente aclaró que no podía divulgar información sobre las conversaciones, pero que espera el ELN pronto pueda estar preparado para iniciar las negociaciones en el ámbito público. De esta manera, expresó cautelosamente su deseo de lograr el cese al fuego con ambas partes, «porque no puede haber dos justicias transicionales; o por ejemplo el cese el fuego definitivo: lo ideal es que sea un cese el fuego definitivo con los dos grupos».
Frente a este tema, la posibilidad de un aumento en la violencia y la criminalidad llevó al mandatario a expresar que el Ejército queda «libre» con el desarme de las FARC, por lo que se pueden dedicar al ELN. No obstante, se ignoró un poco el tema del aumento de la criminalidad y la inseguridad que se presenta continuamente en los posconflictos, debido en parte a la no demovilización de miembros de los grupos armados. Afirmó meramente que: «Yo creo que el país va a ser más seguro».
La extradición
Finalmente, de acuerdo con el Presidente, bajo ninguna circunstancia él pensaría en extraditar a Timochenko, frente a quien EE.UU. estableció una recompensa de 5 millones USD. Sostuvo que «esa recompensa de US$5 millones por Timochenko va a tener que desaparecer, porque yo no lo voy a extraditar».
Resaltó que en pleno proceso de paz y precisamente negociando con el líder guerrillero en La Habana, la propuesta no puede ser la firma del acuerdo para luego extraditarlo. Al respecto afirmó: «¿Puede imaginarse a un líder guerrillero negociando un proceso de paz para terminar con una sentencia de cadena perpetua en EE.UU.? Eso es absurdo».
De acuerdo con el Presidente, EE.UU. siempre lo ha apoyado y, por lo tanto, él considera este tema no será un problema. Agregó: «EE.UU. ha estado a mi lado a lo largo de todo el proceso, y saben que no voy a extraditar a estas personas si llegamos a un acuerdo de paz».
¿Una estrategia de presión? Para algunos esta entrevista es un mecanismo de presión y salvaguarda, frente a EE.UU., las FARC y particularmente la ciudadanía colombiana, lo anterior para salvar un poco el congelamiento de las negociaciones y los desacuerdos que actualmente se han presentado en La Habana.